Opinión

Ojo a la Inflación

Por Ramón Ortega Díaz


Para nadie es una sorpresa que el precio de los bienes y servicios en lo que llevamos del 2021 se ha ido incrementando, especialmente los energéticos: háblese del gas, la gasolina y la expectativa de la luz. Lo anterior (como hemos venido platicando en los diversos medios) esto es debido a los precios internacionales que han repuntado del petróleo y probablemente seguirá siendo esta una constante que actualmente se confirma al estar por encima de los 60 dólares por barril el precio del petróleo.

Regresando de Semana Santa (8 de abril) tendremos el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) con el dato de la inflación del mes de marzo, ya teniendo en los dos primeros meses del año una inflación acumulada del 1.50%; esto corresponde a la mitad de la inflación que se esperaba en un año (3%) cifra por lo demás alarmante dado que a los precios de la gasolina, el Gobierno federal ha reincorporado los estímulos fiscales al precio para que no continúe el alza y la correspondiente inflación a los productos y servicios que van relacionados con el precio de la gasolina al ser éste un insumo con lo que se mueven las mercancías y las personas.

Como dato, el INPC de la primera quincena de marzo del 2021 presentó una inflación de 0.53% respecto a la quincena anterior; siendo elevado y esperaremos la publicación mensual de la inflación de marzo el 8 de abril para confirmar el efecto, considerando los precios que se ajustan en Semana Santa.

Al día de la publicación de este blog, es probable que continúe el estímulo fiscal del iesps de aproximadamente un 50% a la magna y de un 20% (aproximado) a la Premium y diesel; siendo en pesos de $2.5 a la magna y de menos de $1 al Premium; y al diesel de un poco más de $1 todas por litro. O sea, que sin la aplicación de este estímulo - que ya ha venido ocupando la actual administración - sería mucho mayor el impacto de la inflación al trasladarse su efecto a la economía.

Banco de México (Banxico) por su parte, mantuvo la tasa de interés al 4% dada que las expectativas de que continúe una inflación al alza son muy altamente probables; aún a pesar de la situación del COVID-19 del cual está atravesando no solamente la economía nacional, sino a nivel mundial. Según el anuncio de política monetaria del 25 de marzo del 2021, señala que “Las trayectorias esperadas de corto plazo para la inflación general y subyacente son ligeramente mayores a las del último Informe Trimestral, si bien se sigue estimando que estas converjan a la meta de 3% desde el segundo trimestre de 2022. En los próximos meses la inflación general resentirá transitoriamente los efectos aritméticos por la reducción en los precios de los energéticos del año pasado. Estas previsiones están sujetas a riesgos. Al alza: i) por la recomposición del gasto hacia mercancías o presiones de costos; ii) episodios de depreciación cambiaria; y iii) presiones inflacionarias externas. A la baja: i) por los efectos de la brecha negativa del producto; ii) mayores medidas de distanciamiento social; y iii) apreciación cambiaria”. Por lo que sería una inflación alta en este primer trimestre y se esperaría que fuera a la baja en el segundo trimestre del año, pero, pudiera contagiarse de los efectos internacionales la economía mexicana.

Con los estímulos fiscales que se han dado en Estados Unidos aunado a los movimientos de los bonos del tesoro de EU, están reflejándose en el tipo de cambio e inflación en México; por lo que esta inyección de dólares no solo está modificando el ciclo económico o como consecuencia de la recuperación post-covid, sino una esperada inflación a nivel mundial. El crecimiento económico generará inflación. No pensamos que pudiera darse algo similar a la inflación del 2017 (en México) el cual fue de 6.77% que ha sido de las más altas, pero, va encaminado a ello. Si a esta fórmula le incluimos un probable aumento en el tipo de cambio peso/dólar del cual ya se esta dando al darse una apreciación en el dólar y debilitando al peso. No se espera que se “dispare” el tipo de cambio, pero sí tendrá sus periodos de volatilidad. Con el dato de BANXICO al “estacionarse” la tasa de interés, es previsible que la inflación se dará y pudiera ser que se acabará el ciclo de disminución de tasas de igual manera que esta sucediendo a nivel internacional: un ciclo alcista de tasas de interés por parte de los Bancos centrales.

Algunos economistas hablan de que estamos al inicio de una era inflacionaria o “burbuja inflacionaria” pero pudiera ser “momentáneo” al reabrir la economía después de los efectos del COVID y de interrupciones a las cadenas de suministro que, una vez que se regularicen, regresarían a sus precios “normales”. Así como al no haber dinero, habrá una baja demanda a mitad de año lo que “ajustaría” este nivel de inflación; pero hay un factor que podría incidir en ello: las elecciones.

La pregunta del millón es ¿Cómo afectará a la deuda todas estas variables? En fin, el entorno es incierto y continuarán las presiones inflacionarias: cuide su dinero.