Opinión

¿Qué pecado habré cometido?

Por Ramón de la Peña


Sólo que sea por eso, así termina una poesía de Angel Rabanal que leí hace tiempo y que inicia con una serie de reclamos de una esposa de un soldado, que incluye el título de esta nota, ¿Qué pecado habré cometido para que me trates así? Y cuando el soldado le dice el pecado: "Porque dentro del cuartel todos saben sus secretos, y conocen sus lunares y otras partes de su cuerpo", la esposa responde: "-ah Canijo, No lo había pensado, Pos, sólo que sea por eso.

Este mismo pensamiento vino a mi mente cuando leí un excelente mensaje titulado: "Cómo echar a perder a un hijo". Después de leer las 16 maneras de echarlo a perder no me quedó más que decir: sólo que sea por eso que tantos muchachos no son aceptados por sus compañeros, ni por sus profesores y que continuamente pasan de un problema a otro más grande.

A continuación le relato algunas de las 16 maneras de echar a perder a sus hijos que leí en el mensaje que me fue enviado por una de mis hijas:

1.- Deles siempre lo que quieran, sobre todo después de que hacen un berrinche. Así crecerán con la idea de que todo mundo tiene que servirles y darles todo lo que ellos quieren. Hágalo todos los días y pronto verá las consecuencias.

2.- Por favor no los reprenda, ni castigue, ni les llame la atención cuando digan una mala palabra; por el contrario, celébreselas, así entenderán que decir malas palabras es muy gracioso. Y claro se las dirán sin pena unos años más tarde.

3.- Desde luego, evite darles una educación espiritual, ellos decidirán al respecto cuando ya sean mayores de edad; por favor nunca use palabras tales como: eso es malo, eso es pecado; porque se pueden traumar.

4.- Jamás les promueva el hábito de la limpieza, es más, recoja siempre lo que dejen tirado: ropa, toallas, juguetes, zapatos; mucho menos les promueva el orden y la puntualidad. Para que así aprendan a dejarle toda la responsabilidad a los demás.

5.- Desde luego evite usted interferir en lo que ve en la televisión; es más, déjelos ver tanta televisión como quieran; déjelos leer lo que quieran; usted no se preocupe de las revistas que compren y que lean. Y claro ahora déjelos usar el Internet tanto como ellos quieran. No les ponga límites.

6.- No les dedique tiempo, usted tiene cosas más importantes y trascendentes qué hacer. Llénese de desayunos, comidas y cenas de trabajo. El fin de semana que pase en casa, enciérrese en su cuarto, usted necesita descansar y reponer la energía que necesita para la semana que viene.

7. Para no sentirse culpable por no dedicarles tiempo, deles todo el dinero que pidan, o deles más de vez en cuando para sorprenderlos gratamente. Desde luego, cúmplales todos los caprichos, recuerde lo mal que se sentía usted cuando de niño pasaron penurias en su casa. Sus hijos deben admirar su generosidad para con ellos.

Y ya mejor no le sigo con estos malos consejos, pues como se podrá imaginar, estimado lector, si sigue este camino pronto sus hijos estarán llenos de problemas con usted, con sus amigos, con sus profesores o aun con las autoridades de la comunidad.

Como una vez me dijo un colega, lector asiduo: "un sólido sistema de valores personales y sociales y las actitudes positivas que los individuos toman frente a la vida, constituyen la verdadera riqueza de las personas y de las naciones. "El sistema de valores y las actitudes se generan y se transmiten, al igual que los cambios históricos, en la interacción de las generaciones". Efectivamente infancia es destino y los padres que nos tocan definen mucho nuestro futuro.

Por eso los abuelos son tan importantes, pues somos los conocedores de la historia familiar y los responsables, junto con nuestras hijas e hijos, de transmitirlas a sus hijos, a nuestros nietos. Pero esto no ocurre sólo ni gratis. Lo tenemos que querer, nos tenemos que preparar y tenemos que actuar.

Desde luego sin usar ninguno de los consejos negativos de este artículo. Así nunca diremos: sólo que sea por eso.