Opinión

Demos gracias a la vida

Por Ramón de la Peña


¿Se acuerda usted de aquella canción titulada: "Gracias a la vida"?: "Gracias a la vida/ que me ha dado tanto/ me dio dos luceros que cuando los abro/ perfecto distingo lo negro del blanco/ Me ha dado el sonido y el abecedario/ con él, las palabras que pienso y declaro/ Me ha dado el oído que en todo su ancho graba noche y día/ Y la voz tan tierna de mi bien amada. Me ha dado la marcha de mis pies cansados/ Me dio el corazón que agita su manto/ cuando miro el fruto del cerebro humano/ cuando miro al bueno tan lejos del malo/ cuando miro el fondo de tus ojos claros/ Me ha dado la risa y me ha dado el llanto/ así distingo dicha de quebranto/ los dos materiales que forman mi canto".

Yo tengo, y espero que usted tenga también, muchos porqués de dar gracias a la vida. Yo se la doy por mi esposa, por mis padres, por mis hermanos, hijos, nietos y amigos. Se la doy por mis maestros, por mi Tecnológico; y así podría nombrar un sinnúmero de personas, organizaciones y actividades que hoy me permiten decir: Gracias a la vida, que me ha dado tanto. Pero me temo que no todos podemos decir lo mismo. Efectivamente, existen muchos mexicanos que no pueden decir que la vida les ha dado mucho. Más bien, claramente dicen... chin, la vida me debe mucho o me ha dado muy poco; sobre todo cuando se comparan con aquellos a quienes la vida les ha dado mucho, o que han nacido en el seno de una familia que lo tiene todo.

Pero lo cierto es que así estamos y si no nos gusta, entonces tenemos que hacer algo; recuerde que lo peor que podemos hacer, es no hacer nada en una situación como ésta. Todos debemos hacer algo, algo que esté en nuestra esfera de posibilidades.

Lo mínimo que podemos hacer, es continuar educándonos para saber más y poder hacer más con lo que sabemos; debemos también, como mínimo, educar y cuidar a nuestros hijos para que sean hombres y mujeres de bien.

Pero eso no basta, los que tenemos más estudio, los que tenemos más recursos, más experiencia, más conocimientos, debemos hacer más por la vida de los demás. Y como la educación es el gran factor de cambio positivo para las personas, entonces debemos hacer todo lo posible para que cada mexicano cada día sepa más y pueda hacer más con lo que sabe; y si lo combinamos con innovación y espíritu emprendedor, entonces estaremos caminando en la dirección correcta.

Por eso me encanta la tarea que lleva a cabo el Instituto Nacional de Educación para los Adultos, que ofrecen cursos gratuitos en su modelo de Educación para la vida y el Trabajo, cursos que están en su sitio de Internet y cualquier persona los puede accesar y hasta pedir asesoría de las personas

que trabajan en el INEA. Con cursos como: Aguas con las adicciones; La educación de nuestros hijos e hijas; Hablando se entiende la gente; cursos de capacitación para el trabajo, recetas de cocina, etc. Así mismo me encanta la tarea que llevan a cabo los centros de Capacitación para el Trabajo, quienes ofrecen módulos educativos enfocados en darle a las personas que toman estos cursos, capacitación para el trabajo, ofreciendo especialidades como: Alimentos y bebidas, con temas de cocina mexicana, cocina básica, cocina española; Mecatrónica, con temas de hidráulica, neumática, control de motores.; Mecánica Automotriz; Mantenimiento industrial; Belleza; Informática con acreditación Microsoft; Asistencia Ejecutiva; Confección industrial de ropa; Electrónica; Etc.

Pero finalmente la recomendación que debemos de tener todos los mexicanos en que nos decidamos a ser generosos y solidarios con los que menos tienen y, sobre todo hágalo cuando lo inviten a hacerlo. No se vale decir yo no tengo tiempo, yo no me puedo cambiar de ciudad, yo no me quiero involucrar en eso, yo no puedo, yo no quiero dejar mi puesto ni mis prestaciones y mucho menos mi sueldo, yo no quiero perder mi estatus. Si no se involucra, entonces usted no tiene derecho a quejarse de lo mal que están las cosas y mucho menos a criticar a los que sí decidieron involucrarse.