Opinión

Adolescentes: ¡La hora del Talento!

Por Roberto Matosas


El talento no es la causa de nada, sino el resultado. No crea un proceso, sino que es creado por un proceso. David Shenk, “El Genio que todos llevamos dentro”.

El próximo sa´bado10 de marzo impartiré la primer plática sobre el talento de los adolescentes. Y desde el sábado 17 lo realizaremos desde la emisora XEU de Veracruz, que con tanta gentileza nos han invitado y nos brindan un espacio para compartir información cada vez más importante a nivel global. Un primer intento en Veracruz para fomentar el talento joven, con lo que se pretende “dar respuesta al desafío de un mundo que cambia a una velocidad vertiginosa y en el que la actual generación de jóvenes juega cada vez más un papel determinante”. Nuetra inquietud coincide con un vigoroso movimiento educativo que quiere llamar la atención sobre la necesidad de fomentar el talento adolescente. 

Hasta ahora trabajábamos con la idea de que la infancia es la edad de oro del aprendizaje, pero la adolescencia es igualmente importante.

Difundir este movimiento es trascendental, porque seguimos transmitiendo un modelo de adolescencia falso, que considera esa edad como un periodo de transición conflictivo y temible. La adolescencia tiene mala prensa. Abundan libros apocalípticos del estilo de “¡Socorro! ¡Tengo un hijo adolescente!”, “Mi adolescente me vuelve loco”, “Esos adolescentes que nos dan miedo”. Se considera que la crisis es inevitable. Sin embargo, los estudios más solventes nos dicen que las cosas no son así, pero que acabarán por serlo, si lo continuamos repitiendo. Los adultos, perezosos o asustados, estamos provocando el mismo fenómeno que tememos. Lo malo es que con ello debilitamos nuestra capacidad educadora y cerramos las posibilidades vitales de los adolescentes. Como señalan muchos expertos, los estamos infantilizando.

El desconocido mundo adolescente

Las noticias que recibimos de la neurología y de la nueva psicología evolutiva nos exigen ir en otra dirección. Hasta ahora trabajábamos con la idea de que la infancia es la edad de oro del aprendizaje. Ahora sabemos que la adolescencia es la segunda edad de oro. En esta etapa  se rediseña por completo el cerebro. Se hace más eficiente, más rápido, más integrado. Es cuando se fortalecen las destrezas, y se instalan las aficiones.

Por ello, podemos considerarla la etapa de las “grandes posibilidades”, en las que la “inteligencia se transforma en talento”. ¿Por qué? El talento es la inteligencia en acción: la capacidad de tomar decisiones, proponerse buenas metas, y movilizar la información, gestionar las emociones, y ejercitar las fortalezas de la acción (la tenacidad, el ánimo, la tolerancia al fracaso) necesarias para alcanzarlas. No basta con tener altas capacidades, es preciso “aprender a usarlas bien”. Eso es el talento.

No podemos seguir desaprovechando esta oportunidad. Conocemos adolescentes que nos están demostrando su iniciativa, grandes resultados y una capacidad que todos pueden manifestar de existir un desarrollo adecuado. Alyssa Carson, una adolescente que podría ser la primera persona en la historia que pisará Marte en 2033; Jordan Casey, joven irlandés que con tan solo 14 años es el consejero ejecutivo más joven de Europa con más de tres empresas ya creadas; Mohammed Barry, considerado el joven más influyente de África por la revista Huffington PostLuis Iván Cuende, reconocido como el mejor hacker Europeo menor de 20 años, o Katia Gómez, una de las emprendedoras sociales más importantes en toda Latinoamérica. 

Ha escrito el profesor José Antonio Marina: “Tenemos miedo a exigirles, a espolearles, a ponerles retos, a confiar en ellos. Dos años atrás, en el Congreso de Mentes Brillantes, coincidí con Laura Dekker, que a los catorce años decidió dar la vuelta al mundo a vela, en solitario. Podrá decirse que estos son casos excepcionales. Sin duda, pero en El talento de los adolescentes (Ariel) recogí casos admirables y menos espectaculares: adolescentes que han sacado adelante sus familias, que colaboran con ONG, que inician humildes y espléndidos proyectos, que adoptan una actitud activa y creadora ante la realidad. Mientras tanto, a nosotros nos da vergüenza incitar a nuestros adolescentes a la excelencia. Al final, hablamos de ellos con motivo del botellón, de los selfies, del bullying o de las gamberradas. Les estamos intoxicando de comodidad, cuando ellos necesitan que les hablemos de la posibilidad de una vida noble.

Saint Exupéry escribió: “Para que construyan un barco, no basta con ordenárselo, no basta con pagarles. Hay que despertar en ellos la pasión por navegar”. Pues de eso se trata. Necesitamos revisar el paradigma antiguo de los adolescentes, corregir, aportar y ver cómo podemos hacer que el Nuevo paradigma pueda crear, inspirar y hacer que la adolescencia sea la época donde los jóvenes le dan forma a su vida, donde la toman en sus manos. Y esto es posible si no les empujemos escaleras abajo y luego nos escandalizemos porque se han caído. Una vez más, nuestro país puede quedarse atrasado, quejándonos de lo difícil que es educar a un adolescente. Víctimas del confort que produce la cultura de la queja. Con miedo a exigirles, a espolearles, a ponerles retos, a confiar en ellos. 

Por ello me parece tan importante difundir el Nuevo paradigma de la adolescencia, dar a conocer los métodos que funcionan. Eso me ha animado a organizar una serie de tres pláticas para despertar la iniciativa, entrenar los recursos y las fortalezas de jóvenes desde los 13 hasta veintitantos años. “Cómo desarrollar el talento adolescente”. Están ustedes invitados. Porque, juntos, podemos mejorar el futuro de nuestra gente joven.

Roberto Matosas

matosas@hotmail.com

Desde el sábado 17 lo realizaremos desde la emisora XEU de Veracruz, en el horario de 11:00 a 12:00 a.m.