Opinión

El dolor te cambia, el amor te transforma

Por Roberto Matosas


Hay personas con las que conectas enseguida y no sabes explicar por qué. Es algo que se nota, y todavía con mayor intensidad cuando pasas por una situación crítica, cuando necesitas apoyo o en los momentos difíciles.

En los momentos difíciles es bueno pedir ayuda, afrontarlos en soledad no suele ser una buena idea… aunque te cueste, aunque no te apetezca tener que abrir tu corazón, aunque no tengas ganas de contar el desastre que vives ni ganas de expresar tus sentimientos de dolor en ese momento. Pero esconderlo solo eterniza esa situación. En esos momentos, buscas del apoyo de alguien… y solemos escoger a las personas con las que sentimos una conexión especial.

¿Por qué recurrimos a una persona y no a otra?

Los mecanismos de decisión de nuestro cerebro son complejos. Según los científicos, cuando buscamos el apoyo de otra persona, pesa mucho el compartir experiencias similares, el tener gustos y valores semejantes … Y, en circunstancias difíciles, nos refugiamos en personas que han sufrido. Buscamos a personas que puedan entender el dolor. Porque es muy difícil que alguien que no ha sufrido el dolor, pueda entender el tuyo.

En cierto modo, todos nos asemejamos a nuestro dolor.

El dolor nos cambia.

Pero ese cambio puede ser de muchos modos.

Conozco a personas que el hecho de vivir una circunstancia dolorosa las ha llevado a la amargura y al rencor, algo que no solo las aleja de los demás sino que también puede llegar a convertirlas en personas tóxicas, instaladas en la queja permanente. 

Sin embargo, las personas más bonitas que conozco, han sido capaces de superar ese dolor llevándolo a un plano superior, siendo capaces de convertir ese dolor en un proceso de transformación.

Personas que han vivido circunstancias muy duras. Como mi querida amiga Diana Orero, que perdió a su madre cuando solo tenía 14 años.

Un golpe así es difícil de encajar. En esas circunstancias es fácil caer en el resentimiento, en la queja con la vida… sin embargo, ella cuenta que decidió ver la muerte de su madre de otro modo, en una entrevista que le hicieron en La Vanguardia respondía así:

“Yo tengo enchufe en el cielo.

 

¿Y eso?

 

Cuando mi madre murió yo tenía 14 años y estaba leyendo Paula, de Isabel Allende, la novela en la que narra la muerte de su hija.“Mi hija se está convirtiendo en ángel” escribe. Hay un antes y un después en mi vida tras leer esa frase.

 

¿Esa frase la consoló?

 

Sí, elegí pensar que todo el mundo tenía a su madre en casa y que yo la tenía en todas partes. Basé mi autoconfianza en la esperanza en vez de en la realidad, pero funcionó en la realidad.”

 

Ante el dolor de una pérdida, todos necesitamos encontrar el modo de salir de ahí.

Cuando has perdido a una persona amada, para mí, el único modo de superarlo es desde el amor. Agradeciendo haberla tenido, recordando todo lo bueno que te ha dado y siendo consciente del privilegio que fue tenerla.

Tal vez por ello, las personas que más han sufrido tienen un aura especial. Las personas bellas no surgen de la nada, escribía Elisabeth Klübler-Ross, psiquiatra y escritora, que centró su carrera en la muerte como experiencia de vida y que publicó varios libros sobre el dolor y el duelo, en español se publicaron “La muerte, un amanecer”, “La rueda de la vida” y “Lecciones de Vida”.

 

“Las personas más bellas con las que me he encontrado son aquellas que han conocido la derrota, han conocido el sufrimiento, han conocido la lucha, han conocido la pérdida y han encontrado su forma de salir de las profundidades. Estas personas tienen una apreciación, una sensibilidad y una comprensión de la vida que los llena de compasión, humildad y una profunda inquietud amorosa. La gente bella no surge de la nada.”

 

Elisabeth Kübler- Ross

 

No podemos esquivar lo que nos toca vivir, aunque habríamos preferido no vivirlo. Todos buscamos respuestas, intentando aprender las lecciones que nos trae la vida.

Todo pasa por algo… aunque en ese momento no puedas verlo.

Debes ser capaz de aceptarlo todo. Cualquier cosa que el presente te haya traído, acéptala igual que aceptas aquello que sí has elegido.

Si te concentras en el dolor, seguirás sufriendo.

Si te enfocas en la lección, continuarás creciendo

Proverbio Budista

 

Solo si eres capaz de canalizar bien el dolor, podrás salir de ese abismo en el que te sumerge.

El dolor te cambia.

El amor te transforma.

 

Resiliencia… de eso se trata, ¿no?

Fuente: https://martagrano.com/el-dolor-te-cambia-el-amor-te-transforma