Opinión

Cimientos no puentes

Por Claudia Viveros Lorenzo


Más allá de ponernos a discutir sobre los efectos económicos que provocaría la erradicación de los llamados “puentes vacacionales”. En lo que deberíamos ocuparnos es en construir cimientos cívicos y patrióticos desde el seno familiar. Que maravilloso sería que los días festivos fueran realmente utilizados de forma correcta, ya sea para aprender de la fecha que se conmemora como también para compartir tiempo y espacio en familia. Aunque no creo que sea absolutamente necesario tener un puente para llevar a cabo cualquiera de las dos cosas anteriores. Por que es un hecho, que nos urge, poder dirigir más nuestra voluntad a poner atención, en que los nuestros, estén construyendo un espíritu patriótico el cual sirva para amar más su entorno.

Pues quien no aprende sobre su patria, sobre su historia, simplemente no puede quererla. Es igual como cuando te gusta alguien en especial, necesitas conocerlo, palpar quien es, conocer todos sus recovecos, para aceptarlo, comprenderlo y tratarlo correctamente. Y es así como necesitamos involucrarnos más de cerca con nuestro patriotismo, con nuestra cultura, con México, en su totalidad, sin esperar un día en especial. A veces le dejamos toda la responsabilidad a la escuela, y queremos que sea solo ella, quien les hable a nuestros hijos de estos temas, porque puede ser que no los conozcamos bien. Si es así, tenemos ahora grandes recursos tecnológicos que nos ponen a la mano mucha información que debe ser compartida. Es muy triste ver que muchas veces no nos sabemos ni el Himno Nacional o en caso de que sí, lo cantemos de manera tan desangelada, con urgencia de que termine, porque hasta nos incomoda. ¿A poco no?

Conocemos poco de nuestra historia, contamos con ansia cada vez que empieza un año, cuales serán los días libres que por ley se concederán, pero no tenemos ni idea de lo que se celebra, eso sí, los repetimos como loritos, y por desgracia, nuestros hijos, más perdidos se quedan. Le pregunto: ¿Cuántas veces ha mantenido una plática de sobremesa, de historia o a tratado de enaltecer nuestros símbolos patrios, con convicción y pleno uso de consciencia, del porqué son y están?

Vivimos en un país riquísimo, en toda la extensión de la palabra, con una historia sublime, nuestra bandera ha llegado a ser considerada como la más bonita del mundo, nuestro himno nacional también es considerado entre los más hermosos. Venimos de una estirpe guerrera, frontal, que ha luchado muchísimo para conseguir la libertad y el desarrollo que ahora todos disfrutamos y debe ser responsabilidad de todos, recordar y honrar, cada hecho que nos ha construido como país.

Todos necesitamos descanso, pero también, todos necesitamos sentirnos incluidos, parte de una nación fuerte, y para eso, es indispensable conocerla y saber representarla en todos los sentidos. Recuerdo que en mi época de estudiante de primaria era todo un honor pertenecer a la escolta y llevar la bandera. Que ser parte del acto cívico era esperado por todo el salón y aprendíamos de geografía e historia de nuestro país con ahínco. Los medios de comunicación nos ayudaban y nos reforzaban también, la información. Ahora el internet y las redes sociales, con tanto meme, y nota falsa, de lo que menos se ocupan es de resaltar datos importantes y

trascendentales, tomamos los “feriados” como días solo, de asueto, sin pensar más allá de su significado, y con la vida tan rápida que llevamos, los añoramos y tomamos, solo para descansar o divertirnos. La economía nos preocupa y nadie esta en contra de que el mercado pueda seguirse beneficiando en el aspecto de tener días que nos den la posibilidad de paseo y recreación, y seguramente se encontraran la estrategia más inteligente donde se pueda llegar a un equilibrio sano y acomodar el calendario de tal forma en que nadie se vea afectado.

Lo que sí, sea cual sea la solución, por favor, no mande estas líneas al bote de basura, tómelas en cuenta y preocúpese por reencontrarse con su México, con nuestro México, que es de todos, por lo tanto, es nuestra labor, amarlo y respetarlo cada uno de nuestros días.

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