Tus lecciones importan. Tus estrategias importan. Tus relaciones son importantes. Muchas otras cosas también importan. Algunas de estas cosas están bajo tu control y otras no.
Pero en cada decisión que tomes, en cada acción que tomes, hay un hilo común. ¿Cuál es tu enfoque mental? ¿Tienes una mentalidad de crecimiento? ¿Eres un educador empoderado? ¿Crees en tu habilidad para hacer una diferencia? ¿Tienes un fuerte sentido de autoeficacia?
El enfoque mental de una persona ante cualquier situación tiene un impacto increíble en los resultados. Las elecciones que hacemos determinan nuestro futuro. Es nuestra elección más que cualquier otro factor lo que determina quiénes somos y en quién queremos convertirnos. Creo que eso es cierto para los estudiantes, y creo que también lo es para nosotros como educadores.
1. Los resultados extraordinarios requieren que esperes grandes resultados.
Los resultados extraordinarios no ocurren por accidente. Solo mira lo que hacen las personas exitosas y verás lo que se necesita. Primero, tienes que creer que grandes cosas pueden suceder. Algunas personas dudan en poner el listón muy alto porque pueden quedarse cortos. Otros piensan cuánto trabajo va a tomar, y se preguntan si valdrá la pena.
Pero si no está dispuesto a obtener ningún resultado extraordinario, ¿te estás conformando con menos de lo que eres capaz de hacer? ¿Y si te está conformando con menos, les está dando a tus estudiantes una experiencia que es menos de lo que merecen? También mereces ser lo mejor que puedas. Anhela lo que no es fácilmente a tu alcance. Sueña en grande.
2. No es falta de tiempo, es falta de dirección.
Todos tenemos el mismo número de horas en cada día. Tenemos el mismo número de días en cada semana. Rara vez he escuchado a alguien quejarse por falta de tiempo. La clave es cómo estamos usando el tiempo. ¿Estás aprovechando al máximo tu tiempo? ¿Estás dando tiempo a las cosas que hacen el mayor impacto? ¿Sabes qué es lo más importante en tu día?
Elige invertir tu energía en cosas que transformarán tu efectividad. Tienes que tomar riesgos. Te perderás el 100% de las oportunidadess que no tomes. ¿Qué acciones son tus multiplicadores? Hacen que todo sea mejor. Pagan dividendos en el futuro. Vierte tu energía en las cosas que dan el mayor rendimiento. Encuentra tu verdadero norte y establece tu dirección en consecuencia.
3. Estar dispuesto a dejar ir algo bueno por algo grande.
La mayoría de las personas alcanzan un cierto nivel de efectividad, y luego simplemente mantienen el status quo. Se meten en una rutina sin seguir creciendo y empujando hacia adelante. Muy a menudo estamos puliendo el pasado, tratando de mejorar las prácticas que simplemente son obsoletas o que ya no son efectivas. Nuestro objetivo es mejorar un poco las cosas en lugar de abrir nuestras mentes a nuevas posibilidades.
No te conformes con lo suficientemente bueno. No te conformes con enseñar como te enseñaron. Nuestro mundo está cambiando más rápido que nunca. Así que nuestras escuelas deben reflejar esos cambios. No podemos permitir que se conviertan en cápsulas del tiempo cuando podrían ser máquinas del tiempo. Necesitamos adaptarnos y crear un aprendizaje que sea relevante para el mundo.
4. Ver los problemas como son, pero no peor de lo que son.
Creo en el poder del pensamiento positivo. Pero el pensamiento positivo, en mi opinión, no es creer que todo está bien. No es pretender que todo es genial. Es creer que las cosas pueden mejorar. Enfocarse en soluciones, no en problemas. Necesitamos ver los problemas por lo que son, pero no actuar como si fueran imposibles de superar.
Algunas personas enfocan su energía en culpar y quejarse. Levantan las manos y renuncian. Su solución es que todo fuera de ellos cambie. Pero un enfoque diferente se centra en la búsqueda de la excelencia. Ningún obstáculo es demasiado grande para dejar de intentarlo. Creen que con el trabajo duro, la determinación y el deseo de aprender y crecer, no hay límite a lo que podría ser posible.
5. Una de las mejores maneras de aumentar el esfuerzo y el compromiso de los estudiantes es aumentar tu propia energía y entusiasmo.
¿Qué tipo de energía estás trayendo a tu aula o escuela? Noté que algunos de nuestros estudiantes llegan a la escuela con muy poca energía. ¿Cómo vas a poner esa energía en marcha? Muchos de nuestros estudiantes no han aprendido cómo aprovechar al máximo su aprendizaje. Esos hábitos no cambiarán a menos que nosotros, como educadores, seamos intencionales. Necesitamos cambiar.
Necesitamos llevar mucha determinación y pasión a lo que hacemos. "Esa persona no aceptará de mí nada más que lo mejor". Muchas cosas pueden interponerse en el camino del aprendizaje en una escuela, asegurémonos de que no sea la actitud o el entusiasmo de los adultos que trabajan allí.
Fuente: David Geurin, diciembre 14.2018