Opinión

Vicios socialmente aceptados

Por Ramón de la Peña


Papá porque no escribes sobre las personas que son adictas al trabajo o al deporte, dos vicios de los que son no solo socialmente aceptados sino que para muchas personas son una meta muy importante en su vida.

Esto trajo a mi mente un artículo que escribí y compartí ya hace tiempo, en el que comentaba la parábola del hijo prodigo, en la cual queda muy claro el extravió del hijo menor, su regreso y atención que recibió de su padre,  la misma parábola lo explica muy claramente, pero el extravió del hijo mayor no es tan claro, su resentimiento, su reclamo es más difícil de identificar, pues muchas veces el reclamo no se hace, se guarda en el viejo arcón de los agravios y se saca de vez en cuando para recrearse con el y hacerlo crecer.

Concluía que ese es un excelente camino de crear una cárcel de la que a veces no se puede salir por mucho tiempo. Esta es la cárcel del resentimiento que se va consolidando al paso del tiempo si no hace algo pronto al respecto. Otras cárceles que podemos crear o caer en ellas son: La cárcel de la persona perfecta; La cárcel de la vergüenza; la de la ignorancia;  la del fanatismo; la de la culpa; la cárcel de los vicios; la del sufrimiento enfermizo.

Pero hay tres cárceles no solo socialmente aceptadas sino que se les aplaude a las personas que caen en esas cárceles, me refiero al trabajo en exceso, al ejercicio en exceso y al estudio también en exceso. En esencia son variaciones de la cárcel de la perfección, perfección en el trabajo, en el deporte y en el estudio.

¿Cuáles son los síntomas de estos vicios socialmente aceptados?, dicen los expertos que nos debemos de empezar a preocupar cuando nuestra casa  se empieza a ver como una extensión de la oficina, cuando se empieza uno a conectar al Internet los sábados y los domingos para atender asuntos del trabajo; cuando los amigos lo empiezan a definir como un ejecutivo muy competitivo y competente y totalmente comprometido con el desarrollo de la empresa; cuando empieza a llevar la computadora o su celular ahora,  para conectarse al Internet aun durante la época de vacaciones, no vaya a ser que un mensaje muy importante no lo pueda leer a tiempo; Cuando trabajar es la mayor satisfacción que usted puede sentir, más que estar con su familia, sus hijos, amigos o padres;; cuando está totalmente de acuerdo con la cultura estadounidense: “Time is Money”.

Cuidado, si muchos de los síntomas anteriores aplican a su modo de ser, cuidado, usted tiene el vicio del trabajo y lo más probable es que esté a punto de tener un buen infarto.

Un excelente camino para poder salir de estas cárceles o vicios socialmente aceptados lo presenta Osho en su libro de meditaciones: “Libro naranja”. Resulta, comenta Osho, que recibió la visita de un fumador empedernido, quien le pidió que lo ayudara a dejar de fumar: “¿Qué puedo hacer?, ¿Cómo puedo dejar de fumar?”, lo primero que tienen que entender le comenta Osho es que “El fumar no es solo cuestión de una decisión tuya, el fumar ha entrado en el mundo de tus hábitos: ha echado raíces. Treinta años es mucho tiempo. Ha echado raíces en tu cuerpo, en tu química; se ha esparcido enteramente”. Como ve estimado lector esta es una excelente definición de los vicios y cárceles.

Lo que tienes que hacer, recomienda Osho como etapa inicial, es hacerlo de una manera consciente, se trata de sacar conscientemente el paquete de cigarrillos, hacerlo lentamente. entonces saca el cigarrillo del paquete con total conciencia, lentamente”.

“Después comienza a golpear lentamente el cigarrillo en el paquete, escucha el sonido. Después huele el cigarrillo”; una, dos y tres veces. “Entonces lo pones en tu boca, en total conciencia, lo enciendes con total conciencia”. A través de todo este proceso empezamos a des-automatizar nuestro habito de comportamiento.

Si lo puede uno hacer, asegura Osho, “Pronto veras la total estupidez de hacerlo, tu lo comprenderás y te convencerás así de dejar de fumar

“Y entonces, un día ya no tienes que preocuparte respecto a eso”. Como ve estimado lector primero tenemos que querer eliminar ese hábito, después debemos de hacerlo consciente, a través de un proceso similar a  una meditación para finalmente usar nuestro libre albedrío, eso finalmente dependerá de nosotros.

Y continué usando este procedimiento para todo aquello que quiera eliminar o que quiera consolidar como un hábito de comportamiento: orden, limpieza, puntualidad, honestidad y respeto por los demás.