Opinión

Canijo viejo vs Mí querido viejo

Por Ramón de la Peña


Dos estilos de comportamiento… Usted decide por cual caminar, el primero lo inicio con una historia que me contó mi esposa ya hace un buen tiempo. Resulta que una pareja de gente más que adulta, decide acabar con su vida después de la fiesta de navidad, que nuevamente han pasado solos, pues sus hijos y nietos desde hace ya buen tiempo dejaron de visitarlos, los grandes amigos que tuvieron ya todos habían muerto y el poco dinero que tenían antes de la navidad se les había acabado o lo habían usado en esta que sería su última fiesta de navidad.

Decidieron subir al edificio más alto de la ciudad el 26 de diciembre y juntos, tomados de la mano, dar el gran paso hacia el más allá. Ahí se despidieron de sus hijos, nietos y amigos, se volvieron a jurar amor eterno y juntos cantaron sus canciones preferidas: “Gracias a la vida y Mi gusto es”. Y con la frase: Mi gusto es y quien me lo quitara, decidieron dar el brinco juntos.

Una persona en el tercer piso que tenía abierta la ventana de su departamento escucho el lamento de la esposa al ver que su esposo no había cumplido la promesa de dar juntos el gran paso al más allá. “Canijo viejo”, fue la frase que continuo diciendo la esposa al seguir cayendo en el vacío.

Déjenme contarles sobre el segundo camino: Al paso del tiempo me ha tocado leer excelentes libros que me han hecho reflexionar sobre el sentido de la vida pero sobre todo sobre el sentido del por qué y para que vivir Hace tiempo un amigo me recomendó leer el libro de Mitch Albom: “Martes con mi viejo profesor”. Sin duda esta fue una excelente recomendación. En este libro se relatan las recomendaciones que un profesor le hace a su antiguo alumno, cuando el profesor presa de una enfermedad mortal tiene la oportunidad de interactuar con su antiguo alumno en los últimos momentos de su vida para responderle preguntas sobre el sentido de la vida con la visión de alguien que sabe que pronto morirá.

Así el alumno ya profesionista exitoso, tuvo la oportunidad de escuchar los consejos de su antiguo maestro sobre temas como el trabajo, el amor, la familia, el perdón, la vejez y desde luego la muerte.

Muchas cosas me impresionaron de este libro, desde luego la actitud del profesor ante algo irremediable, pero más me impresionaron los consejos que le dio a su alumno y sobre todo sus comentarios sobre su esposa y lo importante que esta ha sido para poder sobrellevar su enfermedad.

Los consejos se inician desde su primera visita al preguntarle a su antiguo alumno lo siguiente: “¿Has encontrado a alguien con quien compartir tu corazón?, ¿Estas aportando algo a tu comunidad?, ¿Estas en paz contigo mismo? Y ¿Estas procurando ser tan humano como te sea posible?”. Como ven, son tres preguntas esenciales para encontrarle sentido a nuestra vida.

Me gusto mucho el mensaje: “Lo más importante de la vida es aprender a dar amor y a dejarlo entrar” pero cuando se relaciona con la familia encuentra un segundo significado al decir: Suponte que estuviese solo, sin hijos o sin esposa, sin duda esta enfermedad que estoy padeciendo no la podría soportar. La familia, asegura el profesor, es nuestra “seguridad espiritual”, es la seguridad que alguien está velando por ti, todo el tiempo. Sin duda, asegura el profesor, “Sin amor somos pájaros sin alas”. Cuidado entonces, pues sin ese amor y compromiso terminaran diciéndonos como en el primer camino: “Canijo viejo”.