Opinión

Para su meditación

Por Ramón de la Peña


Les comparto una antigua bendición Náhuatl, escrita en el siglo VII en la región central de México, que trata de perdón, cariño, desapego y liberación.

Esta antiguo mensaje Náhuatl se inicia motivándonos a decir: "Yo libero a mis padres de la sensación de que han fallado conmigo; Yo libero a mis hijos de la necesidad de traer orgullo para mí, que puedan escribir sus propios caminos de acuerdo con sus corazones, que susurran todo el tiempo en sus oídos; Yo libero a mi pareja de la obligación de completarme. No me falta nada, aprendo con todos los seres todo el tiempo"

Pero también nos pide agradecer: "Agradezco a mis abuelos y antepasados que se reunieron para que hoy respire la vida; Y los libero de las fallas del pasado y de los deseos que no cumplieron, conscientes de que hicieron lo mejor que pudieron para resolver sus situaciones dentro de la conciencia que tenían en aquel momento; Yo los honro, los amo y reconozco inocentes"

Pero sobre todo nos dice que debemos de hacer lo siguiente: "Yo me desnudo el alma delante de sus ojos, por eso ellos saben que yo no escondo ni debo nada, más que ser fiel a mí mismo y a mi propia existencia que, caminando con la sabiduría del corazón, soy consciente de que cumplo mi proyecto de vida, libre de lealtades familiares invisibles y visibles que puedan perturbar mi Paz y Felicidad, que son mis únicas responsabilidades"

pero también nos recomienda renunciar al papel de salvador: "de ser aquel que une o cumple las expectativas de los demás; Aprendiendo a través y sólo a través, del AMOR... bendigo mi esencia, mi manera de expresar, aunque alguien no me pueda entender; Yo me entiendo a mí mismo, porque sólo yo viví y experimenté mi historia; porque me conozco, sé quién soy, lo que siento, lo que hago y por qué lo hago; Me respeto y me apruebo; Yo honro la Divinidad en mí y en ti... Somos libres"

Pero al comentar este mensaje con Katchumo, mi asesor de Santa Catarina, me recomendó que una acción importante es meditar, y para lo cual me envío un mensaje que refleja la esencia de la meditación: " Meditar es una conversación contigo. Es el momento de más calma del día, y, en mi caso, el de primera hora de la mañana, poco más de las seis, y el agua de la ducha caliente cayendo despacio sobre los hombros; Meditar es una fotografía en sepia, un regreso a la casa de tus abuelos y al tiempo sin tiempo de tu infancia. Meditar es lo que va antes del trabajo o después del trabajo, y lo que nunca lo suplanta; Es lo único que puedes hacer cuando ya no puedes hacer más, y es la forma de comprometerse de quien no tiene otro medio de hacerlo, como cuando rezamos por un enfermo que se va a operar y ya está todo en manos del cirujano (y de Dios); Meditar es la aceptación de tus limitaciones.

Es aprender a resignarse cuando lo que pudo ser no ha sido. Es vivir sin rencor, aprender a olvidar, aceptar la derrota con dignidad y celebrar el triunfo con humildad; Meditar  es buscar las fuerzas si no se tienen y confiar en que las cosas van a ser como deberían ser; Meditar es optimismo, no dar nada por perdido, luchar y resistir; Meditar es fragilidad y entereza; Meditar es desconectar y apagar el móvil. Es introspección en la sociedad del exhibicionismo. Es relajarse y calmar los nervios.

Y prepararse mentalmente para lo que ha de venir. No es solo buscar el coraje, sino también la inspiración, la idea, el enfoque, la luz, el claro en medio de la espesura; Meditar es razonar, aunque parezca lo más irracional que haya. Es la mente funcionando como cuando juegas un partido de tenis. Es planificar y anticipar las jugadas. Es abstracción en los tiempos de lo concreto y lo material. Es pausa en un mundo excitado. Es calma cuando todo es ansiedad. Y es aburrido en la dictadura de lo divertido. Meditar es una forma extrema de independencia; Meditar es un placer oculto, que se reserva para la intimidad. Un acto privado, y casi a escondidas, que, cuando se hace acompañado, necesita mucha, confianza". A meditar pues estimado lector.