Opinión

Si es posible cambiar

Por Ramón de la Peña


Hay un consejo de H. Jackson Brown en el pequeño libro: Tesoro para la vida, que nos aconseja: “No dejes crecer malas hierbas alrededor de tus sueños". Sí, estimado lector, debemos de eliminar el "no se puede", el no tengo recursos, el yo no sé cómo, es imposible hacerlo, el qué dirán si no logramos, y que tal si mi jefe me dice que no. Evitemos el mejor lo dejo para después y tantas más malas hierbas que acaban por asfixiar y matar nuestros sueños.

Hace ya buen tiempo me invitaron a acompañar un viaje académico de alumnos del TEC para visitar algunos países del continente asiático. Estuve con los muchachos en Malasia y Singapur. Quedé francamente impresionado por su desarrollo. Al principio me dio vergüenza, pues mi generación no ha sido capaz de lograr el desarrollo que estos países han logrado, después que se me pasó la vergüenza me puse a indagar cómo lo habían logrado.

Yo vi tres elementos clave: Primero vi gente muy rara. . . gente trabajadora, ordenada, responsable, honesta, respetuosa de normas y reglamentos. Claro, la pregunta que me hice fue: ¿cómo lo lograron? Mediante un sistema educativo eficaz que va desde la casa hasta la universidad y que promueve la internalización de valores, actitudes y principios para lograr educar a personas así; mediante un proceso de fortalecimiento interior, llámenle motivación, valores interiorizados, espiritualidad o religiosidad. Efectivamente, vi mucha gente con muchos hilos espirituales de apoyo; y, por último, mediante un sistema judicial que trata de eliminar la impunidad, que castiga a los transgresores de leyes y reglamentos, que manda un mensaje: el que tranza, no avanza. Ese fue el primer elemento clave: gente especial.

Segundo, vi una visión, un sueño compartido. Malasia para el año 2020 quiere ser un país desarrollado pero con equidad. No que los ricos se hagan más ricos y que los pobres queden igual, tampoco quieren quitarle a los ricos sus bienes para dárselos a los pobres. Quieren hacer crecer el pastel y

quieren que este nuevo pastel sea para los que menos tienen, claro, apoyándolos con educación y fortaleciendo su espíritu emprendedor. Quieren, además, ser un país lleno de valores éticos y morales, generoso y con control de su desarrollo económico, social y educativo. Así de corto, pero así de trascendente. Desde luego que han puesto las escaleras necesarias para lograr lo anterior; a traves de programas y proyectos y lo han hecho las empresas, el gobierno, las escuelas, las organizaciones empresariales. Todos lo quieren y se han puesto de acuerdo y casi lo han logrado.

Tercero, vi un liderazgo capaz de convertir el sueño en acciones concretas mediante un equipo eficaz de colaboradores. Después de esta visita quedó claro para mí que sí es posible tener un México distinto y que la diferencia está en todos nosotros.

Para lo cual debemos mostrar nuestro cariño a México, especialmente los que más sabemos y tenemos, apoyando a los mexicanos que quieren saber más, que quieren iniciar una empresa, que quieren ayudar a la comunidad a través de un programa o una organización social, que quieren hacer crecer su empresa, que quieren exportar. Apoyémoslos comprando lo que producen. Contratemos a mexicanos para hacer el trabajo, para hacer los diseños de ingeniería. Contratemos a las compañías de ingeniería mexicanas. En fin, pongámonos como norma comprar lo que el País produce, hagamos los mejores juguetes, produzcamos los mejores alimentos, hagamos los mejores diseños, eduquemos a nuestros muchachos con programas de calidad y muy pertinentes a las necesidades de nuestro país, apoyemos a nuestras escuelas y a nuestras organizaciones que quieren hacer obras positivas hacia nuestra comunidad.