Opinión

El chantaje de Córdova: sin dinero no hay democracia

Por Artillero / Moisés Hernández Yoldi


Defender la autonomía e independencia del INE, no significa avalar los onerosos gastos y el excesivo aparato burocrático que sostiene esa institución. El INE es -sin duda- un logro de la sociedad, una institución que nos ha permitido garantizar y transparentar las elecciones en México, elecciones que en el pasado, eran una simulación y que permitieron que el régimen priísta se mantuviera por más de 70 años en el poder. Antecedentes El origen del Instituto Nacional Electoral (INE) es el antiguo Instituto Federal Electoral (IFE), ese instituto inició actividades en 1990, con la primera sesión de su máximo órgano de dirección: El Consejo General, y su primer presidente fue Fernando Gutiérrez Barrios, quien fungía como titular de la Secretaría de Gobernación. En ese entonces, el IFE era un organismo dependiente directamente del gobierno, y por ende, sometido a su voluntad e intereses. El IFE sustituyó a la Comisión Federal Electoral. Nació como resultado del escandaloso fraude de 1988, que llevó a Carlos Salinas al poder, y que le robó la presidencia a Cuauhtémoc Cardenas, esto provocó una serie de reformas a la Constitución Política, aprobadas el 4 de abril de 1990. En 1994 se llevó a cabo un proceso de ciudadanización de los Consejeros, que formaban parte del máximo órgano de dirección, lo que tuvo como consecuencia el cambio de nombre del cargo de Consejero Magistrado por el de Consejero Ciudadano. En ese momento la institución alcanzó su independencia respecto al Poder Ejecutivo, sin embargo no contaba con los instrumentos para el arbitraje electoral, y se limitaba a procedimientos administrativos sancionadores dirigidos a los partidos políticos. Bajo ese argumento, en el 2007 se le otorgaron facultades e instrumentos para sancionar no solo a los partidos políticos, sino también a los ciudadanos, militantes y candidatos de los partidos políticos, así como a concesionarios y permisionarios de los medios electrónicos de comunicación (radio y televisión) Fue así como una institución que nació con el mejor de los propósitos, fue adquiriendo atribuciones excesivas, y hoy se ha convertido en un órgano sancionador y censurador con facultades punitivas. Es momento de replantear las atribuciones y facultades del INE. Lorenzo Córdova y el resto de los consejeros, deben entender que no es posible mantener los excesos a los que se habían acostumbrado, deben también ajustarse a una política de austeridad, y lo primero que tendrían que hacer es un ajuste a sus ingresos, que comparados con sus homólogos de otros países, resultan escandalosos y agraviantes. El chantaje: si no hay dinero, no hay democracia. El pasado domingo por la madrugada, y luego de un maratónico debate de más de 50 horas, los diputados aprobaron (con 273 votos a favor y 214 en contra) el Presupuesto de Egresos para 2022. El presupuesto contempla un recorte de 5 mil millones de pesos para el INE, que ahora tendrá 19 mil 736 millones de pesos para ejercer en 2022, dinero que según Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, es insuficiente para cumplir con sus tareas. De acuerdo con la página de transparencia del INE, Córdova, al igual que los demás miembros del Consejo General, tiene una percepción bruta de 234 mil 519 pesos, de los cuales se deducen 65 mil 394 pesos, dejando un total neto de 169 mil 125 pesos. Además, cuenta con un vehículo pagado por el instituto, una bonificación de hasta 4 mil pesos para cubrir los costos de telefonía móvil personal y hasta 14 mil pesos para gastos de alimentación. Los mexicanos estamos llamados a defender la democracia y a las instituciones que la garantizan, pero no a costa de excesos ni de una burocracia burguesa.