Opinión

El miedo a ser libre

Por Lilia Reyes Spindola


La libertad es desapego, y desapego es la lección más grande que venimos aprender de la vida, porque un día nos vamos a ir de este mundo sin llevarnos nada, y entonces vamos a ser completamente libres, y claro, pensar en este tipo de libertad da miedo.

Querer ser libre es acepar la responsabilidad de ser uno mismo, da miedo ser libre porque uno debe soltar los amarres de hábitos viejos, de costumbres que nos tienen limitados.

El mejor ejemplo para hablar de fluir nos lo dan los ríos, porque fluyen hacia lo desconocido y van cantando su libertad, que es como el viento, besa la vida, la disfruta y continua su rumbo, pero el viento vive en el aquí y en el ahora, siempre sopla en el presente. Generalmente nos quedamos atados a situaciones por miedo a tomar una decisión, pues los seres humanos vivimos comparando, evaluando para tomar decisiones, lo cual es correcto, pero un ser verdaderamente libre se deja ser y generalmente tiene problemas porque no sigue reglas.

Yo he trabajado en las cárceles dando servicio con platicas y conferencias para ayudarlos a ver su realidad que es muy dura con una actitud mental diferente y me daba cuenta que aquellas personas que habían estado en la cárcel durante mucho tiempo, el día que les concedían su libertad, sentían un gran temor de volver a reingresar a la vida de la sociedad, también a convivir nuevamente con su familia pues naturalmente todos habían sufrido cambios. Cuando salían el solo hecho de tener que cruzar una calle los paralizaba, pues habían perdido la costumbre de estar entre el tráfico.

Ahora podemos darnos cuenta que aquella libertad que tanto anhelaban les daba miedo.

El miedo es un gran inventor de cuentos, puede mantenernos atentos y distraídos mucho tiempo, diseñando pesadillas. La libertad es opcional, solo depende de arriesgarse a vivirla, el pensamiento es libre si le damos permiso a ratos de imaginar opciones de libertad, veamos a la naturaleza, es libre, pues no le pide permiso a nadie, el problema es que el camino que nos conduce a la liberad siempre se camina solo, acompañado solamente de uno mismo.

Cuando se tiene que tomar la decisión de un divorcio, un trabajo, de un cambio de residencia, cuesta mucho trabajo, toma tiempo emigrar hacía la libertad pero el tiempo es sabio y todo se supera o se olvida.

El amor verdadero es libre, cuando al amor se le ponen condicione se siente incómodo porque pierde su libertad, por lo tanto el respeto a la libertad debe estar siempre presente para que dure el amor bonito. Los celos lo primero que exigen es romper con la libertad.

Cuando el miedo entra acompañar a la enfermedad se pierde la fe del bien, y se alejan los milagros que suceden solamente cuando tenemos confianza y aceptamos libremente, con conciencia la libertad del porvenir.

 Lilia Reyes Spíndola

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