Opinión

Drogas: Legalización o Violencia

Por Luis Pazos


Estoy a favor de prevenir el consumo de mariguana, cocaína y demás drogas prohibidas, que embrutecen y llevan a delinquir a quienes caen en su adicción. Pero su prohibición no ayuda a reducir su consumo ni el número de adictos y genera condiciones para que surja un mercado ilegal, que en gran parte es responsable del incremento de la violencia que padecemos.

En los años 20 en los Estados Unidos, un grupo de ciudadanos, especialmente mujeres, lograron la prohibición del alcohol, cuya adicción destruye hogares, vidas y convierte a sus adictos en guiñapos humanos. Esa prohibición no redujo su consumo, pero creó una mafia que amasó grandes fortunas, corrompió a funcionarios y legisladores, y creó un ambiente de asesinatos y violencia.

Algo parecido sucede con la actual prohibición de la mariguana y la cocaína, que elevan su precio. Dejan un margen mucho mayor que la venta de cualquier producto del campo o de drogas y medicamentos legales.

Su alto precio solo puede sostenerse mediante un monopolio del mercado, que genera la lucha entre narcos, causa de una violencia que salpica a todos los ciudadanos. Los recursos con los que cuentan los cárteles son suficiente para armar un ejército de sicarios, que también se dedican a extorsionar, robar, secuestrar y matar por encargo. Esas mafias crearon drogas sintéticas mucho más dañinas a la salud que la mariguana y la cocaína. Las muertes por sobredosis de morfina y mariguana son mínimas en relación con las generadas por la guerra contra y entre los narcos.

Abrir un canal legal para el consumo de las drogas prohibidas no aumentaría su consumo, pues la demanda de esas drogas es inelástica por parte de sus adictos: la siguen consumiendo si sube su precio: roban, se prostituyen y matan para conseguirla y no consumen cantidades extras si baja; mientras muchos jóvenes, atraídos por lo prohibido, le entran a consumirla independiente de sus variaciones en el precio.

Hay que centrar la atención y recursos en campañas de prevención, como se hizo con el cigarro, cuya adicción causa más muertes que la cocaína y la mariguana. La legalización de la mariguana y la cocaína, entre otras drogas prohibidas, es requisito indispensable para reducir estructuralmente la violencia y el crimen que genera su prohibición.  

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Profesor de Economía Política