Opinión

Por medio del miedo

Por Lilia Reyes Spindola


La vida no es segura, es peligrosa pues es una aventura misteriosa, ya que nunca podemos saber que nos va a ocurrir el próximo instante.

El miedo más grande que existe para el ser pensante,  es morir, porque ignoramos hacia dónde nos va a llevar la muerte, y tenemos pavor de perdernos a nosotros mismos,  a nuestros cuerpos, a nuestras posesiones afectivas y materiales,  y naturalmente no deseamos desapegarnos,  sin darnos cuenta que es la lección más importante que venimos a aprender a la vida.

Se nos olvida que somos Almas, o dudamos que realmente somos Almas, porque no es comprobable y nos negamos a aceptar que nuestro cuerpo es temporal y nos duele mucho que no sea eterno.

Pero también hay muchas personas que tienen mucho miedo de vivir y no se arriesgan, prefieren vivir en la mediocridad cuidándose, desconfiando de todo y defendiéndose para no perderse.

El miedo pierde su fuerza cuando se razona, cuando  entiendes de dónde viene ese miedo y ya eres capaz de ponerlo bajo el microscopio de la razón para analizarlo, entonces hasta le sonríes cuando te das cuenta que era tu forma de protegerte para sobrevivir, que solo necesitabas razonar para borrarlo de tu memoria.

El miedo es algo natural porque te ayuda a sobrevivir, te frena para que no cometas tonterías, por ejemplo, no te vas a tirar de lo alto de un edificio porque sabes que no eres pájaro y no puedes volar y si caes de esa altura vas a morir, ese miedo que sientes es innato  y esencial pues tienes un objetivo que es ¡vivir!

El miedo a lo desconocido es normal, pues debes tomar precauciones para protegerte, pero cuando ya conoces los riesgos y los razonas, entonces trazas tu plan y diseña estrategias que te protegerán  y continuas hacia delante, estas superando ese miedo con inteligencia.

Los miedos que verdaderamente te esclavizan son los que inventas, los miedos sin razón, por ejemplo:

“No me subo al avión pues muchos mueren en accidentes aéreos, por eso no me subo.”, y dejas de viajar y te pierdes del privilegio de conocer otros países, otras personas, otros paisajes, otras costumbres, solo por temor. ¡Qué tontería!, entonces, no te deberías acostar a dormir en una cama, porque las camas es el lugar donde más personas mueren, ¡Qué peligrosas son las camas!.

El miedo,  es en lo que más desperdicias tu energía, energía que necesitas para vivir, y te acercas más pronto a la muerte que tanto temes. La ira, el enojo, los celos, el rencor, el odio, los deseos de venganza, traen como consecuencia una descarga tremenda de energía, te van minando interiormente con explosivos,  que al detonarse destruyen parte de ti, y te vas enfermando, sufres dolor, y vas restándole capacidades para poder moverte con seguridad y dignidad en tu realidad.

No permitas que te ganen los miedos, porque te van matando poco a poco, y cuando llega el día de la muerte, ya te encuentra muerto en vida, pues ya te has enterrado.

Cúrate de los miedos, enfréntalos, razónalos, y recuerda que el miedo es parte de la muerte, no de la vida, llénate de Amor, para que ese Amor se convierta en un escudo que te proteja, contra las inclemencias del miedo.