Opinión

Primeros pasos de toda empresa

Por Ana Mora


¿Cuál es el desarrollo natural de un negocio? Una persona o un par de personas tienen una idea de negocio, la echan a andar y si les va bien, pega: comienzan a vender.

¿Qué pasa si florece esta idea de negocio? Generalmente, los fundadores por razones económicas, se convierten en todólogos dentro de su empresa. Olvidando muchas veces, al estar tan absortos con el día a día, planear el camino a seguir por la organización.

Por lo regular, durante las etapas iniciales de un negocio, el “jefe” concentra toda toma de decisiones en él mismo. Él es quien estipula precios, decide sobre el área de operaciones, prospecta clientes, cierra ventas, elabora y participa en licitaciones, realiza trámites, paga la nómina, redacta contratos, entre otras muchas actividades. Todo lo hace él. Es una forma de ejercer liderazgo. No obstante, dista de ser la única.

Un buen negocio es aquel que pueda funcionar aunque el dueño no se encuentre físicamente en la organización. Mientras siga siendo indispensable para la operación diaria de la empresa, seguirá siendo auto empleado, no empresario, ya que él seguirá trabajando para ella y no ésta para él.

Es importante plantear lo antes posible el crecimiento del negocio para así enfocar los recursos económicos, materiales y humanos a los objetivos establecidos.

Una de las principales prioridades es definir el organigrama, tanto el actual como el que se necesitará el futuro. Así mismo, es necesario precisar descripciones y perfiles de puestos para saber qué tipo de personas son las idóneas para cada posición. Muchas veces se contratan personas a las que se les “puede” pagar y no a las que se requieren. Recordemos que lo barato puede salir caro más adelante. Es vital construir un eficiente equipo desde un inicio en el que se tenga la confianza de delegar decisiones para descargar la carga de trabajo y responsabilidad.

Segundo punto importante: establecer procesos, a través de manuales y/o diagramas de flujo; principalmente de las actividades rutinarias. Las descripciones de puestos les permitirán saber qué se espera de cada miembro y cómo interactuar los unos con los otros; los manuales darán un mejor panorama de los pasos a seguir en ciertas actividades, disminuyendo márgenes de error. Además a la hora de tener que contratar por crecimiento o rotación, los nuevos integrantes sabrán qué deben hacer de una forma clara y objetiva; evitando aprender lo que “les enseña” aquel que deja el puesto.

Por último, definir indicadores, ¿cómo vamos a valorar si nuestras decisiones y las del equipo son las adecuadas si no las medimos? ¿Qué indicadores son claves en la industria? Además de las ventas, se puede medir la calidad de los productos o servicios, la atención del personal para con clientes o consumidores, la rapidez de respuesta, incluso se debería evaluar la satisfacción de los colaboradores para con la misma organización, punto que afecta directamente en la productividad empresarial.

Adicional a esto, hay que recordar que no sólo se trata de contratar gente, darles indicaciones de cómo actuar y parámetros para medir su desempeño. Es indispensable empoderar al equipo; sobre todo altos y medios mandos. Permitirles tomar decisiones de manera autónoma, respaldarlas ante el resto de los colaboradores, mantenerlos informados sobre aspectos que competen a sus áreas o departamentos. De lo contrario, socavarán su autoridad y esto harán imposible ellos puedan liderar a sus equipos de trabajo, impactando negativamente su desempeño.


Emprender un negocio y lograr se convierta en una gran empresa, es todo un arte que se va aprendiendo en el día a día. Por lo mismo, es importante de conocer, estudiar y aprender de toda la información disponible para ser exitosos en esta misión.