Un ex alumno muy apreciado me pregunto hace tiempo que ¿Cuales eran los hábitos negativos de la vida que debemos de evitar?, y me aclaró, que por hábito se entiende un principio, un valor o un anti valor que hemos internalizado y que se convierte en un hábito de comportamiento.
Rápidamente vinieron a mi mente los siete pecados capitales, los cuales son una clasificación de los vicios-hábitos mencionados en las primeras etapas del cristianismo y que se usaban para educar a las personas sobre la moral, sobre los vicios que deberían de evitar.
Esta lista se inicia con La Soberbia, ese deseo de ponerse y tratar de estar por encima de los demás; sigue La Gula, esa ansia inmoderada de comer, comer y volver a comer; después tenemos a La Avaricia, ese deseo incontrolable de tener más y más dinero y gasta lo menos posible, equivale a engrandecer día a día el gran saco de monedas de oro que se tiene debajo del colchón.
La lista continúa con La Ira, ese comportamiento irracional que de vez en cuando nos convierte en fieras, esto ocurre para personas con este hábito ante pequeñas provocaciones. Así como el miedo nubla la inteligencia, la ira nos ciega y nos puede volver súper agresivos. Aunque los expertos nos mencionan que este enojo, esta ira es necesaria al enfrentar injusticias, amenazas o abusos. Efectivamente hay momentos en la vida en que callar ante una injusticia es una culpa y hablar y enojarse por ella es una obligación.
Sigue La Lujuria, ese vicio, ese hábito que según los expertos es "De los pecados más escandalosos, pero también de los más tentadores, y que gracias a él, todos vinimos al mundo", bajo un esquema moderan este vicio, este hábito se vuelve maligno cuando a través de él se causa daño y dolor a otra o a otras personas.
El sexto hábito negativo es La Pereza, esa falta de ganas de hacer lo que debemos hacer, esa falta de ganas de llevar a cabo actividades creativas o emprendedoras. Este hábito nos puede conducir a ser personas que renuncian a sus deberes como ciudadano, como padre, renuncian a su formación personal, cultural y moral.
El séptimo y último vicio-hábito negativo es La Envidia, definida como la gran tristeza que sentimos ante lo bien que les va a los demás, ante no poder soportar que a los que están cerca de nosotros les vaya bien, y por lo tanto desean el mal al prójimo y se sienten muy bien cuando a ese prójimo le va mal.
Después mi ex alumno me recomendó buscar en Internet acerca de los siete pecados capitales que pueden destruir un matrimonio feliz, como parte de la búsqueda de los hábitos negativos que debemos de evitar. De acuerdo a lo que encontré les comparto estos siete pecados capitales que tenemos que evitar.
El primero es evitar las palabras subidas de tono que conducen a la crítica, a las quejas frecuentes, a la desarmonía, y en última instancia al desamor.
El segundo es evitar la desvalorización de la pareja, es el evitar hacer sentir a la pareja que no es lo suficientemente bueno para compartir su vida con nosotros.
El tercero es evitar la interpretación negativa en el comportamiento de la pareja, debemos de tener como hábito el pensar que cada acción o comentario de nuestra pareja tiene la mejor de las intenciones.
El cuarto pecado es tener nula comunicación con nuestra pareja.
El quinto es evitar el decir no a lo que nuestra pareja pide y que es un reflejo del egoísmo o la avaricia y que rápidamente conduce a la desarmonía y al desamor
El sexto es evitar creer que somos capaces de leer lo que nuestra pareja está pensando, deseando o sintiendo. La mejor receta para evitar lo anterior es conversar, preguntar más que adivinar.
El séptimo pecado es la infidelidad, es el engaño emocional