Opinión

La Ética es el modo más inteligente de vivir

Por Roberto Matosas


Citando a José Antonio Marina, “la ética es el modo más inteligente de vivir”.   El comportamiento íntegro de los dirigentes, desde la honestidad y el bien común, así como enseñar que la ética es lo más conveniente, aunque no siempre sea lo más fácil (si algo nos enseña el “Behavioral economics”, la Economía Conductual, es que se suele elegir lo fácil a lo correcto).

¿Cómo conciliar progreso económico con bienestar social?

Desde la Ética. Y dentro de ella, desde la ética laboral. Desde el sentido del honor (tener en cuenta los propios deberes como ser humano, además de los derechos). La ética es más importante que nunca y debe estar en nuestra visión compartida, en nuestra inspiración, en una sociedad fracturada. L@s líderes pueden serlo faltando a la verdad, a la bondad y a la belleza (la tríada platónica), pero no deberían mantener su liderazgo caso de ser así. La Ética en el corazón del pensamiento crítico, la “novena competencia” de la Unión Europea.

Empleabilidad, concepto acuñado por Sumantra Ghoshal en 1997 (el mismo año de la “guerra por el talento”, coetáneo de la Inteligencia Emocional de Daniel Goleman, el Cuadro de Mando Integral de Norton y Kaplan, el “Yo, S. L.” de Tom Peters). Es la capacidad para una persona de conseguir y crear un empleo, por cuenta propia o ajena, satisfaciendo sus necesidades económicas y de desarrollo (subrayo estos dos últimos puntos, porque el empleo de nuestro talento debe ser digni y justo y porque el talento que no se aprecia se deprecia).

Con la digitalización (“todo lo rutinario se automatizará”), la empleabilidad conecta con lo privativamente humano: la creatividad, la inteligencia emocional y la resolución de problemas complejos. L@s líderes digitales, siguiendo a Tomás Chamorro-Premuzic (exCEO de Hogan y actual Chief Talent Scientist de ManpowerGroup) deben contar con las cuatro competencias nucleares: Adaptabilidad, Iniciativa, Persistencia y Brillantez (“Smart & curious”), además de la Learnability, Emprendizaje y Valentía.

Learnability, concepto acuñado por Mara Swan: la capacidad de aprender a un ritmo igual o incluso superior al del entorno. Aprender debe formar parte de nuestras vidas, de forma que le dediquemos al menos un 20% de nuestro tiempo (en la sociedad del espectáculo, el aprendizaje debe ser divertido, en absoluto tedioso). Leaders as learners, l@s líderes como maestr@s, como entrenadores/as.

Aprender desde el desarrollo integral, desde la Educación, la Exposición y la Experiencia.

Aprender a emprender. Consideramos a las personas emprendedoras como aquellas que se sienten enganchadas a un proyecto vital. Por tanto, emprender es cuestión de emociones (de movernos, de conmovernos), de “engagement” (implicación, compromiso), de proyecto (desde un reto movilizador, ilusionante, elevamos nuestras capacidades) y desde la optimización de nuestra vida para ofrecer nuestra mejor versión.

Y esa Exposición personal, desde la Valentía. Citando a Aristóteles, mi coach favorito, el justo medio entre la cobardía y la temeridad. Nada más y nada menos. El Talentismo es tiempo de valientes.

Agenda para el Empleo Juvenil (para un servidor, un@ es joven mientras tenga más sueños que añoranzas): desde la imprescindible Ética, Empleabilidad post-digital (creatividad, inteligencia emocional y resolución de problemas complejos), Liderazgo nuclear (adaptabilidad, iniciativa, persistencia y brillantez) y digital: Learnability, Emprendizaje (sentirnos enganchad@s a un proyecto vital) y Valentía.

Con toda modestia, tenemos una Visión del Futuro del Empleo (de hecho, desde el presente) que hemos tenido el privilegio de compartir en el seno de la Unión Europea.

Si sabemos lo que hemos de hacer, ¿no tendremos el coraje de ir por ello? (Fuente: Juan Carlos Cubeiro, Hablemos de talento).