Opinión

Objetivo: ¡Presupuesto!

Por Ramón Ortega Díaz


(Parte 2 de 2)

Con el tema de la austeridad (recortes) al presupuesto federal, hemos leído que varias Dependencias han manifestado su no viabilidad u operación al mencionado Decreto; casos como el de PRODECON por ejemplo poniendo en riesgo los derechos humanos de los contribuyentes siendo de gran apoyo para los sectores con menos recursos y con grandes necesidades de cumplimiento tributario.

Como comentamos en la primera parte de este tema, las empresas (iniciativa privada) también se vieron afectadas por estos recortes teniendo que ajustar sus erogaciones, siendo lo primero la nómina (algunas empresas han rebajado al 50% el salario de sus trabajadores) y otros han despedido a personal generando el número de desempleados actuales acercándose a los niveles de 1995 (para que se tenga una idea del efecto colateral: 1 millón). Asimismo el ciclo económico que esto generaba se ve dañada y las empresas que interactúan con el sector público se ven también afectadas al no percibir el ingreso habitual y por lo tanto el entero de contribuciones por este ingreso no retornado se reflejará en la recaudación; por lo que posteriormente el mismo gobierno se vería afectado en la entrega de los apoyos sociales a menos que se resarciera tal daño en el flujo económico.

Por parte de la deuda que se tendría por el efecto del COVID y el objetivo del presupuesto, los Estados se verían limitados al no autorizarles la SHCP tal deuda dado una disminución (o ampliaciones en su recaudación y/o disminución de participaciones) en sus ingresos propios (por ejemplo el impuesto a la nómina); siendo probablemente un asunto más político que habría que analizarlo con miras al 2021 y de ahí el bloque por parte de algunos Estados con el tema del Pacto Fiscal que ya hemos comentado en anteriores entregas y veremos cómo buscarán impulsar nuevos ingresos estatales dada la limitación de obtener recursos.

De darse una reforma para el 2021 sería Hacendaria en relación con los Estados y los espacios fiscales.

El recorte presupuestal al gasto es debido a la férrea política fiscal (austeridad fiscal) que es solo una suma y resta: menos ingreso, menos gasto; ¿deuda? No: pero tiene que seguir dando positivo el resultado llamado “superávit primario”. Por lo que al conocer por parte del Gobierno esta política, el hablar de “ejercer el gasto” con un fin de “reactivar la economía” no se dará (de ahí que se maneje el tema del subejercicio en el gasto público); así de igual manera el apoyo fiscal a las empresas.

En el Reporte “La Pandemia Mundial, la Recuperación Económica Sostenible y la Fiscalidad Internacional” https://www.icrict.com/icrict-documentsthe-global-pandemic-sustainable-economic-recovery-and-international-taxation señala que “rebajar los tipos nominales del impuesto de sociedades para estimular la inversión en la fase de recuperación no será una opción económicamente efectiva ni socialmente adecuada”; traducción: no es recomendable recortar el ISR empresarial, sino reforzarse. Lo que buscan es fortalecer la Hacienda Pública para hacerle frente a los gastos derivados de la pandemia.

Sobre el tema de los apoyos fiscales a las empresas por el COVID, México no ha llevado a cabo un programa sobre todo para contrarrestar el desempleo y apoyar al empresariado; es urgente dar un ingreso a los desempleados pero tendría un costo fiscal (al presupuesto) que no querrán hacer y de ahí buscar otras fuentes como las afores, por ejemplo. También es cierto que en la Reforma Hacendaria y Social de 2014 fue todo menos social: no se trabajó en el tema del seguro de desempleo que contenía tal; por lo que estamos pagando los platos rotos de algo que se debió haber hecho en su momento (hace un sexenio) y ahora hay que solucionarlo: es fácil culpar al gobierno actual cuando hay también más pendientes que pueden estallar que viene generando una bola de nieve social, por ejemplo, el tema de las pensiones.

El futuro nos alcanzó.

Ahora bien ¿Cómo solucionarlo? Lo más sencillo y rápido es solicitar deuda (que no se desea) y dirigirlo a las personas desempleadas (aquí la pregunta sería ¿solo a los formales o también informales?) para que se active la economía vía el gasto efectuado por las familias y se dé vía retorno de impuestos derivado de tal (el IVA e IESPS principalmente) ¿se lee fácil verdad?

Aun sin el apoyo fiscal y debido a la necesidad de trabajo así como al esfuerzo de los empresarios, es muy probable que México salga mejor librado que otros países: dejar que la economía fluya por si misma. Si habrá afectación, eso sin duda alguno; pero la recuperación en comparación con otros países será más alentador de acuerdo con estudios del Banco Mundial (BM). Los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI) señalan que México es el penúltimo país en dar estímulos fiscales: apenas del 0.7% del PIB solo por encima de las Bahamas. De darse tal programa de estímulos fiscales debiera ser entre un 5 y 10% del PIB, situación que como hemos comentado, no es muy probable.

El proyecto de reforma fiscal para el 2021 tendrá que esperar cuando menos otro año, pero sin duda se seguirá adecuando el marco fiscal como sucedió con las modificaciones fiscales para este 2020.

Asimismo, el objetivo presupuestal es seguir conservando el superávit primario (no lo debemos perder de vista) donde los ingresos del gobierno al verse disminuidos los gastos corren por la misma cuenta; en especial en este momento los ingresos petroleros (en el primer trimestre del año apenas alcanzó un 9% del total de los ingresos públicos) y siguen disminuyendo. Con el tema de las contribuciones (los impuestos) no se han visto tan afectados y hemos visto que uno de las principales causas es el “que ya se cobran deudas de grandes empresas”, la nueva fiscalización y el combate a la evasión y elusión fiscal principalmente al tráfico de comprobantes fiscales. Lo que viene en este sentido en las siguientes semanas sobre anuncios a fraudes fiscales es derivado de este combate y que se requiere no solo recaudar para el presupuesto sino una de las metas es incrementar la recaudación tributaria. Recordemos que México recauda apenas el 16.1% de su PIB.

Algo que se encuentra en el “ambiente” fiscal es el de aumentar impuestos a los que más ingresos tienen: progresividad fiscal, algo que probablemente escuchemos próximamente en términos tributarios y económicos. De ahí que se pondría nuevamente sobre la mesa la eliminación de los exentos a ciertos ingresos como el de las donaciones y herencias, a los bienes mobiliarios e inmobiliarios - ¿se acuerda del impuesto a los activos y de aquella propuesta de revisar los bienes de las personas vía el INEGI? - , el de quienes repuntaron en sus ingresos por el COVID y el combate continuo a la elusión y evasión fiscal.

PD Ya se está trabajando en el Presupuesto 2021 ¿Qué esperar? ¿Deuda o la misma política fiscal? Ya mencionó el líder de Morena que los recortes ya han llegado a su límite y que era urgente recurrir al endeudamiento a lo que el Ejecutivo no está de acuerdo; si no se da tal es muy probable que sea más lenta la recuperación económica pos-covid ¿Olvidémonos del superávit primario? ¿Más ingresos vía impuestos? ¿Austeridad republicana? Esperemos el dato de finanzas públicas de mitad del año para tener más elementos al respecto ¿habrá estímulos fiscales o apoyos? Veremos.