Opinión

El fuero y las plurinominales

Por Ricardo Homs


La perversidad de nuestro sistema político abunda en creatividad en beneficio de quienes detentan el poder.

La búsqueda de protección ante una eventual persecución judicial está encontrando en el fuero constitucional que defiende a senadores y diputados, una tabla de salvación para funcionarios que terminan sus cargos pero perciben riesgos en su futuro y además cuentan con el interés de su partido político de protegerles.

Los cargos plurinominales en el Senado de la República y en la Cámara de Diputados permiten que un partido político proteja a un militante en riesgo otorgándole una curul de este tipo. El riesgo para nuestro “estado de derecho” es que puede propiciar impunidad para funcionarios que terminan su gestión bajo sospecha de corrupción.

El concepto del fuero nace como una necesidad de darle protección a un funcionario público para que ejerza su cargo con total libertad de expresión y pueda ejecutar acciones que puedan generar reacciones de sus adversarios políticos cuando se afecten intereses personales o de grupo, contrarios al interés colectivo.

Por ello nuestro sistema jurídico que nace con fuerte influencia de la legislación española, después de consumada la independencia de nuestro país, toma este concepto de la Constitución de Cádiz promulgada en marzo de 1812 por las Cortes de España en su Artículo 128, Capítulo VI.

El fuero es un gran instrumento para ayudar a gobernar y legislar, que sin embargo, para variar, en México se ha desvirtuado en beneficio de gente poderosa, porque a partir de los cargos plurinominales, el fuero se convierte en un medio para generar impunidad.

Consideremos que no sólo se puede otorgar fuero a partir de diputaciones y senadurías federales, sino también en los congresos estatales, donde están consideradas también las diputaciones de tipo plurinominal. Más riesgoso aún es esto en los congresos estatales, porque trasladan la impunidad a un ámbito local controlado por las élites y lejos de la mirada inquisitiva de los medios de comunicación nacional que son los que tienen la fortaleza para denunciar anomalías y corrupción sin temor a represalias, como sucede con la prensa local, que siempre está en posición vulnerable y de indefensión.

Hoy vemos en las listas de senadores y diputados plurinominales que han presentado todos los partidos políticos mucha discrecionalidad, pues si bien hay gente cuya trayectoria y experiencia no es cuestionable, hay otros que no debiesen estar ahí en esa posición privilegiada.

En estas elecciones destaca la inclusión en las listas de MORENA del líder minero Napoleón Gómez Urrutia, acusado por miembros del sindicato minero de apoderarse en el año 2006 de 55 millones de dólares que pertenecen a los trabajadores metalúrgicos y de Néstora Salgado, quien encabezó a las autodefensas de Olinalá, Guerrero, que equivalen a una policía no oficial o irregular. A Néstora se le acusa de tener dos expedientes aún no resueltos en la fiscalía de los Estados de Guerrero y de Morelos, por secuestro.

El caso de Néstora es muy representativo de lo que hoy sucede en un país ahogado por la corrupción y la impunidad, donde la desconfianza de la ciudadanía por las instituciones policiacas municipales y los ministerios públicos locales, generalmente bajo sospecha de estar coludidos con los delincuentes es cotidiana. Esto pareciera legitimar ante la percepción ciudadana, que para proteger al pueblo, este cree sus propias policías que además imparten justicia a su criterio e imponen multas y castigos, que es de lo que se acusa a Néstora.

Si ella es una heroína que se enfrentó a unas autoridades legítimas pero corruptas, o ella también es delincuente, no lo sabemos a ciencia cierta.

Sin embargo, lo que sí es incuestionable es que alguien que ha operado al margen de la ley, no debe llegar a formar parte  de la institución que simboliza el “estado de derecho”, pues es un contrasentido que continuamente se da en este país donde la incongruencia es cotidiana y como dijo López Obrador en un desayuno el pasado jueves 22 de marzo, palabras más o palabras menos, si Franz Kafka (escritor nacido en Praga y considerado origen del surrealismo) hubiese vivido en México, hubiese sido un escritor costumbrista.

Mientras no se legisle cual debe ser el perfil de quienes son aptos para ocupar una curul de tipo plurinominal, o sea estas que se obtienen sin necesidad del voto ciudadano, seguiremos viendo el abuso de los partidos, otorgándolas no a quien la utilizará para beneficio del país, sino a quienes se quiere beneficiar de modo personal, incluyendo entre estas posibilidades, a quien se quiere proteger de la ley como es el caso de Napoleón Gómez Urrutia y a Néstora Salgado.

Por estos abusos es que existe animadversión ciudadana en contra de las posiciones plurinominales, que representan en este mundo que tiende a la alta especialización temática, la oportunidad de que en México tengamos un cuerpo de legisladores de élite con gran conocimiento, experiencia y especialización en cada uno de los temas que se Eben tratar en la agenda legislativa en cada uno de los congresos.

La solución no está en eliminar las plurinominales, sino en exigir que se otorguen con responsabilidad y se reserven para los mexicanos de mentes brillantes. De este modo, los legisladores electos por el voto ciudadano podrán seguir haciendo política social.

¿Usted cómo lo ve?.

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