Opinión

Una navidad inflacionaria (parte 1 de 2)

Por Ramón Ortega Díaz


Santa Claus y los Reyes Magos andan preocupados, probablemente no encontrarán el juguete prometido dado el surtimiento en las tiendas; si habrá juguetes, pero no los de alta demanda. Si se han dado vuelta, verán que de las hileras de ciertos juguetes en el mes pasado ya solo quedan algunos estantes, y esto se debe a la cadena de suministros que se dan en otros productos también.

Esto genera inflación, y México no es ajeno a este fenómeno “transitorio” (como lo han dicho los expertos) y aunado al aumento de los costos energéticos generan una alta inflación; siendo en México la mayor en 20 años y es probable que continue en 2022 por el efecto de recuperación covid.

Hoy en día, la inflación acumulada al mes de octubre del 2021 es del 5.76% y la anualizada (oct21/oct20) es del 6.24%; por lo que podríamos cerrar el año cerca del 7%. (según proyecciones de Banxico sería de un 6.8%). Uno de los principales factores, la gasolina, se ha mantenido en un rango de 19-21 pesos (magna/premium) dado los estímulos fiscales del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IESPS) que han sido más de la mitad del impuesto que las compone, tal como se menciona en el Informe Tributario y de Gestión del tercer trimestre del 2021 según SAT:

“La recaudación por IEPS de gasolinas y diésel, tanto internos como externos ha caído entre enero-septiembre de 2021 con respecto al mismo periodo del año anterior en 16.9% y 23% real, respectivamente. Esta disminución se debe a la aplicación del estímulo fiscal al precio de estos productos y a una ampliación de la brecha fiscal, principalmente, asociada con el contrabando. Este último equivale a la diferencia entre la demanda real de combustible y la oferta legítima.”

De no ser por lo anterior, los precios de la gasolina serían mayores con una inflación también mayor; esto se debe a que los precios internacionales del barril de petróleo en un año han pasado de 40 a 80 dólares pudiendo llegar a los 100 dólares por barril en el invierno y veríamos de que tanto el gobierno federal absorbería tal impacto en las finanzas públicas al recaudar menos IESPS por gasolinas con la finalidad de no trasladar tanto el impacto al precio de los consumidores y generar una inflación mayor, pero de que seguirá la inflación, seguirá.

¿Qué está sucediendo? Banxico acaba de subir a una tasa del 5% la tasa de interés interbancaria, destacando lo siguiente de su anuncio de política monetaria: “En los mercados financieros nacionales, el tipo de cambio presentó volatilidad y cierta depreciación, las tasas de interés de corto plazo aumentaron y las de mayor plazo presentaron ajustes influidas por condiciones externas. La información oportuna indica que la actividad económica se contrajo en el tercer trimestre, aunque se espera que retome su recuperación a partir del cuarto trimestre. Se mantiene un entorno incierto y se prevén condiciones de holgura, con marcadas diferencias entre sectores.” En estos días el dólar se ha fortalecido y en el medio se menciona que la economía se está “calentando”; por lo que se tendría una depreciación “transitoria” del peso. Así como “Se considera que los choques que han incidido en la inflación son principalmente transitorios. No obstante, el horizonte en el que podrían afectarla es incierto, han impactado a un amplio tipo de productos y su magnitud ha sido considerable, aumentando los riesgos para la formación de precios y las expectativas de inflación.”

Si a lo anterior le sumamos que se espera que suban (nuevamente) los salarios mínimos, la recuperación económica, expectativas de precios (incluso mediante especulaciones), se podría dar

una mayor inflación a la proyectada; calentándose la economía. Inclusive en el medio financiero se nos ha “sugerido” darle seguimiento a la inflación, por el impacto que ocasiona en la información financiera. Los precios de los alimentos han subido desde antes de la pandemia, recrudeciéndose en este cierre de año y rebasaran la expectativa pudiendo “establecerse” después del primer trimestre del 2022. Los costos de transporte serán clave y es importante redirigir la atención a este sector, al darles más facilidades fiscales, el costo del combustible que usan, la nómina que causa y el tema de la carta porte para una simplificación administrativa y que esta parte de la cadena de suministro “ayude a gestionar” el traslado de los costos y la inflación que genera; por lo tanto, volteemos al sector transportista. Oferta y demanda, escasez, problemas de abastecimiento, costos de insumos, etc. generan esta incertidumbre de altas expectativas inflacionarias para esta navidad.