Opinión

La agraviante desigualdad

Por Ramón de la Peña


Hace tiempo le leí un mensaje que se inicia con el comentario de un colega suyo regiomontano, quien le pregunta: "Usted siempre ha dicho que la ignorancia es una de las cárceles más crueles para las personas, pues impide el desarrollo personal, familiar y comunitario; pero como que existen también otras cárceles importantes en las que está inmerso el subdesarrollo, ¿no cree usted?"
Y usted inicia su respuesta con una historia que relata la interacción entre el mero jefe de la marina de un país de primer mundo y la persona que estaba en un punto que parecía un barco en medio de la ruta del barco insignia. La historia la comentó usted de la siguiente manera: "El almirante le ordena a su oficial de comunicaciones: ordénele al capitán de ese barco que cambie en 15 grados su rumbo. Pronto aparece el oficial un poco pálido y dice: Me dice que nosotros debemos de cambiar de rumbo. Ya medio enojado el almirante le responde: Dígale quien soy y ordénele que cambie de rumbo o se las verá conmigo, pronto regresa el oficial ahora ya plenamente pálido y le dice: Que no le importa quién sea usted, que nos irá mal si nosotros no cambiamos de rumbo. Rápidamente el almirante se dirige hacia el cuarto de comunicaciones, toma el micrófono y dice: Pedazo de alcornoque, habla Don Fulano de Tal, Secretario de Marina de su Majestad, le ordeno que cambie de rumbo, fíjese le ordeno que cambie de rumbo ahorita mismo o se las verá conmigo. Para su sorpresa escucha: Le habla el pedazo de alcornoque, el encargado del faro, yo le recomiendo que usted cambie de rumbo de inmediato. Pero como fregados no le responde el almirante."
En ese mensaje usted se hace la siguiente pregunta "¿Cuantos avisos hemos recibido y no hemos atendido, cuantas cárceles tenemos?: El de la pobreza, el de la ignorancia, el del deterioro del medio ambiente, el de la inseguridad, el de la insalubridad, el de la violencia intrafamiliar, el de la impunidad, el de la corrupción y el del narco trafico."
Pero, le contesté a Katchumo mi asesor de Santa Catarina Nuevo León, que como lo comenté hace tiempo, cuando se juntan varios de esos factores pueden ocurrir eventos como el ocurrido en Tlahuac en noviembre del 2004 cuando hubo un linchamiento de tres agentes de la PFP en San Juan Ixtayopan. Uno de ellos sobrevivió, los otros dos fueron quemados vivos por la gente de Tláhuac, o como la serie de eventos negativos que el CNTE ha estado realizando en la ciudad de México ya desde hace tiempo, o lo que está ocurriendo actualmente en Michoacán. Pero, me interrumpe Katchumo, ¿Esos factores se han eliminado, o se han incrementado, para usted cuales son las causas esenciales de estos conflictos y situaciones problemáticas?
Me temo estimado Katchumo que la pobreza continéa, el rezago educativo no ha disminuido significativamente, la impunidad, la corrupción y el narco tráfico continúan siendo un flagelo para nuestra comunidad. Pero yo resaltaría tres causas esenciales de los problemas que tenemos en nuestro país: La corrupción, consecuencia de la ilegalidad, la impunidad y el que no haya consecuencias a los malos comportamientos; La inseguridad un flagelo en muchas de nuestras comunidades, pero la causa más importante para mi es la desigualdad que existe entre las personas de nuestras comunidades.
Desigualdad entre los que más tienen y los que menos tienen, entre los que más saben y los que menos saben, entre los sí-si (Que si estudian y si trabajan) y entre los ni-ni-nis (Que ni estudian, ni trabajan, ni quieren hacerlo)
Pero como bien lo destaca usted en su mensaje anterior, me comenta Katchumo, destacando lo que dijo el presidente Óscar Arias en la Cumbre de las Américas el 18 de abril del 2009 en Trinidad y Tobago. “Yo me pregunto: ¿quién es nuestro enemigo? Nuestro enemigo, presidente Correa, de esa desigualdad que usted apunta con mucha razón, es la falta de educación; es el analfabetismo; es que no gastamos en la salud de nuestro pueblo; es que no creamos la infraestructura necesaria, los caminos, las carreteras, los puertos, los aeropuertos; es que no estamos dedicando los recursos necesarios para detener la degradación del medio ambiente; es la desigualdad que tenemos, que realmente nos avergüenza; es producto, por supuesto, de que no estamos educando bien a nuestros hijos y a nuestras hijas” y añadiría que no hemos sido capaces de crear los suficientes empleos bien pagados (Empresas) para nuestros jóvenes.
Finalmente me comenta Katchumo, las estrategias existen, los programas también, y estoy de acuerdo con usted cuando nos dice que "Lo mejor es encontrar a alguien que sepa que tiene que hacer para tener una educación de calidad para todos; para tener un trabajo digno para todos; para tener un desarrollo económico superior al 5 % anual vía el apoyo a los emprendedores mexicanos; para tener paz social y comunitaria, que elimine los actos de violencia que tenernos en el país; Y para tener un sistema de justica que actué y castigue la ilegalidad, la impunidad y la corrupción. Y claro que ese alguien quiera hacerlo, para después darle los recursos, la autoridad y la oportunidad de hacer que las cosas sucedan"