Opinión

Las cuatro hormonas para un cerebro feliz

Por Roberto Matosas


He estado leyendo ‘Los hábitos de un cerebro feliz’, de Loretta Graziano, de la Biblioteca de bienestar y crecimiento personal dirigida por Elsa Punset. Junto al libro, una práctica guía de lectura de la propia Elsa. “La realidad nunca puede estar a la altura de las expectativas, porque constantemente cambiamos nuestras expectativas” (Loretta Graziano). La profesora Graziano, emérita de la Universidad Estatal de California en East Bay, es experta en la motivación humana y la química del cerebro.

La química de la Felicidad la componen cuatro hormonas:

– Dopamina, que se libera cuando esperamos una recompensa

– Endorfinas, que enmascaran el dolor.

– Qxitocina, hormona del amor, del cariño.

– Serotonina, que generamos cuando nos centramos en el valor de las cosas y de nosotr@a mism@s

Lo que propone Loretta Graziano es “una forma realista y moderna de estimular nuestra química natural sin efectos secundarios”.

En la química de la Felicidad (en el sistema límbico), cada hormona tiene una tarea: 

conseguir lo que uno necesita (dopamina), 

ignorar el dolor (endorfinas), 

creer en los demás (oxitocina) y 

hacerse respetar (serotonina).

Cuatro motivos felices de supervivencia: recompensas, antidolor, vínculos, respeto. El Amor, nos cuenta Loretta, es un cóctel de sustancias químicas cerebrales.

La dopamina es la excitación que un@ siente cuando espera una recompensa. La endorfina genera una sensación de olvido que enmascara el dolor físico (euforia). La oxitocina es el placer de levantar la guardia por quienes confías. La ´serotonina la produce la sensación de que eres importante (autoconfianza). Junto a ellas cuatro, el cortisol, nuestro sistema de alarma personal.

El paso de la Felicidad a la decepción puede darse por decepción de dopamina (falta el subidón), por la decepción de las endorfinas (infringirse dolor), por la decepción de la oxitocina (malas alianzas) y por la decepción de la serotonina (poca importancia social). Los hábitos felices ayudan a luchar contra la decepción.

Para que el cerebro cree buenas conexiones, experiencias positivas (físicas, mentales, emocionales y de coherencia de valores):: compromiso. El sistema límbico y el córtex trabajan conjuntamente.

Nuevos hábitos de la dopamina:

1. Celebrar las pequeñas victorias.

2. Dar pequeños pasos hacia un nuevo objetivo.

3. Dividir las tareas difíciles en pequeños retos.

4. Ajustar el nivel de exigencia.

Nuevos hábitos de las endorfinas:

1. Reír.

2. Llorar de vez en cuando.

3. Hacer un ejercicio diferente.

4. Estiramientos.

5. Hacer ejercicios divertidos.

Nuevos hábitos de oxitocina:

1. Crear confianza “delegada”

2. Colocar piedras que llanen el camino.

3. Generar confianza.

4. Crear un sistema para comprobar la confianza.

5. Recibir un masaje.

Nuevos hábitos de serotonina:

1. Logros: sano orgullo por lo conseguido.

2. Disfrutar cada momento de nuestra posición social.

3. Ser consciente de tu influencia.

4. Aceptar lo que no puedes controlar.

En 45 días, podemos arraigar nuevos hábitos, nos asegura Loretta Graziano.

¡Un libro estupendo! Mi gratitud a la Dra. Graziano y a mi buena amiga Elsa Punset.

“Cada sustancia química feliz desencadena una sensación de bienestar diferente. La dopamina produce la alegría de encontrar lo que buscas, el “Eureka, ¡lo conseguí!”. La endorfina enmascara el dolor, y a menudo la llamamos euforia. La oxitocina produce la sensación de estar seguros con los demás, la vinculación. Y la serotonina produce la sensación de ser respetado por los demás, es decir, el orgullo”.

Las hormonas de la Felicidad en el cerebro me han recordado el modelo SCARF de David Rock, padre del NeuroLIderazgo:

– Estatus (Serotonina)

– Certidumbre (Dopamina)

– Autonomía (Endorfinas)

– Relaciones (Oxitocina)

– Equidad (el equilibrio entre las hormonas; su falta produce Cortisol).

 

 

Fuente: Hablemos de talento, Juan Carlos Cubeiro, julio 16.2018