Opinión

¿Es justo? versión 2

Por Ramón de la Peña


Después de la publicación de mi escrito sobre el tema de ¿Es Justo? , el cual inicio con la siguiente pregunta: ¿Es justo que los que ganan más, paguen más impuestos?, y en el cual destaco que la solución debe de encaminarse hacia la educación como la fuerza transformadora más importante de las personas y la creación de más empleos y mejor pagados, recibí un buen número de comentarios, de los cuales destaco el siguiente:

"Pero no nada más es la educación, si no también que se dediquen a formalizar el comercio informal, que busquen que todos paguen impuestos… es más, que reduzcan los impuestos para que más gente quiera pagar y no evadir impuestos o buscar trabajos o formas de hacer negocio de manera ilícita, ilegal o no-formal, léanse los puesteros y pulgueros, los que venden paletas y aguas frescas, los negocios formales que no dan factura o recibo como las ferreterías, papelerías, etc."

Después de leer el comentario recordé una reunión muy interesante que tuve con un grupo de amigos y colegas en la cual quisimos definir los cambios esenciales que necesita nuestro país.

Usamos como punto de partida los escenarios del cambio que nos presenta Osho, el místico hindú, en su libro: “Cambio; como convertir una crisis en una oportunidad”. En ese libro Osho menciona tres caminos para realizar un cambio: Una reforma, que al aplicarla a la transformación de una casa implica sólo arreglar la fachada para que la casa se vea bien, aunque dentro de ella sea todo un desastre; el segundo camino es llevar a cabo una revolución, que implica arreglar la fachada y la sala, el baño de las visitas  y el comedor, para que las visitas digan, Guau, que excelente casa, aunque los baños, las recámaras y el cuarto de triques estén en pésimo estado; el tercer camino es el de la rebelión, la cual se inicia arreglando primero el cuarto de triques y se continua con las demás partes de la casa hasta terminar finalmente arreglando la fachada.

Basados en esta propuesta de Osho nos preguntamos:  ¿Cuáles son los cuartos de triques o las ventanas rotas que se tienen en nuestro país, y por ventanas rotas implicó el problema esencial que impacta a mucha gente, que se ve claramente que nadie se siente con la responsabilidad de resolverlo y por lo tanto nadie hace nada.  

Hubo mucha participación demostrando el interés que se tiene en que nuestro país mejore en los aspectos esenciales que tenemos que cambiar para no continuar dirigiéndonos en la dirección incorrecta.  

¿Cuáles fueron los problemas más importantes que mencionamos?

1. El que más se destacó fue la impunidad y la ilegalidad que prevalece en nuestra sociedad, que nos ha conducido a que prevalezca una cultura de corrupción. Uno de mis colegas comentó  que deberíamos de proponer y promover una ley anticorrupción similar a la que se tiene en otros países, pero sin olvidar concluyó, que ley que no se cumple es como si no existiera, efectivamente ante los malos comportamientos, como los que hemos visto en la ciudad de México, debe de haber consecuencias no impunidad. 

2. El segundo comentario incidió sobre la desarticulación de la familia y el corrimiento negativo en los límites de los hábitos de comportamiento. 

3.Se destacó  la pérdida de la cultura del esfuerzo y la búsqueda de que algún Aladino para que con su lámpara mágica nos resuelva los problemas personales y familiares.  ¿Existe algún Aladino que nos pueda cubrir nuestras necesidades sin que nos cueste algo?, la respuesta inmediata fue, claro que sí: los candidatos a algún puesto de elección popular que prometen apoyarnos en todo con tal de ganar.  Qué pero le ponemos, por ejemplo, a la propuesta del Partido Verde que ante la queja de una familia por falta de medicinas nos dice: Si el gobierno no se las puede dar, que se las paguen.  Claro que me vino la siguiente pregunta a la mente, ¿Y con qué dinero las pagará?, pues con nuestro dinero que pagamos de impuestos. 

4. Lo que nos condujo a otro problema básico, la falta de cumplimiento de los derechos ciudadanos en nuestra constitución, de las promesas y acuerdos formalizados hasta con notario público, por parte de los responsables de cumplirlas.

5. Finalmente se concluyó que carecemos de una eficaz participación ciudadana. 

Efectivamente estimado lector, los que más sabemos, tenemos y podemos, tenemos la obligación ética y moral de pasar de lo personal a lo político para transformar positivamente a nuestro país.