Opinión

Cómo superar un divorcio

Por Alejandra Meza


Ante las situaciones difíciles y dolorosas, podemos tomar dos actitudes distintas.
1.- Esperar a que pase el tiempo y el problema, con la esperanza de que se acabe nuestro sufrimiento.
2.- Actuar, para mejorar y/o resolver la situación, de acuerdo a mis deseos y necesidades.
Aparentemente la primera es la más fácil.
¿Si ya estamos sufriendo tanto, para qué esforzarnos más? Pero pensando así, no llegamos a donde nosotros queremos. Llegamos a donde la vida o los demás nos llevan.
Es cierto que actuar requiere de un esfuerzo.
Pero es la única manera de aumentar la confianza en nosotros mismos y obtener lo que deseamos.
Los siguientes consejos te permitirán acelerar el proceso de divorcio y disminuir el sufrimiento.
•             Reconoce que, independientemente de si querías divorciarte o no, estás viviendo toda una serie de cambios y pérdidas, que te provocan diferentes emociones negativas y afectan toda tu vida.
•             Infórmate sobre lo que implica el divorcio y sobre sus repercusiones en las diferentes áreas de la vida.
Es muy importante, que entiendas que lo que te sucede es normal y que, aunque muy doloroso, es un proceso que tiene un principio y un fin.
El final no es la firma ante el juez, es el momento en el que logras tu recuperación física y emocional,
•             Date permiso para sentir cualquier emoción que surja.
No la niegues, no te critique por ella, pero exprésala adecuadamente.
Es decir, en el lugar, el momento, con la persona y en la forma adecuada.
Puedes hacerlo por escrito en un diario personal.
De hecho, sólo reconociéndolas, aceptándolas, expresándolas y trabajándolas, puedes lograr una buena recuperación que te libere del pasado y te permita vivir y disfrutar el futuro.
Recuerda que las emociones, por muy intensas que sean, son sólo una parte tuya.
No te pueden controlar, a menos que tú lo permitas.
•             No te compares con los demás.
Recuerda que cada situación es diferente y que cada persona es distinta.
Por lo tanto, la misma situación, no nos afecta a todos de la misma manera.
•             Date el tiempo que necesites para recuperarte.
Para recuperarnos bien de un divorcio necesitamos, aproximadamente, entre 18 meses y 3 o 4 años.
No te forces, pero no permitas que el dolor o la compasión te mantengan atrapado en el mismo lugar.
El progreso puede ser lento, con avances y retrocesos, pero constante.
No importa el tamaño de los pasos que des, sobre todo en un principio, siempre y cuando te mantengas en movimiento, pero hacia la meta adecuada: Tú recuperación.
•             Todas las mañanas al despertar y por las noches, antes de dormir, reconoce en voz alta algo positivo de tu vida en estos momentos.
Puede ser algo tan importante como que tus hijos están sanos o algo de menor importancia como que tienes un reloj que te gusta, que salió el sol o que vas a hablar por teléfono con algún familiar o amigo.
Siempre hay cosas positivas en nuestra vida.
Recuerda las palabras de quién dijo: "Yo me quejaba porque no tenía zapatos, hasta que descubrí que otros no tenían pies".
•             Piensa en algo positivo que va a resultar de lo que está sucediendo.
Como por ejemplo:
Vas a estar más involucrado con tus hijos, vas a aprender a hacer cosas que no sabías hacer, ya no hay gritos a tú alrededor, etc.
•             Evita en lo posible, lugares, situaciones o personas que te provoquen recuerdos dolorosos.
Si no puedes evitarlo, cuando te encuentres en esa situación piensa: "Lo pasado, pasó.
Hoy es un nuevo día y el principio de una nueva vida que estoy construyendo. Lo que importa es la felicidad y el bienestar que quiero y puedo lograr".
•             Busca nuevas actividades y relaciones que sean parte de tu nueva identidad:
Un hombre o mujer que tiene la capacidad para construir una nueva vida, en donde puede ser feliz.
•             Al principio, durante los primeros meses, no tomes decisiones drásticas, como cambiarte de casa o de trabajo, a menos que sea indispensable.
Si necesitas hacer cambios, hazlos poco a poco.
Aprende a establecer prioridades.
•             Con la tensión y angustia la memoria falla.
Haz una lista con las cosas que necesitas hacer, números de teléfono, de cuentas importantes, etc.
Busca cómo facilitarte la vida.
•             Cuando te sientas mal, date unos minutos o haz una cita contigo mismo para más tarde, para contactar con tus sentimientos y pensamientos.
Si te es posible, escríbelos, pero sin analizar lo que estás escribiendo.
También es recomendable llevar un diario personal, en donde escribas todo lo que te sucede, piensas, sientes y deseas, pero sin juzgar o criticar
•             Apóyate en tus amistades, pero elije con cuidado las que tengan la capacidad de escucharte, respetar tus emociones y apoyarte.
No vivas solo estos momentos difíciles… No te aísles; si tus amigos o familiares te buscan, ve con ellos. Tú eliges si quieres hablar de lo que te sucede o no. Si no te buscan, háblales tú.
No dejes que un falso orgullo te mantenga alejado de la gente que es importante para ti.
Estar solo en ciertos momentos es deseable y positivo, pero aislarse, no lo es.
•             Enfócate en las cosas sobre las que tienes control.
No te desgastes física y emocionalmente sobre las cosas que no puedes controlar.
•             Si tienes hijos, busca la información adecuada para ayudarlos a vivir un proceso que es doloroso y que puede ser incomprensible para ellos, no importa cuántas veces se los explicaste.
•             Evita caer en el perfeccionismo o en la necesidad de demostrar que eres muy fuerte e independiente.
No necesitas demostrarle nada a nadie, ni siquiera a ti mismo.
El divorcio no dice nada malo de ti.
Es reconocer la necesidad de terminar con una situación que te hacía sufrir, que ya no te convenía o que en realidad no merecía la pena, (aunque de momento no lo veas así).
•             Cuídate.
Aliméntate sanamente, haz ejercicio y procura dormir o descansar lo mejor posible.
•             Aprende a vivir sin tu ex-pareja.
Haber amado o necesitado a alguien, no significa no poder vivir sin esa persona.
El que tu ex-pareja haya hecho toda una serie de cosas por o para ti, no quiere decir que tu no puedes hacerlas o aprender.
A medida que lo vayas haciendo, vas a adquirir más confianza y te sentirás mejor
•             No te involucres con una nueva pareja, hasta que realmente estés recuperado y hayas sanado tus heridas y trabajado tus emociones.
Puede ser muy tentador buscar una nueva relación que nos "haga" sentir bien: queridos, necesitados y respetados.
Pero si no hay una buena elaboración personal de todo lo que implica el divorcio y no aprendemos de lo que sucedió, pronto podemos tener los mismos problemas o similares.