Opinión

¿Estás preparando a tus hijos para el mundo real?

Por Roberto Matosas


Tratamos a nuestros hijos como bebés; los mimamos como un delicado cristal; y los consentimos como si fueran totalmente incapaces de sobrevivir por su cuenta. Solo puedo escuchar el estribillo, "Lo que quieras, querida". ¿Estás preparando a tus hijos para el mundo real?

Si nuestros hijos enfrentan la adversidad, les aclaramos un camino. Si pierden por una milla, les damos trofeos por intentar. Y, cuando tienen problemas para sobrellevar el gran mundo malo, nunca es nuestro error sobreprotegerlos o su culpa por ser indefensos, en su lugar condenamos el sistema. De esa manera, no hay perdedores.

¿Hacemos un favor a nuestros hijos haciendo que su vida sea increíblemente fácil? ¿O estamos haciendo que sea imposible para ellos tener éxito cuando salen al mundo real y la realidad los golpea directamente a los ojos?

¿Qué sucede cuando nuestros hijos afrontan un enfrentamiento competitivo, luchan contra una tragedia personal o enfrentan un desafío con probabilidades imposibles? ¿Le dirás a sus oponentes que lo tranquilicen porque es frágil? ¿Le dirás a sus compañeros de equipo que se esfuercen un poco más porque necesita un descanso? ¿Le dirás a su gerente que lo promueva, no porque él sea el más merecedor, sino porque es su turno? ¡Seriamente! Luchamos en sus batallas, los protegemos de las mezquindades y fingimos que no cometen ningún error, incluso cuando las acciones deben tener consecuencias. "¿Qué aprenden?", Pregunta. ¡Nada! ¿Qué harán cuando no haya nadie para engrasar los patines para ellos o para sacarlos del gancho? Estos pequeños seres queridos no podrán hacerle frente. Y no habrá nadie para protegerlos, defenderlos o atraparlos antes de que caigan. Eso será un desastre.

Enséñele a sus hijos "Cómo pescar"

¿Estás preparando a tus hijos para el mundo real? Aquí hay 12 indicaciones para que tus hijos sigan la vida:

Sé autosuficiente. No te permitas ser excesivamente dependiente de los demás. No se puede hacer por ti; debes hacerlo tú.

Ser dueño de tu vida. Toma buenas decisiones y acepta la responsabilidad de tus acciones. Tu vida está determinada por la suma de las elecciones que TÚ haces.

Enfrenta los hechos. Todos los días no está lleno de arco iris. Prepárate para aceptar lo bueno con lo malo, incluso las rosas tienen espinas.

Establece expectativas realistas. No obtienes lo que quieres; tienes lo que te mereces. Punto.

Ensuciarse las manos. Comenzarás por el fondo y permanecerás allí hasta que demuestres que puedes manejar más.

Aprende una cosa o dos. Permite que su mentor te guíe, pero nunca que realice una actividad para ti. Esto infundirá confianza y garantizará que el aprendizaje se lleve a cabo.

Tomarlo con calma. No muerdas más de lo que puedes masticar al principio. Desarrolla confianza e impulso a través de pequeñas ganancias.

No culpes, aprende. Comete errores cuando las consecuencias son pequeñas. De esta manera, sabrás exactamente cómo manejar las cosas cuando más importan.

Demuestra algo cuando te enfrentes a desafíos. La determinación es la formación de hábitos; así es como va.

Invierte en ti mismo. La educación y la experiencia son preciosas. Todo lo que aprendas te hace más valioso, y los beneficios seguirán contigo a lo largo de la vida.

Acepta el "no" como regalo. Las personas que no se deleitan con cada capricho te están enseñando "cómo pescar". Te están dando el don de la confianza, la fuerza y la autosuficiencia.

Trabaja duro; trabajo inteligente. Nada se logra sin trabajo duro, dedicación y compromiso. Lleva muchos años convertirse en un éxito de la noche a la mañana.

Preparando a tus hijos para el mundo real

Si quieres lo mejor para tus hijos, dales una buena educación, infunde buenos valores y libéralos. No es fácil soltar las riendas porque no queremos que nuestros hijos se lastimen. Pero, si estás preparando a tus hijos para el mundo real, decirles "no" a ellos puede ser un acto de amor. Claro... van a sortear algunos baches en el camino, pero con el tiempo crecerán confiados y resistentes y estarán eternamente agradecidos por su amoroso regalo. Cuando eran jóvenes, muchos de sus libros terminaban con la frase: "Vivieron felices para siempre". Tengo la sensación de que si sigues esta fórmula, tu historia tendrá un final feliz también.

¿Estás preparando a tus hijos para el mundo real?

(Fuente: Frank Sonnenberg)