Opinión

Cómo integrarte con el mundo de la naturaleza

Por Lilia Reyes Spindola


En el día de la protección del medio ambiente les estoy escribiendo sobre lo que he entendido, sobre las vivencias que me han dejado una huella profunda y de las cuales he ido aprendiendo en el transcurso del tiempo para ser feliz. Entre tantas cosas que he aprendido, uno de los capítulos importantes ha sido el haberme interesado en saber sobre la magia infinita que posee la naturaleza.

Hace ya ocho años hice un viaje a las montañas en Machu Picchu, Perú, y fue un viaje que me hizo sentir parte del “Todo”, pues la Madre Tierra, la Pachamama, me abrió sus entrañas y me invitó a sentirla, a integrarme a ella, me presentó con la energía de la naturaleza, con el sol, con la luna, con el cielo, con las estrellas, con las nubes, con el río, con las piedras, con los aliados de poder del mundo animal, escuché historias y mitos maravilloso y todo lo grabé en mi alma.

Todos los seres humanos debemos buscar la oportunidad de tener encuentros con el mundo de la naturaleza que nos rodea, debemos ser humildes ante su majestuosidad y abrir el alma para percibir su energía y su amor incondicional. el viento, los árboles, todos tienen algo que contarnos y enseñarnos. La naturaleza está llena de misterios y magia, todo canta, todo tiene su canción.

Para mí, estos encuentros allá, en lo alto de la cordillera de los Andes me transformaron. Mi intuición me guío, aprendí a escuchar los sonidos de ese mundo, sonidos profundos o simples, a seguir su ritmo, porque todo palpita y vibra igual que nosotros. Aprendí a ver otra realidad, en donde todo se comparte

ser. Los seres que viven apegados a esa realidad veneran y respetan a la Madre Tierra, al sol, a la luna, al cóndor, al águila, y su conexión con los elementos los convierte en seres sabios.

Viví allá en Machu Picchu envuelta en su magia, en ese recinto colgado en las nubes llena de asombro y con un enorme sentimiento de amor, y la Pachamama me respondió, me abrió las puertas de la montaña, el viento disipó la neblina que producen las dudas y las suposiciones, y me permitió ver con claridad el sendero que nos lleva a la integridad y a la unión con el “Todo”.

Les cuento todo esto para que entiendan por qué pienso que todos los seres humanos, no importa la edad que se tenga, deben “darse cuenta” que tenemos que buscar ese acercamiento a la naturaleza y a las energías que de ella emanan. 

La responsabilidad y la obligación de proteger al Planeta Tierra es de todos los seres humanos, la inconsciencia y la falta de respeto que hemos creado, nos han llevado a sufrir todos los cambios que están ocurriendo en nuestro mundo, nos quedan según estudios de la ONU solamente 12 años para detener todo el mal que hemos provocado, ya que de no ser así, ya no va haber modo de suspender los efectos nefastos, debemos tener conciencia del futuro que les estamos heredando a nuestros hijos, nietos y generaciones futuras.  Hagamos algo, ya no nos queda tiempo.

 Lilia Reyes Spíndola