Opinión

Feminicidios y violencia global

Por Ricardo Homs


El 25 de noviembre pasado se conmemoró el día de “la no violencia contra las mujeres”, instaurado por la ONU en 1999 para concientizar a los gobiernos y a la sociedad de este grave problema.

Sin embargo, en el contexto actual de México, los feminicidios son la consecuencia de un grave problema de violencia generalizada sin control. No es que los ataques por motivo de género sean un problema aislado de la violencia que agrede a la sociedad, sino parte de este fenómeno que se ha convertido en un grave trastorno social.

Es cierto que la violencia ya no sólo debemos considerarlo un problema local, de nuestro país, puesto que es un problema global. Lo sucedido en Estados Unidos, donde se ha incrementado el número de masacres inexplicables dentro de un país que había sido un ícono del orden y la ley, así como los ataques terroristas en Europa y Norteamérica, nos muestran que la violencia no tiene fronteras.

Sin embargo, en cada zona del mundo la violencia tiene un origen local.

En Europa, donde la delincuencia común casi no existe o es mínima, la violencia tiene que ver con motivos políticos o étnicos, como los relacionados con terrorismo generado por grupos radicales musulmanes.

La violencia en Estados Unidos, si bien ocasionalmente también se vincula con terrorismo que proviene del exterior por motivaciones políticas, la mayor parte de las veces nace de problemáticas psicosociales y de la obsesión de un segmento de la población que se resiste a aceptar que deben existir restricciones a la venta de armas, lo cual hoy se ha agudizado porque el mismo presidente Trump se niega a aceptarlo

En México la violencia nace en un contexto local, que es la impunidad y ésta es responsabilidad directa de todo el aparato gubernamental.

Seguramente los problemas sociales hoy se propagan rápidamente y cruzan fronteras, como epidemia y se globalizan.  Por ello la violencia no es la excepción. Vemos que  en el cine y la televisión estas temáticas vinculadas con la delincuencia profesional constituyen una tendencia de altísimo impacto.

Sin embargo, el componente sexual añade una razón más para que proliferen los feminicidios. Sin embargo, debemos considerar que quien agrede a una mujer y le quita la vida, seguramente ya no tiene ningún freno para cometer un nuevo delito de alto impacto de cualquier otro tipo como asalto a mano armada o secuestro, que concluya en un asesinato, por citar ejemplos.

Un delito lleva a otro, invariablemente, cuando de por medio hay impunidad.

Por tanto, el reto es combatir la impunidad y para ello se requieren varias acciones simultáneas, como lo es endurecer los castigos cuando se afecte a la integridad física de una persona, imponer candados para impedir la liberación de delincuentes por parte de los jueces, eliminando la discrecionalidad que existe hoy en día y que abre la posibilidad a la corrupción, así como castigar con rigor la negligencia de los servidores públicos cuando no actúan con eficiencia en el combate al delito y peor aún si hay contubernio con los delincuentes. También imponer restricciones a la transmisión de narcoseries televisadas, que mitifican el estilo de vida de los delincuentes y lo convierten en aspiracional.

En fin, mientras no se resuelva de modo integral el problema de la violencia del tipo que fuere, los feminicidios no descenderán,  e irán a la alza.

¿Usted cómo lo ve?

@homsricardo

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