Opinión

Retos para los que vienen

Por Otto Granados


Aguascalientes ha tenido un éxito razonable durante las últimas 3 décadas, medido sus progresos casi desde cualquier indicador en el que basta comparar su fisonomía social, económica y urbana con otros estados de características más o menos similares para darse cuenta de ello, sin embargo, suele decirse con toda razón, que construir toma décadas, pero destruir, como es evidente a nivel federal en estos años, puede suceder a gran velocidad. Digo esto, porque en la medida en que se acerca el final de un sexenio también va siendo hora del balance, que en este caso es muy favorable en mi opinión, para saber cuál debe ser la agenda para los próximos años. Tanto a partir de los avances como de las asignaturas pendientes. Pero lo que es inconcebible a estas alturas es que todavía no podamos lograr una conversación pública que vaya marcando la hoja de ruta y que vaya definiendo cuáles son las prioridades para el próximo Gobierno. Es cierto y es lógico que por ahora los partidos realmente existentes, que son básicamente tres o cuatro y no más estén mucho más enfrascados en la disputa interna por las candidaturas, por las negociaciones en las coaliciones que puedan ensamblarse o de plano en la pepena de candidaturas. Pero también es verdad que cuando este capítulo se resuelva lo que el ciudadano tiene derecho a saber, es algo muy simple y a la vez, lo más importante para qué quieren gobernar. ¿Para qué quieren el poder? Por ahora, la respuesta a esta pregunta brilla por su ausencia.

El primer elemento, es de sentido común, cómo piensan hacer crecer la economía, los buenos empleos, la productividad y la competitividad de Aguascalientes. El Estado parte de una muy buena base industrial y manufacturera pero necesita crecer de manera más alta y sostenida para recuperarse de los daños de la pandemia, la que sin duda pasará, pero sobre todo de los daños producidos por las erráticas políticas de la Federación. Y esto pasa por consolidar un excelente clima para los negocios y a nivel local, estabilidad laboral, nuevas oportunidades para los emprendedores; una política más agresiva para atraer inversión privada y mejor desarrollo de capital humano altamente calificado de todo esto. Sin embargo, no hemos escuchado una sola idea interesante hasta ahora por parte de los partidos.

 

El segundo tiene qué ver con la educación y con la innovación. Está más que demostrado que las economías más fuertes tanto en México como en otras partes del mundo, se sostienen una formación de talento que permita crear más y mejor valor agregado en los bienes y servicios que produce el Estado. Y esto pasa por tener mejores escuelas a todos los niveles, mejores programas cortos para promover nuevas competencias y habilidades, mejores universidades y tecnológicos,  así como por fomentar la innovación industrial y tecnológica, es decir, por caminar hacia una economía del conocimiento propio de las necesidades del siglo XXI. En este sentido, las comunidades educativas y empresariales pueden y deben jugar un papel central en la formulación y en la instrumentación de estas.

El tercer componente, es que hoy cualquier política tiene que asegurar un desarrollo sostenible, tanto desde el punto de vista ambiental como urbano. Aguascalientes es un Estado muy escaso en recursos naturales y con un crecimiento demográfico importante, lo cual demanda nuevas ideas y nuevas alternativas para afrontar los desafíos de las ciudades, en especial de aguascalientes y los 2 municipios conurbados en materia de agua de vivienda de espacios verdes y de otros elementos cruciales para tener un mejor ambiente para todos.

Y el cuarto, por supuesto, como lo dije aquí la semana pasada es mejorar la Seguridad Pública en el Estado, ahora amenazada por el previsible desastre que vivirá en Zacatecas y San Luis Potosí con sus nuevos Gobiernos y que puede contaminar seriamente Aguascalientes.

Pues bien, estos son, en mi opinión, los temas legales, los problemas de fondo que demandarán soluciones efectivas y una capacidad extraordinariamente elevada para entenderlos y para resolverlos.