Me llamó mucho la atención escuchar y leer mensajes relacionados con la creación de empleos, en los cuales se destaca que fueron creados por nuestro gobernador o por el gobierno federal: "Este es el sexenio del empleo. Hoy por primera vez en la historia, juntos hemos generado 3 millones de nuevos empleos formales en un solo sexenio, lo que ningún otro gobierno había logrado"
¿Pero realmente es el gobierno quien ha creado esos empleos, o al menos ha creado las condiciones para que los emprendedores lo puedan hacer muy fácilmente?. Quien crea las empresas y los empleos son los ciudadanos empresarios y emprendedores de nuestro país, quienes con su talento y esfuerzo son capaces de crear una empresa, capaces de crear nuevos empleos.
Si estoy hablando de esas personas que son buenos para idear nuevos productos y servicios, buenos para vender lo que producen, muy trabajadores, muy perseverantes y entrenados para ser un administrador eficaz.
En esencia son quienes tienen cuatro elementos clave: Bueno para idear cosas nuevas, buen vendedor, buen administrador y muy perseverante.
Estas características fueron ratificadas y enriquecidas por un profesor del MIT al preguntarse: "¿Cuáles son las características que tienen los emprendedores exitosos del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts)?.
El profesor resaltó cuatro como las características más importantes. Primero, ellos deben estar entrenados y acostumbrados a seguir un enfoque práctico en la solución de los problemas, que además da mucha confianza, pues se da uno cuenta que puede hacer muchas cosas. Es decir, ellos no sólo deben estar entrenados a buscar las soluciones mediante los modelos matemáticos que tratan de describir el modelo físico, sino que deben poder acudir a los laboratorios en buscar soluciones prácticas al problema en cuestión.
Segundo, ellos deben ser conscientes que fracasar es parte del proceso de aprendizaje, de la solución de problemas y de enfrentar la vida y los negocios, creerse un ‘Mr. Perfección’ no es el mejor estado de ánimo para los emprendedores.
Tercero, requieren tener una gran capacidad de trabajo; por eso, las escuelas o programas académicos comúnmente llamados "programas barcos" inhiben no sólo la capacidad de trabajo, sino también la posibilidad de iniciar un nuevo negocio. Y cuarto, se requiere promover una especie de incubadora de ideas, proyectos o nuevos negocios entre los y las muchachas estudiantes.
Ahora entiendo, me dijo hace tiempo un colega académico, por qué los ingenieros químicos y los químicos son tan buenos emprendedores, pues ellos tienen al menos tres de estas características, aunado a que son bien listos –se tiene que ser listo para poderle entender a la química, le dije yo– Están entrenados en el enfoque práctico que usted mencionó, continua mi colega; son buenos para trabajar en los laboratorios, para seguir procesos complicados, para analizar, sintetizar y evaluar productos químicos; además el trabajar en los laboratorios los enseña a fracasar.
Es cierto le dije, no es fácil analizar y responder a las preguntas de la encargada de laboratorio: ¿y esto qué es?, cuando muestra, con una sonrisa maliciosa, una mezcla rara de sustancias que el pobre estudiante tiene que identificar para aprobar el laboratorio. Y los profesores, con su manera rigurosa de enseñar, sin duda promueven en los alumnos una gran capacidad de trabajo. Lo único que falta es fortalecer la incubadora de ideas entre los muchachos.
Efectivamente, debemos fortalecer en nuestro sistema educativo los cuatro factores mencionados para fortalecer el espíritu emprendedor en nuestros alumnos: enfoque práctico, enseñarlos a que el fracaso es parte de los procesos de cambio, fortalecer su espíritu de trabajo –la cultura del esfuerzos y crear esas incubadoras de ideas formales e informales dentro de la escuela. Por eso es tan importante crear escuelas o programas para entrenar inventores.
