Opinión

Talento

Por Roberto Matosas


Arquímedes creó el concepto y, como puesta en valor, se convirtió en una moneda de referencia en Grecia y en Roma, en una parábola del Antiguo Testamento. Estamos en el Talentismo, la nueva era en la que el Talento es el motor de transformación porque es más escaso y más valioso que el Capital. 

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El problema es que el talento, la balanza se falsea en muchas ocasiones. Estamos en la “revolución de la Autenticidad” (Imelda Rodríguez Escanciano) y debemos detectar y denunciar lo “fake”, también en el Talento. Te propongo unas cuantas falsedades respecto al talento.

  • El Talento exclusivamente como inteligencia (cuando es, siguiendo a José Antonio Marina, “inteligencia en acción”). Las personas con mayor cociente intelectual no son necesariamente las de mayor talento, por ejemplo para liderar un equipo.
  • El Talento como conocimiento (los expertos) sin tener en cuenta la actitud (competencias emocionales y sociales). Estudiantes que sacan muy buenas notas en la carrera y carecen de la empleabilidad necesaria para ser contratados por las empresas.
  • El supuesto Talento que no tiene en cuenta el compromiso (la energía que le ponemos a lo que hacemos) ni el encaje cultural (compartir el propósito, la misión y visión, los valores de la empresa).
  • El empresario que se cree con talento porque ha heredado la empresa de sus progenitores, sin contar con la calidad directiva (liderazgo) necesaria, y que por supuesto no tiene la humildad para medir su liderazgo a través de un test riguroso ni para desarrollarlo a través del coaching ejecutivo.
  • El emprendedor que, en un 90% de los casos, fracasará como tal por incapacidad para generar un equipo de alto rendimiento más allá de sus capacidades digitales y su idea genial.
  • El Talento que no elige bien las metas como profesional (vocación, pasión, misión, profesión) o como emprendedor si carece de un modelo de negocio ganador.
  • El Talento “digiticida”, que es sometido por la tecnología por falta de curiosidad y creatividad, de pensamiento crítico, de intuición, de sana emocionalidad.
  • El Talento con “síndrome de Apolo” (Meredith Belbin), que se cree muy listo y no sabe integrarse en un equipo diverso, con un liderazgo inclusivo.
  • El Talento que cree que “se tiene o no se tiene”, cuando lo importante es seguir aprendiendo (learnability), seguir creciendo, seguir mejorando personal y profesionalmente.

En el Talento de verdad importan tanto la psicología (desde los tiempos de William James y Wilhelm Wundt) como la ecología (en 1886, el biólogo prusiano Ernst Haeckel, discípulo de Darwin, creó el término para designar la ciencia de las relaciones entre los seres vivos y con el entorno natural). Boris Cyrulnik (Burdeos, 1937), padre de la resiliencia, ha llamado ‘Psicecología’ a esa conexión entre el contexto y la construcción del cerebro, los estados anímicos, la condición humana y el presente y futuro de las sociedades, en un libro que ha vendido 200.000 ejemplares en ocho meses en su país natal.

Fuente: Tecno Talento, Juan Carlos Cubeiro, nov. 14.2021