Opinión

Paloma y los campeones Triquis

Por Ricardo Homs


En la misma semana los medios de comunicación han destacado dos historias de éxito que nos muestran que sí es posible tener grandes resultados cuando hay el deseo y la determinación de buscar nuevos caminos para la educación.
El caso de Paloma Noyola Bueno, de doce años de edad y radicada en Matamoros, Tamaulipas, -alumna de la escuela primaria José Urbina Lòpez-, quien con un rendimiento excepcional obtuvo durante 2012 la mejor calificación nacional en matemáticas, de la prueba Enlace, y por ello la revista norteamericana Wired, -con gran liderazgo en ciencia y tecnología-, la destaca en su portada, augurándole un gran futuro profesional.
Según destaca Wired, “¿Cómo un radical y nuevo método de enseñanza puede impulsar a una generación de genios?”.
Por otra parte la historia del equipo de baloncesto conformado por niños de la etnia Triqui, de Oaxaca, que lograron llamar la atención porque aun jugando descalzos, -como derivación de sus carencias económicas-, lograron un excelente desempeño compitiendo en un torneo en Argentina.
Ambos casos nos revelan la existencia de un maestro excepcional que ha estado impulsando el talento de estos miembros de la nueva generación de mexicanos.
Sergio Juárez Correa, -el maestro y guía de Paloma-, sintiéndose insatisfecho con los bajos resultados escolares empezó a buscar nuevas soluciones en Internet y a leer libros hasta que descubrió un video en el que se describe el trabajo de Sugata Mitra, un profesor de tecnología educativa en la Universidad de Newcastle en Inglaterra, quien durante mucho tiempo realizó experimentos acercando computadoras a grupos de estudiantes de la India, hasta descubrir que esos niños lograron ampliar su desempeño escolar significativamente.
Sergio Juárez aplicó en su zona estas experiencias en beneficio de sus alumnos, -entre los cuales se encuentra Paloma-, hasta descubrir que no sólo su ahora famosa alumna tenía un talento excepcional para las matemáticas, sino que todos los miembros de su grupo escolar lograron resultados sorprendentes.
La prueba Enlace de 2012 logró en el grupo de Paloma calificaciones de 921, que se convirtieron en el resultado más alto a nivel nacional. 
El supervisor de la escuela recordó que en el año anterior 45% de los alumnos habían reprobado en matemáticas y 31% no pasaron en español. Esta vez, solamente 7% fallaron en matemáticas y 3.5% en español.
El caso de los niños triquis no fue diferente. El maestro de educación física Sergio Zúñiga se hizo cargo de este equipo formado por niños de primaria y generó, -con el apoyo de Rufino Merino- todo un proyecto deportivo en esta zona indígena de Oaxaca, con los resultados hoy conocidos que han llevado a estos niños a triunfar en el extranjero, cambiándoles la vida y sus oportunidades de desarrollo.
El interés del maestro Zúñiga, -así como de Rufino Merino y Heriberto Pazos-, por buscar nuevas oportunidades para estos niños a través del deporte, les permitió extender este proyecto a 21 comunidades oaxaqueñas de la zona triqui.
Lo destacable es que un eje muy importante de estos logros tienen como centro la fuerza de voluntad y el compromiso con sus responsabilidades y con sus alumnos por parte de exponentes de un magisterio responsable e innovador, ubicado en dos zonas geográficas radicalmente distantes, como lo son Tamaulipas y Oaxaca.
Mientras ésto sucede para satisfacción de México, otros docentes extorsionan al gobierno para continuar con sus prácticas monopólicas, propias de un sindicalismo decadente que lo último que le interesa es el futuro de la niñez mexicana.
¿Cuántos maestros más con el perfil de los aquí mencionados trabajan en sus comunidades de forma ejemplar con alto sentido de responsabilidad?.
Seguramente son muchísimos más los maestros responsables que los irresponsables.
Importante es destacar y reconocer el valor de los casos de éxito que nos muestran que sí es posible innovar el modo de formar a las nuevas generaciones.
Los resultados hablan por sí mismos.