Opinión

Marketing Intelligence, la herramienta más poderosa para llegar al consumidor

Por Guillermo Pérezbolde


En un mundo donde el consumidor es cada vez más exigente e impaciente, y su fidelidad a las marcas es cada día menor y más difícil de conseguir, la gran pregunta que se hacen los equipos de marketing es: ¿Cómo llego al consumidor de manera efectiva y a un precio razonable?

La respuesta a esa y muchas otras preguntas similares es la Inteligencia de Marketing(Marketing Intelligence) que puedo definir como:

“Encontrar al consumidor y llegar a conocerlo como persona, para entregarle la mejor experiencia de marca posible”

El MI va mucho más allá de conocer un perfil demográfico del consumidor, ya que en este caso en lugar de solo considerar su ubicación, género y edad; vamos a considerar hábitos, gustos, intereses, costumbres y todo aquello que lo defina como persona y nos permita acercarnos a el.

No solo debemos conocer al consumidor, necesitamos entenderlo.

Las estrategias de mercadotecnia hoy en día deben estar fundamentadas con un conocimiento solido del consumidor, de otra manera terminarán como disparos al aire apostándole a que la suerte logre algo.

El pasado sí importa

A diferencia de lo que ocurre en otros aspectos de la vida, donde el pasado no tiene importancia y es mejor mirar al futuro. En el caso de la inteligencia de marketing, lo que hizo el consumidor en el pasado es muy importante para poder determinar ciertos pasos a futuro.

Si bien lo que hizo en el pasado no es una garantía de lo que hará en el futuro, si nos puede dar un idea muy clara de lo que prefiere hablando de lugares, fechas y acciones.

Por lo general, las agencias que hacemos Marketing Intelligence conservamos información valiosa sobre los hábitos y acciones que realizan los consumidores relacionados con una industria, para poder utilizarlos más adelante.

Con el tiempo, toda la información que se va recabando sobre los consumidores gana relevancia e importancia ya que nos permite un conocimiento cada vez más grande sobre que funciona y que no funciona con cierto tipo de personas, para ofrecer cada vez mejores experiencias al consumidor.

No todo es digital

Si bien por medio de internet podemos encontrar mucha información del consumidor y sus hábitos, si queremos en verdad conocer a la persona, es necesario estar frente a ella y sus necesidades.

Hace poco me topé con un proyecto donde el cliente necesitaba llegar a Mamás con bebés de menos de 18 meses de vida, para ofrecerles productos para lactancia y alimentación en general de niños pequeños.

En este caso lo obvio era segmentar a Mamás con ese perfil, pero pasando el tiempo me di cuenta que la efectividad de la campaña no estaba siendo lo que esperaba, así que después de revisar los artes y en general todos los aspectos que pudieran afectar, me di cuenta que lo que necesitaba era conocer mejor a las mujeres que están pasando por esa etapa de vida.

Para conocerlas al grado que necesitábamos, hicimos mucho trabajo digital, pero también salimos a la calle a entrevistarnos con mujeres que se encontraran en la etapa de lactancia.

Fue ahí, en las entrevistas que aparecieron ciertos datos que ni Google, ni Facebook nos podían dar. Encontramos ciertos horarios y hábitos que realizan prácticamente todas las mujeres en esa etapa, lo que nos permitió hacer los ajustes pertinentes para poder mejorar la calidad.

El resultado al final fue 40% arriba de la meta propuesta originalmente, y lo único que tuvimos que hacer fue ajustar el mensaje para colocarlo en un horario específico que obtuvimos en la investigación de campo.

Como complemento de la campaña, aplicamos lo aprendido a la estrategia en redes sociales y se logró que el engagement subiera más de 60%de un mes al siguiente.

Si nos hubiéramos quedado solo con la info que internet nos daba, al final el resultado no hubiera sido tan exitoso, ya que solo estábamos viendo parte de la realidad y nos faltaba ver otro lado muy importante que solo podríamos obtener cara a cara.

Como conclusión, el Marketing Intelligence no es fácil de hacer, pero permite construir al mediano plazo un entendimiento del consumidor que seguramente hará la diferencia para la marca en cuestión.

El conocimiento que no se comparte, pierde por completo su valor

Tomado de Merca2.0