A resultas del sinnúmero de mensajes que he recibido y que he leído en diferentes medios de comunicación relacionados con la gran desigualdad económica que existe entre las personas que habitamos este planeta, este país, este estado y esta comunidad regiomontana, me llamó mucho la atención una recomendación de la esposa de un colega con quien compartí parte de mi vida en el área de investigación y desarrollo.
Ella nos recomienda aplicar los tres factores esenciales que ya hace un buen número de años resaltaron los franceses en su ya histórica Revolución Francesa: "Igualdad, Libertad y Fraternidad"
En el año 1789, la Asamblea Nacional Francesa decidió crear un Decreto relacionado con los derechos del hombre y del ciudadano, basados en los tres principios de la Revolución Francesa, pues ellos consideraban que: "la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del hombre, son las principales causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos", por lo que decidieron "exponer en una declaración solemne los derechos naturales, inalienables y sagrados del hombre, para que esta declaración ... tienda siempre al mantenimiento de la felicidad de todos"
Ellos decretaron 27 artículos, yo les comentaré los que creo que están más relacionados con los tres factores esenciales para tener una comunidad en la que florezca la Igualdad, la Libertad y la Fraternidad.
1. La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no dañe a otro; por lo tanto, el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre no tiene otros límites que los que aseguren a los demás miembros de la sociedad el disfrute de estos mismos derechos. Estos límites no pueden ser determinados más que por la ley.
2. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.
3. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
4. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por otros medios de protección social.
5. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios.
Como ven, muchos de estas recomendaciones aparecen ya en nuestras leyes, ¿Entonces que nos falta preguntaría mi correctora de estilo?, al pensar en que nos falta rápidamente me dije: Necesitamos personas que tengan en esencia la cultura de los Samuráis.
¿Y porque de los Samuráis me cuestiona mi correctora de estilo. Porque los samuráis creían en la verdad y el honor, y porque tenían un estricto código de conducta llamado bushido.
¿Cuales eran las reglas del Samurái?
1. Rectitud; 2. Coraje. 3. Benevolencia. 4. Respeto. 5. Honestidad, sinceridad absoluta. 6. Honor. 7. Lealtad: Un Samurái es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado.
Sin olvidar que hay dos cosas que definen la grandeza de una persona: La primera es tener la capacidad de saberse uno limitado y reconocer que necesita de Dios y de los demás. La segunda es soñarse ilimitado y con la posibilidad de mejorar el tiempo y espacio que le tocó habitar.