Opinión

Nos tenemos que reinventar

Por Ramón de la Peña


He recibido, escuchado y leído un buen número de mensajes en los periódicos, a través de Internet, en los medios de comunicación tradicionales el efecto adicional que ha causado este coronavirus, el impacto económico, en el cual se resalta el cierre de muchas empresas, pequeñas, medianas y grandes, y por lo tanto la perdida de muchos empleos.

Pero si revisan los colapsos económicos que hemos tenido en el pasado resulta que también se tuvo ese efecto en nuestras empresas. Pero alguien reinvento nuevos productos y servicios. La empresa que fabricaba las reglas de calculo que usábamos los muchachos a mediados del siglo pasado quebró cuando se empezaron a producir y vender calculadoras electrónicas. Pero este invento ocurrió porque una o varias personas creativas y emprendedoras inventaron esta calculadora, iniciaron su producción y pronto causo el cierre de la empresa de reglas de cálculo

Por eso considero muy importante que implantemos un programa de Inventores-Creatividad, para que los mexicanos podamos hacer esos inventos transformadores. Sería un excelente programa a implantar en nuestras universidades, en nuestras escuelas, en nuestros centros de capacitación para el trabajo y en las empresas.

Pero rápidamente mi correctora de estilo me pregunta ¿Y qué propones como modelo educativo? Implantar un programa de cuatro etapas: El primero encontrar quienes son las personas que tienen talento creativo, para lo cual ya hay un buen número de sistemas que identifican quien tiene talento creativo a través de una prueba estandarizada. Después a ese grupo de alumnos o empleados se les ofrecen tres módulos educativos. El primero es fortalecerles el hábito de estar buscando nuevos productos o servicios. En el segundo módulo se les enseña a como registrar o patentar su idea de un nuevo producto o servicio. En el tercer módulo se les enseña a como venderlo a alguna empresa, a alguna persona emprendedora. Pues muchos inventores no son buenos empresarios.

En Argentina crearon una Escuela de Inventores, la definen como "un programa pedagógico no formal, que ha sido diseñado e implementado con el objetivo de estimular y desarrollar el Pensamiento Inventivo de niños y adolescentes"; nos destacan que este programa "no está relacionado ni con un club de ciencias, ni con un taller de manualidades, ni con un taller de artes y oficios"

Sus objetivos que destacan en su presentación son los siguientes:

"1. Desarrollar el Pensamiento Inventivo a través del aprendizaje por el descubrimiento. 2. Promover el talento natural de los niños para hacer preguntas, y para manipular objetos que desconocen, con el fin de entrenar su curiosidad e imaginación. 3. Estimular la capacidad para percibir y resolver problemas en forma original y práctica. 4. Favorecer el desarrollo de una actitud sensible hacia las dificultades y carencias del mundo que los rodea, siendo capaces de ver en cada problema una oportunidad de cambio positivo. 5. Fortalecer un sentido solidario en el trabajo grupal, para que los alumnos aprendan a asumir sus responsabilidades con sus compañeros, y con la comunidad en la que viven.

Imagínese que tuviéramos un programa similar en nuestras escuelas, en nuestras empresas, en nuestros centros de capacitación para el trabajo, con esos cursos presenciales y sobre todo en línea, con asesores y mentores presenciales o a través de las redes sociales.