Opinión

Debemos facilitar la creatividad

Por Ramón de la Peña


¿Donde son más creativas las personas, en su lugar de trabajo o fuera de él? Me preguntó vía Internet un ex alumno que poco a poco se ha transformado en Katchumo II, por las conversaciones, reflexiones e interacciones creativas que he tenido con el. Y claro como toda persona que hace una pregunta cuando ya tiene la respuesta me dijo: La organización “Idea Champions” le preguntó a más de diez mil personas que de donde obtenían las mejores ideas Debo decirle ingeniero, me dice Katchumo II que la respuesta les sorprendió mucho, pues solo el tres por ciento dijo que las obtenían cuando estaban trabajando y el resto dijo: Yo las tengo cuando me estoy bañando, o antes de dormir, o cuando no hago nada, o mientras camino o cuando ando de vacaciones, o cuando estoy sentado cómodamente en mi casa meditando, analizando o escuchando música y tomándome un vinito tinto.
Esto implica, continua mi ex alumno, que nos debemos de dar tiempo fuera de la tradicional oficina para buscar ideas creativas en la solución de los problemas que tenemos en nuestras organizaciones, pues cuando estamos trabajando, en la mayor parte de ese tiempo, estamos usando la parte izquierda del cerebro, ese lado de nuestro cerebro que esta asociado con la lógica, con nuestra capacidad analítica, con nuestro pensamiento abstracto y analítico, con nuestra capacidad de síntesis. Los ingenieros tenemos fama de usar continuamente y en casi todas nuestras actividades ese lado del cerebro.
Eso implica entonces que tenemos que buscar la manera de activar más el lado derecho de nuestro cerebro, ese lado que esta asociado con la intuición, la creatividad, el pensamiento imaginativo y divergente. Los inventores, emprendedores y artistas tienen la fama de usar frecuentemente esta parte del cerebro.
¿Y que proponen los de “Idea Champions” para tener empleados más creativos, o para promover que nosotros tengamos más ideas creativas? Ellos proponen: Salir a caminar y a meditar, mientras se camina, sobre la idea o el problema a resolver, no salir a pasear en carro, pues al hacerlo tendremos muchos distractores para la mente creativa y más en una ciudad como la nuestra donde el trafico nos presiona a no distraernos en buscar soluciones creativas a nuestros problemas;
Nos proponen escuchar música, de preferencia instrumental; Dibujar, haciendo representaciones visuales de la idea, tema o problema; Usar el humor, la risa libera las tensiones y de la tiranía de la lógica, de nuestro pensamiento abstracto y analítico, de nuestra capacidad de síntesis; Aplicar los verbos de meditar, reflexionar e incubar ideas y proyectos al salir a pasear, al escuchar música y al estar, aparentemente, sin hacer nada; Cambiar el aspecto de nuestro lugar de trabajo, haciéndolo más amable. 
En este mismo rubro tienen un gran reto las universidades, ¿Cómo facilito la creatividad? leí hace poco un artículo titulado “La entrada al siglo XXI, ha impuesto un reto a las universidades pedagógicas cubanas” en el que recomiendan tomar en cuenta lo siguiente sobre el tema de creatividad: “Es necesario incorporar el cambio como algo cotidiano en la actitud para la vida de nuestros estudiantes. Desarrollar una actitud favorable al cambio les va a permitir apreciar el aprendizaje como un proceso interactivo y dialéctico, en el cual los educadores deben acceder indirectamente a la verdad, zigzagueando a lo largo del camino, a veces enfrentándose a contradicciones, retrocesos, avances y a una lucha tenaz contra los obstáculos y las frustraciones.
Para lograrlo es necesario romper con aquellas creencias en las cuales el maestro es el único que tiene la verdad acerca del conocimiento a construir y el alumno debe encontrarla guiado por este experto; donde el maestro constantemente habla y el alumno escucha y les hace sentir en las clases que está plenamente seguro de lo que enseña, que hay poco que descubrir e indagar.
Este tipo de maestro genera actitudes negativas en los alumnos caracterizadas por la inseguridad, la pasividad, la sumisión, la dependencia, la repetitividad, y la reproducción de conocimientos, más que a la construcción activa del mismo.” Sin duda tenemos un gran camino que recorrer para cambiar nuestros procesos educativos y los ambientes creativos en nuestras organizaciones.