Opinión

Primero los pobres ¿y los pobres empresarios?

Por Ramón Ortega Díaz


Sin ser despectivos por lo de “pobres empresarios”, pero la realidad del país, la producción, la riqueza, el trabajo se origina en las empresas. El que se encuentra al frente del mismo, el empresario, obviamente que persigue ganancia (a la fecha no he conocido a alguno que le guste perder) como dice Adam Smith en un libro llamado “La Riqueza de las Naciones” de 1776 que “No es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero, la que nos lleva a procurarnos nuestra comida, sino el cuidado que prestan a sus intereses. Nosotros no nos dirigimos a su humanidad, sino a su egoísmo; y no les hablamos de nuestras necesidades, siempre de su provecho”; sino que el empresario a su vez representa a la sociedad y a la base de esta: la familia.

Detrás de cada empresario, hay familias, personas, historias, vidas; de ahí que las afectaciones económicas al empresario repercutirán no solo a la economía misma, sino a la vida de varias familias y es por eso que el Gobierno agradece su “humanismo” a los empresarios por enfrentar la situación actual de la pandemia: “están demostrando muchos empresarios su humanismo, su dimensión social” dijo en días pasados el Ejecutivo. Obviamente que la figura del “empresario humanista” no necesariamente choca con la figura del empresario que busca obtener utilidades o beneficios no meramente económicos; obviamente que el ser querido y respetado en una sociedad debido al respaldo a los trabajadores en épocas de crisis, el que se echa al hombro a la empresa y las familias que dependen de ella. El lucro no está peleado con el bienestar social, aunque obviamente hay que nivelar tal situación: “los obreros desean ganar el máximo posible, los dueños, dar el mínimo; los primeros están dispuestos a llegar a un acuerdo para elevar los salarios, los segundos para bajarlos”.

¿Hay que apoyar al empresario? Claro que sí. La economía de un país no puede darse sin él. También la capacidad de los empresarios es distinta: desde un gran corporativo hasta a una PYME. Los de menor capacidad no tendrán para absorber nómina de dos meses sin tener ventas y no acceder a los financiamientos; ya ni hablar de los impuestos, costos fijos como la luz, teléfono, etc. ¿Dónde se recorta siempre? En la nómina. Por lo tanto, se genera desempleo y ya sabemos a que se traslada. Ya se anunció que se aplicarán sanciones a las empresas que han mantenido operaciones y que no sean esenciales, siendo que es “esencial” para estas trabajar y producir; ahora imagínense al sector informal. ¿Quién escucha a los empresarios y a los emprendedores? O mejor dicho ¿les harán caso?

“Primero los pobres” ¿y los que dan trabajo? ¿los empresarios? La economía genera esta correlación entre la empresa y los trabajadores, el dinero tiene que estar circulando y choca con las corrientes económicas con una sencilla pregunta ¿Quién debe redirigir el dinero? ¿el gobierno o la empresa? Cuando entendamos la respuesta a lo anterior, comprenderemos los aspectos económicos de un país. ¿Cómo de redirige el dinero en una economía donde decide el gobierno? La respuesta son los impuestos. Si asimilamos este concepto seguiremos entiendo ¿es obligatorio pagar contribuciones? Claro, la constitución lo señala en el artículo 31 fracción IV pero también recordemos que el gobierno es el responsable de la economía y su desarrollo. Dependiendo de las respuestas anteriores entenderemos la política económica y fiscal de una administración gubernamental.

Seguimos al tanto si la Secretaría de Hacienda dará a conocer algún plan para apoyar a la economía, esto, después del Informe del 5 de abril por parte del Ejecutivo donde se esperaba el anuncio de estímulos fiscales (Ver blog: “¿Y el Plan?” https://www.xeu.mx/opinion/post.cfm?id=3310) y del cual no sucedió pero se está viendo (en base a la política económica y fiscal actual) la reorientación del gasto público (vía recortes por ejemplo) para no endeudarse (Ver “Recortes, recortes y más recortes” https://www.xeu.mx/opinion/post.cfm?id=3298) esto se dará conforme se vaya avanzando en los plazos (esperamos que sea así); dependiendo la enfermedad será la medicina. El asunto es el tiempo.

¿Habrá estímulos fiscales y apoyos económicos a los empresarios? ¿se hará a tiempo? Por ejemplo: recién se acaba de anunciar un apoyo de 25 mil pesos, pero aún no “baja” la información del cómo hacerlo; ahora que, si tal recurso es suficiente o no lo es, ya es otro tema. Lo único “fiscal” que existe hoy en día es una regla miscelánea recientemente liberada (Regla 13.11) donde se da la opción de pago de créditos fiscales por concepto. La falta de apoyo a las empresas agravará esta pandemia al ser también de índole económica.

El impacto a las finanzas públicas lo estamos viviendo y del cual no habrá margen de maniobra para el 2021 (tal como lo comentamos en el blog “Las Finanzas públicas: lo que viene” https://www.xeu.mx/opinion/post.cfm?id=3292) será conforme avanzan los días. Hemos visto como se agravan las perspectivas económicas (del país, las empresas y las familias) por lo que el tema de “reactivar la economía” y salir a trabajar está ya en la mesa de discusión evaluando el costo económico que se absorbe por el encierro. Reanudar actividades es una prioridad y mas para los que menos tienen. El tema de salud con el asunto de la “inmunidad” contra el covid19 y como sería el desarrollo de tal “inmunidad” para que no siga frenando la economía es todo un tema: probablemente se dé por zonas (municipios) determinadas y “controladas” … veremos cómo se desarrolla en México.

Más vale.