Opinión

Cumplamos nuestro juramento

Por Ramón de la Peña


Imagínese estimado lector el México que tendríamos si cumpliésemos nuestros juramentos, al casarnos, al recibir la primera comunión, al graduarnos, al tomar protesta como servidor público, como nuevo presidente de la República.

Hace ya buen tiempo tuve una reunión para entregar un reconocimiento a un grupo de médicos que participaron en el trigésimo Congreso Nacional de Pediatría y en su séptima reunión internacional de vacunas.

Les dije que me sentía muy contento de estar con ellos porque conozco el trabajo de los doctores en medicina, su misión, su profesionalismo, su entrega a la causa de la salud, cuanto más si esta causa está relacionada con la atención a los niños para que tengan un crecimiento y un desarrollo armónico.

De hecho les dije, estuve tentado hace tiempo en proponer un juramento similar para mis colegas Ingenieros Químicos, al que ustedes realizan al recibir su título profesional, si el juramento de Hipócrates, sobre todo en la parte de su juramento que dice: Tendré a mi maestro de medicina en el mismo lugar que a mis padres, pero más me encanto su juramento al leer: "partiré con el mis haberes, y si necesario fuere, yo proveeré a sus necesidades; a sus hijos, los tendré como mis hermanos, y si ellos quisieran aprender el arte de curar, se lo enseñaré sin pago de ningún género y sin obligación escrita; instruiré con preceptos, con lecciones orales y con los demás medios de enseñanza a mis hijos, a los de mi maestro y a los demás discípulos que se me unan por convenio y juramento, conforme está determinado en la ley médica, y a nadie más"

Les tengo que confesar que me gustó mucho la atención y relación que tienen con sus pacientes como se establece en el mismo juramento: "Estableceré el régimen de los enfermos de la manera que les sea más provechosa, según mis facultades y mi entender, y me abstendré de cometer todo mal y toda injusticia. Pasaré mi vida y ejerceré mi profesión con inocencia y pureza. En cualquier casa que yo entre, lo haré para utilidad de los enfermos, me abstendré de toda falta voluntaria y de toda acción injuriosa, corruptora o de seducción. Cualquiera cosa que yo vea; diga o entienda en la sociedad, sea en el ejercicio de mi profesión o fuera de el, si es conveniente que no se divulgue, la guardaré en secreto con el mayor cuidado, pues considero el ser discreto como un deber en semejantes ocasiones"

Pero sobre todo les dije, me encanta su compromiso con hacer el bien hacia la comunidad y hacia sus pacientes al decir: “Si observo con fidelidad mi juramento, séame concedido gozar felizmente de mi vida y de mi profesión, honrado siempre entre los hombres”

Imagínese el país que tendríamos si todos los profesionistas cumpliésemos con el juramento que se hace al graduarnos. En la Universidad Politécnica de Zacatecas su juramento nos dice: "Como profesionista dedico mis conocimientos al progreso y mejoramiento del bienestar humano. Me comprometo a dar un rendimiento máximo, a participar solo en empresas dignas, a vivir y trabajar de acuerdo con las leyes propias del hombre y el más elevado nivel de conducta profesional. A preferir el servicio al provecho del honor y la calidad de la profesión a la ventaja personal". El graduado termina diciendo: "Con respeto y honradez, hago el presente juramento".

En el Colegio Nacional de Criminólogos A.C. los graduados nos dicen:

Juro solemnemente por mi honor ejercer con ética y probidad la Criminología. Apegar mi conducta tanto durante mi ejercicio profesional como en mi vida privada, a la más estricta moral y fidelidad. Ser equitativo, austero y cumplido en todos mis actos.

Aportar sin restricciones ni claudicaciones el máximo de mis conocimientos a la persecución del delito, la corrupción y el vicio.

Velar por los intereses de la sociedad y sus instituciones. Proteger a costa de mi propia vida todo aquello que a mi sea confiado, incluyendo el secreto de lo que observe y escuche durante el desempeño de mi cometido"

Y al final terminan diciendo: "Si así lo hiciere que mi conciencia me lo premie, si no que mi agrupación colegiada me lo demande"

Añado el compromiso-juramento de Andrés Manuel Lopez Obrador al recibir el documento que lo ratifica como presidente electo: "En lo que a mí corresponde, en mi carácter de titular del Ejecutivo Federal, actuaré con rectitud y con respeto a las potestades y la soberanía de los otros poderes legalmente constituidos. Ofrezco a ustedes, señoras y señores magistrados, así como al resto del Poder Judicial, a los legisladores y a todos los integrantes de las entidades autónomas del Estado, que no habré de entrometerme de manera alguna en las resoluciones que únicamente a ustedes competen.  En el nuevo gobierno, el Presidente de la República no tendrá palomas mensajeras ni halcones amenazantes; ninguna autoridad encargada de impartir justicia será objeto de presiones ni de peticiones ilegítimas cuando esté trabajando en el análisis, elaboración o ejecución de sus dictámenes y habrá absoluto respeto por sus veredictos"