Opinión

Disminución de lo humano

Por Roberto Matosas


Son cada vez más las voces que anuncian un cambio de época. Chateaubriand (1768-1848) vivió una sensación parecida con la Revolución Francesa y la Europa de Napoleón. Sus reflexiones nos estremecen por la vigencia que manifiestan pasados más de dos siglos:

¿Cómo será la nueva sociedad? Lo ignoro. Desconozco sus leyes; no la comprendo, como los antiguos no entendían la sociedad sin esclavos, producida por el cristianismo. ¿Cómo se nivelarán las fortunas, cómo se equiparará el sueldo al trabajo, cómo la mujer llegará a la emancipación legal? No lo se. Hasta ahora la sociedad ha procedido por agregaciones, a partir de la familia

¿Cómo será con más fuerza de la individualidad, como se puede ver que sucede en los Estados Unidos?

Probablemente la especie humana crecerá, pero es de temer que a costa de la disminución de lo humano; que algunas facultades eminentes del genio se pierdan; que la imaginación, la poesía, las artes mueran en los alveolos de la sociedad-colmena, en la que cada individuo será una abeja, una rueda en la máquina, un átomo en la materia organizada (…)

La sociedad moderna ha tardado diez siglos en componerse, y ahora se descompone. Las generaciones de la Edad Media eran vigorosas, porque estaban en una progresión ascendente; nosotros somos débiles, porque estamos en progresión descendente. Este mundo reducido no recobrará la fuerza hasta que no llegue al último grado del descenso. Entonces comenzará el remonte hacia una nueva vida (…) Somos una generación de tránsito, intermediarios oscuros, destinados al olvido, formando los eslabones para alcanzar las manos que forjarán el futuro.

Fuente: Vicente Huerta, febrero 14.2019