Opinión

Elemental, mi querido Watson

Por Alejandro Mier


Sumado a todas aquellas APPs (aplicaciones) relacionadas a la salud que muchos ya usamos, por mencionar ejemplos que te sonarán muy familiares, las pulseras (mal llamados aún relojes) con sensores que te miden la distancia al correr, nadar o andar en bici; pasos, tiempo, calorías, etc; o la APP gratuita Heart Rate que calcula tu ritmo cardiaco en segundos, Watson de IBM muy pronto será nuestro médico de cabecera.

Pero, ¿quién es Watson? Inspirado en el libro “¡Crear o morir!”, de Andrés Oppenheimer, uno de los 50 intelectuales más influyentes de América Latina, te comento que Watson es el nieto de aquella computadora llamada Deep Blue que ganara en 1977 una partida al campeón mundial de ajedrez, Garry Kasparov. Más adelante, en 2011, Watson fue el encargado de derrotar a dos finalistas del famoso programa de preguntas y respuestas de televisión Jeopardy, -incluido Ken Jennings, invicto por una racha de 74 programas-,

ganando el primer premio de un millón de dólares. Y como no va a ser así, si entre muchísima más data, Watson almacenó la información de 200 millones de webs incluyendo una versión completa de Wikipedia, una Enciclopedia Mundial y una gran hornada de libros del Proyecto Gutemberg. No conformes con esto, sus creadores le agregaron una gracia más: no necesita conectarse a Internet.

Watson nació de la mente del programador de software Charles Lickel y lleva su nombre en honor del fundador y primer presidente de IBM, Thomas J. Watson.

En 2012, fue presentada ante la Sociedad de Información y Gerencia de Salud y en 2013 lanzó su primera aplicación comercial.

La razón de por qué muy pronto se convertirá en tu doctor, es muy sencilla: la súper computadora es capaz de almacenar toda la literatura médica y los registros de casos de millones de personas por lo que podrá hacer diagnósticos basados en una experiencia mayor que la de cualquier médico humano. Así que no te extrañe si la próxima vez que vas a ver a tu doctor, antes de darte tu diagnóstico, te dice “me permite unos segunditos” y, tal cual, en “unos segunditos”, consultará a Watson para saber a ciencia cierta tu padecimiento y receta, al tiempo que sonriendo maliciosamente a su ordenador dirá mentalmente “elemental, mi querido Watson”.

No lo puedo evitar, seré un aguafiestas: la famosa frase por la que todos recordamos a Sherlock Holmes “elemental mi querido Watson” jamás fue escrita por Sir Arthur Conan Doyle, en ninguna de las famosas novelas del detective.

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