Opinión

Aprender como en Finlandia, en la escuela y en la empresa

Por Roberto Matosas


Uno de los libros de estos días es ‘Enseñar como en Felicidad. 33 estrategias sencillas para conseguir más felicidad en las aulas’, del maestro estadounidense Timothy D. Walker. El profesor Walker se trasladó con su familia a Helsinki (su esposa es finlandesa). Desde entonces, narra su experiencia en el blog ‘Taught by Finland’. Cuando trabajaba como docente en EE UU, estaba permanente estresado con jornadas agotadoras y pobres resultados. Ahora está feliz.

Magnífico prólogo de Passi Sahlberg (autor de ‘Lecciones finlandesas 2.0.’ en 2015):  en diciembre de 2001, cuando la OCDE publicó el informe PISA, no estaban a la cabeza Japón, Hong Kong, Singapur, Alemania, Países Bajos, Australia, Nueva Zelanda ni Suecia, sino Finlandia, lo que fue toda una sorpresa. Para él, hay cinco elementos esenciales que lo explican: una escuela comprensiva, un profesorado mejor preparado, mecanismos para asegurar el bienestar de los niños, la dirección de las escuelas y que el 90% de los alumnos practica una afición fuera de la escuela. En términos del Futuro del Empleo (#FutureOfWork) sería el equivalente uno por uno al Talent Hybrid Ecosystem, Skills Revolution, Talent Experience, Digital Leader y Talent Magnet. Nada es casual. Pasi Sahleberg nos dice respecto al modelo finlandés: “¡Cuidado, no lo intente en casa!”. O tal vez sí, para ser más atractivos.

50% de los profesores estadounidenses deja la profesión en los cinco primeros años. Básicamente, porque sufren. Algo hay que hacer. La clave, que comparto, es que se valore la felicidad por encima del éxito (ya sabes, la felicidad lleva al éxito y no al revés). “Factor felicidad” (Doug Lemov, 2015): la felicidad en el aula es una herramienta que los profesores pueden utilizar (deben utilizar, me permito añadir) para mejorar los resultados. Walker define la felicidad como “un estado de emoción positiva intensificada”. Raj Raghunatan, profesor de la Universidad de Texas en Austin y autor del libro ‘Si eres tan listo, ¿por qué no eres feliz?’ (2016) identifica, más allá de las necesidades básicas, cuatro elementos esenciales para la Felicidad: 

  • sentimiento de pertenencia, 
  • autonomía, 
  • competencia y 
  • actitud. Timothy Walker añade un quinto componente, el bienestar. A partir de ahí, describe 33 sencillas estrategias para mejorar la educación.

A. Bienestar:

  • Programa pausas para el cerebro (cada 45′, 15′ de descanso). “Tienes que darle al cerebro tiempo para asimilar la información que va recibiendo” (Daniel Levitin, Universidad McGill). El tiempo libre ha de tener diversión, autonomía y novedad (motivadores intrínsecos, como diría Daniel Pink).
  • Muévete y aprende. Frente al sedentarismo, la movilidad. Programa “las escuelas finlandesas en movimiento”.
  • Carga las pilas después de la escuela. Del presencialismo al tiempo libre.
  • Simplifica el espacio. El lema “menos es más”. Un ambiente despejado.
  •  Respira aire fresco. La calidad del aire importa mucho. 
  • Sal a la naturaleza. Una educación basada en el entorno (Richard Louy).
  • Que haya paz: trabajos relajados y sin prisas.
  • Los referentes de aula. Una reglas claras de inicio.
  • El indicador de ruido. Una clase tranquila.
  • El punto de equilibrio: mindfulness o atención plena.

B. El sentimiento de pertenencia.

  • Crea un equipo para el bienestar.
  • Conoce a cada niño.
  • Juega con tus alumnos.
  • Celebra su aprendizaje.
  • Un sueño común (propósito).
  • Elimina el acoso escolar.
  • Fomenta el sentido de equipo.

C. La autonomía

  • Empieza por la libertad. Por ejemplo, “semana del aprendizaje autónomo”.
  • Deja cierto margen en los cómos.
  • Ofréceles opciones.
  • Planifica con tus alumnos.
  • Cuanto más real, mejor.
  • Exige responsabilidad.

D. La competencia

  • Enseña las bases.
  • Explota el libro de texto.
  • Equilibra el uso de la tecnología.
  • ¡Música, maestro! El aprendizaje musical es esencial para las matemáticas y en general para el aprendizaje. Ann- Marie Oreskovich, fundadora del proyecto Math Musical Minds, lo ha demostrado,
  • Acompaña más (coaching).
  • Pon a prueba su aprendizaje (cumplimiento de objetivos)
  • Comenta las notas

E. La actitud

  • Intenta fluir (el concepto de Fluidez de Csikzentmihalyi: elevar las capacidadea a la altura de los retos).
  • Hay que tener la piel más dura: frente a la complacencia, la resiliencia. Los finlandeses manejan el concepto de “sisu”, del que he hablado en este Blog, de superar la adversidad. Y dar las gracias, citando a Raghunatan, es reconocer que nadie consigue nada por sí solo.
  • Colabora entre profesores tomando un café.
  • Invita a los expertos a tu clase.
  • En vacaciones, tómate vacaciones.
  • No te olvides de pasarlo bien.

Estupendo libro el de Timothy Walker, publicado en inglés en 2017 y en castellano esta pasado septiembre. Con una bibliografía de 52 textos, tan solo 8 de ellos de más de años antes de su publicación.

Si conectamos la definición de Talento de José Antonio Marina (inteligencia que elige bien las metas, maneja la información,  gestiona las emociones y practica las virtudes de la acción) con las 12 actividades deliberadas para ser feliz de Sonja Lyubomirsky, comprendamos que hay una estructura:

  • Metas: Establecer objetivos, Practicar los valores, Fluir.
  • Información: Optimismo inteligente, Resiliencia, No darle demasiadas vueltas a las cosas.
  • Emociones: Perdonar, Amabilidad y Gratitud.
  • Acción: Ejercicio físico y mental, Relaciones sociales y Saborear las alegrías de la vida.

 

 

 

(Fuente:  25 noviembre, 2018  Juan Carlos Cubeiro)