Exposición de Carlos Sanabia en el Congreso del Estado
Es satisfactorio encontrar a través del tiempo otras manifestaciones estéticas concatenadas con el proceso civil de México de 1910.
Reflexionar en este sentido acerca de tan trascendente período de la historia nacional, es pensar en el Muralismo, en la Escuela Mexicana de Pintura, en los archivos de los hermanos Casasola, en el Viva México de Eisentein, en las fotografías de Gabriel Figueroa, los Álvarez Bravo, Tina Modotti, la Escuela de Grabado de Leopoldo Méndez entre otros, pues estos discursos, nos conducen hoy a la creatividad de realizadores jóvenes, como Carlos Sanabia.
Fecunda ha sido la imaginería, dando cobijo al mito, con respecto a las personalidades-próceres de nuestra Historia, creando con ello un sinnúmero de leyendas: Si Miguel Hidalgo fue un cura osado y tendiente a las pasiones carnales, si Villa fue un forajido o héroe, si Zapata además de experto en caballos, conservó su postura y entrega a la gente del campo, si Madero fue débil ante las adversidades de un México cambiante y sin embargo están, y es lo importante, y no solo tratados por expertos historiadores de la UNAM, del Colegio de México, o de instituciones investigadoras privadas, sino de artistas: cineastas como Elia Kazan y Alfonso Arau. Sino también en Veracruz por pintores jóvenes como Sanabia, excelente dibujante y experto en diseño arquitectónico, cuyas metáforas de color hacen posibles, una nueva luz sobre los personajes históricos, debido a su sensibilidad para planear sus composiciones plásticas.
De tal modo Carlos Sanabia funde y difunde un lenguaje visual, conducente a una hermenéutica de la Historia, donde cada uno de los espectadores, sopesará a los Caudillos, según sus referentes, pues Carlos ya nos plasmó su visión de fortaleza e ironía de quienes anteceden las luchas de igualdad, justicia, anhelos de libertad y PATRIA en un México convulsionado, pero enorme y mágico.
