Opinión

Tres historias para reflexionar

Por Ramón de la Peña


Recibí esta excelente recomendación: "La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado"

Historia 1: Cierto día en un Castillo de Guerreros Chinos, se encontraron con la muerte de uno de sus guardianes y fue preciso encontrar un substituto.  El Gran Maestro convocó a todos los discípulos para determinar quien sería el nuevo centinela. El Maestro, con mucha tranquilidad y calma, dijo: “Asumirá el puesto el primer guerrero que resuelva el problema que voy a presentar”.  Entonces colocó una magnifica mesita en el centro de la enorme sala en que estaban reunidos y encima de ésta, colocó un jarrón de porcelana muy raro, con una rosa amarilla de extraordinaria belleza en él y dijo así: “Aquí está el problema”. Todos quedaron asombrados mirando aquella escena: Un jarro de extremo valor y belleza, con una maravillosa flor en el centro.  ¿Qué representaría?, ¿Qué hacer?, ¿Cuál es el enigma?  En ese instante, uno de los discípulos sacó una espada, miró al Gran Maestro, y a todos sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y... ZAZ.. Destruyó todo de un solo golpe. Tan pronto el discípulo retornó a su lugar, el Gran Maestro dijo: “Usted será el nuevo Guardián del Castillo”.

Historia 2: Un rey recibió como obsequio dos pichones de halcón y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara.  Pasando unos meses, el instructor comunicó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente educado, pero que al otro no sabía lo que le sucedía, pues no se había movido de la rama desde el día de su llegada al palacio, a tal punto que había que llevarle el alimento hasta allí. El rey mandó llamar a curanderos y sanadores de todo tipo, pero nadie pudo hacer volar el ave.  Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero  nada sucedió. Por la ventana de sus habitaciones, el monarca podía ver que el pájaro continuaba inmóvil.  Publicó por fin un bando entre sus súbditos y, a la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente en los jardines. “Traedme al autor de ese milagro”, dijo.  Enseguida le presentaron a un campesino. “¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago, acaso?” Entre feliz e intimidado, él solo explicó: “No fue difícil, su Alteza: sólo corté la rama.  El pájaro se dio cuenta que tenía alas y se lanzó a volar.”

Historia 3: Un Rey soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un Sabio para que interpretase su sueño. Qué desgracia mi señor, exclamó el Sabio, cada diente caído representa la pérdida de un pariente de vuestra majestad. Qué insolencia gritó el Rey enfurecido, ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? Fuera de aquí.  Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.  Más tarde ordenó que le trajesen a otro Sabio y le contó lo que había soñado. Este, después de escuchar al Rey con atención, le dijo: Excelso señor. Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes. Se iluminó el semblante del Rey con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro. Cuando éste salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado: La interpretación que habéis hecho de los sueños del Rey es la misma que la del primer Sabio. No entiendo porque al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro. Recuerda bien amigo mío respondió el segundo Sabio, que todo depende de la forma en el decir... uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse. De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda, mas la forma con que debe ser comunicada, es lo que provoca en algunos casos grandes problemas entre países, comunidades y personas.