Opinión

¡Cuidado! Nuevas amenazas para tu hijo

Por Pedro Octavio Reyes Enríquez


Los niños de hoy día enfrentan nuevas amenazas, de algunas no estamos plenamente conscientes, creemos que son simples juegos de menores y de otras sabemos del grave peligro, pero actuamos muy poco.

Se acuerda de que antes era muy común ver niños solos caminando por la calle, se subían al camión, andaban en taxis, llegaban solos a las fiestas infantiles, se subían al tranvía al salir de la escuela, “ahí viene la chamaquiza” decía el conductor cuando salían del colegio y grupos completos se subían.

La ciudad era de los niños, podían ir solos a los médanos, a las lagunas (tantas que había en Veracruz)  y claro a la playa. Entraban a la casa del vecino como si estuvieran en su casa, a muchas mamás no les gustaba que sus hijos anduvieran en casas ajenas pero era común, podían llegar en cualquier momento sin aviso previo, no había WhatsApp.

Hoy en día es raro ver a un niño solo en un camión, se les ve pero es poco común, verlos bajarse de un taxi solos tiene años que no lo veo, mandarlos solos a las lagunas quedan tan pocas, al mar es impensable y bueno los tranvías ni existen, solamente unos camiones para turistas “disfrazados” que simulan ser ese antiguo transporte.

El motivo principal es la inseguridad que ha venido creciendo en los últimos 30 años, a mí todavía me tocó irme solo en camión o caminando al colegio.

Primera amenaza de los niños. La inseguridad que ha crecido a un ritmo muy acelerado.

En la primaria solía esperar que pasaran por mí a la vuelta de la escuela, me ponía en plena calle, también había otros niños, jamás se me acercó alguien raro a ofrecerme alguna tacha, alcohol, chocolate con droga, el único que se me acercaba era un señor ya grande, con sombrero a ofrecernos unas ricas nieves a 1 varo (de los viejos pesos). De niño ni de adolescente escuché que a alguien le hubieran ofrecido algún estupefaciente, eso ya lo escuché de más grande. Desde luego que había drogas, pero eran casos aislados. Hoy en día se ha tenido que generar La operación mochila en las escuelas con el fin de detectar que los niños no introduzcan drogas o armas entre los útiles escolares. La única vez que mi mamá revisó mi mochila  fue en la secundaria y era porque estaba buscando una pluma (al menos eso me dijo) y lo único que encontró de interés fue una cartita de amor que le quería mandar a una amiguita para ver si me hacía caso (por cierto no funcionó lo que le escribí).

Segunda amenaza. El acceso a las drogas llegó al mundo infantil, antes era impensable que alguien le ofreciera una droga a un niño, ¿en qué mente monstruosa cabía esa posibilidad? Hoy en día esos seres perversos existen y van en aumento. Además, hoy son altamente adictivas, basta con  que la pruebe una vez, para que el sujeto caiga en sus redes.

En la primaria que estudié había tres salones por grado, en cada grupo había como 40 niños, en total 120 chamacos, y solamente recuerdo dos niños con sobrepeso, no obesos, y déjenme contarles que en el bachillerato adelgazaron, dejaron de ser los gorditos de la generación. Me llevaba bien con los dos, hasta la fecha siguen siendo mis amigos (al menos por Facebook) y no han vuelto a engordar. En una ocasión me enojé con uno de ellos o él conmigo, no recuerdo, y nos íbamos a pelear a golpes, no hizo falta, de un panzazo me tiró al suelo, yo era muy delgado (y creo que lo sigo siendo), él solamente se rió y nuestra amistad continuó, fue la única vez que pensé que ser gordito tenía sus ventajas.

El sobrepeso y la obesidad es la tercera amenaza que tiene el niño mexicano. Ocupamos el poco honroso primer lugar a nivel mundial de acuerdo al CONACyT y a la SSA en este rubro. Empezamos con el quinto lugar, pero en pocos años le arrebatamos el lugar a Estados Unidos de Norteamérica. Niños con diabetes, hipertensión, colesterol elevado, artrosis (desgaste de los huesos por peso extra), dificultades respiratorias, fatiga, baja autoestima (con todo lo que implica: ansiedad, depresión, alteración del sueño, etc.), entre otras consecuencias que podemos observar en los menores.

A mis dos amigos con sobrepeso jamás les dije gordos, panzones o cualquier palabra ofensiva, ni escuché que mis demás compañeros se los dijeran, por otro lado, era raro que a algún niño le dijeran palabras humillantes. Cuando entré a la secundaria el panorama cambió, ahí sí vi que algunos compañeros les hicieran acoso escolar (bullyling en inglés), inclusive yo como muchos lo viví, pero era algo que se enfrentaba y asunto terminado.

En estos tiempos se observa cómo los niños desde el kínder pueden sufrir acoso escolar, una de las razones tiene que ver con la quinta amenaza que mencionaré a continuación. Compañeros que molestan a otro siempre ha existido, pero hoy en día se observa crueldad colectiva, los niños disfrutan de molestar a otro o de ver cómo molestan. No es tan simple el acoso, encierra muchos aspectos, pero es la cuarta amenaza que enfrentan los niños, no solamente en la escuela, en la calle, inclusive en casa y hoy genera graves consecuencias psicológicas en los pequeños.

Le hemos dado mucho énfasis a los derechos de los niños, pero muy poco a sus deberes y obligaciones, casi no se mencionan, recientemente he escuchado que algunos organismos lo hacen pero sin mucho eco. A los menores los hemos puesto como el centro de la sociedad y no como parte de una entidad colectiva. En ciertos momentos deben ser prioridad, sí, pero también en determinadas circunstancias lo deben ser las mujeres embarazadas, los jóvenes, las personas de la tercera edad, las mujeres y hombres en edad productiva, dependiendo del contexto en que se esté viviendo.

Les hemos dicho que son los reyes. La palabra que más prefieren decir los niños de los 2 a los 3 años es mío, mi, yo, y les tenemos que enseñar que también están los otros y existe un nosotros, además de que deben compartir. Hoy en día los niños son hijos únicos o bien dos hermanos, entonces el padre prefiere comprar dos juguetes para evitar pleitos que enseñarles a compartir, por todo se le felicita, inclusive hay lugares en donde en las competencias ya no hay perdedores, no se vayan a frustrar y traumar, a todos se les da reconocimiento o premio, además hay que aplaudirles por todo para estimularlos y no se vuelvan frustrados.

Estamos ante un niño que exige, se enoja si no le dan, que no quiere compartir, que considera que las personas están para servirle y que él no tiene ni una obligación ni responsabilidades.

La quinta amenaza que vive el niño de hoy es que lo estamos haciendo irresponsable ante sí mismo y ante los demás, por lo tanto es poco empático, tiende a reaccionar con violencia cuando no le dan lo que pide, egoísta, controlador. Le será difícil interactuar con los demás y a su alrededor tendrá adultos igual que él. 

En contraste con lo anterior, los casos de maltrato infantil continúan en las diversas modalidades, física, psicológica, sexual, económica, alimentaria. Inclusive hay niños que por un lado los hacen sentir el centro del universo, se vuelven engreídos, y cuando ya no saben cómo educarlos, los padres recurren a la extrema violencia.

Un niño puede estar conectado a la Internet las 24 horas del día, pero en promedio navega en la red de 4 a 5 horas diarias, principalmente lo que más hace es jugar, ver videos clips, series, películas y claro estar en redes sociales.

La Internet es una herramienta, como un lápiz, si se sabe usar, se puede hacer bellos dibujos, escribir agradables poemas, pero también puede servir para lastimar a alguien con su punta o dañarse a sí mismo.

¿Dejaría solo a un niño de 3 años con un lápiz de punta bien afilada? Lo más seguro es que me diga que no, entonces por qué deja que su hijo navegue en Internet sin supervisión, no importa que tenga 10 o 12 años, los riesgos son elevados, inclusive hasta puede ser enganchado por un cartel o red de tratantes.

La Internet es una importante red, muy útil casi a cualquier edad, pero a un niño no se le puede dejar solo, porque ahí hay de todo, todos tienen acceso, desde las personas más nobles hasta quienes buscan delinquir y realizar actos perversos. La Internet sin supervisión es la sexta amenaza a la cual están expuestos los niños.

¿Qué hacer ante este panorama? Es un reto, porque como sociedad apenas estamos aprendiendo a resolverlas, y es más fácil que la humanidad encuentre solución a una enfermedad de origen biológica que a una de carácter social. Ni nuestros padres ni abuelos ni anteriores generaciones enfrentaron estas situaciones. Si bien había refrescos pero no acceso a ellos las 24 horas del día ni en cada esquina como hoy, es increíble observar cómo a gran parte de la comida procesada le ponen azúcar. Internet no existía, la producción y consumo de drogas era incipiente. Las familias eran numerosas, era muy difícil pensar en un niño egoísta, tenías que compartir lo que tenías entre 4 o 10 hermanos, jamás serías el centro de atención familiar.

Con todo y lo anterior hay varias cosas que podemos hacer, cada peligro tiene una forma de prevenirse o combatirse, lo cual iré mencionando en cada artículo, y déjeme decirle que tengo detectados otros peligros de la infancia (que iré comentando en otros momentos) y cada vez que pienso en el tema le agrego uno más.

Pero hoy lo que puede hacer es estar más tiempo con su hijo, acompañarlo más en lo que hace, si se siente cansado del trabajo con estar sentado a su lado es suficiente. Muchas cosas puede y debe hacer, el reto de ser padre y ser niño es grande hoy.

Los peligros que enfrentan nuestros niños son mayores que los que nosotros tuvimos y estos siguen creciendo, así que tenemos que actuar todos los días.

Nuestro papel como padres de familia es acompañar a nuestros hijos en esta travesía de vida  parar ir enfrentando y superando cada amenaza a su lado.