Opinión

Sigamos aprendiendo

Por Ramón de la Peña


"Nadie puede amar a Dios a quien no ve, si no ama a su prójima a quien si ve"

Les comparto dos experiencias que tuve cuando trabaje en el Instituto Nacional de Educación para los adultos, INEA, que nos motivó a apoyar a los niños y jóvenes de enfermedades prolongadas para que pudieran continuar sus estudios en el hospital donde eran atendidos. 

Lugar: Un hospital de tercer nivel en la Ciudad de México. Evento: Inauguración del programa Sigamos aprendiendo en el Hospital. Mensaje de un joven de 20 años con una enfermedad prolongada: Desde hace ya varios años, tengo que venir a este hospital a hacerme diálisis –limpieza de mi sangre mediante un aparato- de dos a tres veces por semana. Hoy soy afortunado pues mi mamá me acaba de donar uno de sus riñones. A mi lado esta mi hermano con la misma enfermedad, estamos esperando que alguien nos done uno de sus riñones. Mi papá nos abandono ya hace buen tiempo. Pero lo más importante que les quiero decir es lo siguiente, nos dijo: “Nosotros hemos luchado día tras día por conservar nuestra vida, mediante este programa ahora podemos también estudiar en este hospital. Hoy recibí mi certificado de secundaria gracias al apoyo del Instituto Nacional de Educación para los Adultos, pero les tengo que decir que no entiendo a los niños y jóvenes que estando sanos, se drogan y atentan contra su cuerpo, que más quisiéramos nosotros tener la salud que ellos tienen y aprovechar nuestra vida en aprender y poder vivir digna y productivamente”

Lugar: Otro hospital de la Ciudad de México. Evento: Inauguración en este hospital del programa Sigamos aprendiendo en el Hospital. Mensaje de una joven, líder juvenil, con parálisis cerebral: “Este programa “Sigamos Aprendiendo Juntos en el Hospital” es muy importante porque considerando toda la cantidad de niños que tienen una enfermedad crónica o alguna discapacidad, que no tienen acceso a la educación, que no han tenido la oportunidad, ni siquiera, de aprender a leer y escribir, ya no digamos la educación primaria y secundaria, que según nuestra Constitución, debe ser gratuita y obligatoria. Pero lo otro que también es muy importante y que vale la pena destacar en esta iniciativa es que no sólo se ayuda a los niños que son pacientes, sino que también por medio del INEA se ayuda a dar educación a sus padres y acompañantes que, muchas veces, tampoco tuvieron la oportunidad de tener una educación formal. Este programa es y fue una respuesta a la voz de niños y jóvenes que desde las elecciones infantiles de 1997, hicimos saber que consideramos el derecho a la educación como el derecho más importante. Es una respuesta a toda esta opinión que hemos dado los niños y jóvenes, desde entonces y, por lo tanto, toda la sociedad se debe sentir involucrada"

Estos dos comentarios explican claramente la importancia de este programa, que hoy le quiero presumir estimado lector, con el que se busca y buscaba garantizar la igualdad de oportunidad de acceso a la educación a niños, jóvenes y adultos de enfermedades prolongadas garantizando así el derecho constitucional a la educación básica que todos tenemos, a través de programas educativos ofrecidos en los hospitales.

El éxito de este programa radica en la suma de esfuerzos entre las secretarias de salud y de educación, entre la federación y los estados y con la participación activa y solidaria del sector empresarial, quienes a través de sus donativos nos permitió equipar las aulas educativas con equipo de computo, con pizarrones interactivos que nos permitió tener en el hospital los materiales educativos del Conevyt-INEA.  

En este sitio https: //www.gob.mx/salud/acciones-y-programas/programa-sigamos-aprendiendo-en-el-hospital, se destaca que: "Sigamos aprendiendo... en el hospital opera en los 32 estados de la República Mexicana, y cuenta con 193 aulas 143 de ellas en 106 hospitales pertenecen a la Secretaría de Salud, en los 32 Estados y 47 pertenecen al Instituto Mexicano del Seguro Social en 27 entidades federativas y 3 pertenecen al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado.