Opinión

¿Quién es el que anda aquí?

Por Miguel Salvador Rodríguez Azueta


El parque que se detuvo en el tiempo
Tenía 32 años que no traspasaba la puerta del parque. Mi experiencia fue como viajar en el tiempo, al pasar el portón me topé con un sonriente “Grillito Cantor”, que hace las veces de recepcionista y mudo guardián de los ya casi 41 años del parque.
Es una sensación extraña, voy solo, ya no tengo niños pequeños, y me invade un sentimiento de culpa, por no haber traído a mis hijas nunca. Observo a las familias veracruzanas, a los niños correr de un lado al otro, casi me pierdo, no recordaba que hay que pasar el puente; en el fondo del estanque me observa la Patita, aquella de rebozo y con canasta de bolita. Parece que el tiempo se hubiera detenido, como los años 70´s del siglo pasado se hubieran quedado en este parque igual que los juegos mecánicos de mi niñez, a excepción de los carros que se impulsan a base de batería.
Me acerco a las resbaladillas, son las mismas, sólo que la dimensión ha cambiado, en otro tiempo eran enormes para mí, ahora me parecen chiquitas, conservan el mismo mosaico, color verde, como el de las albercas. Me detengo, pienso que no traigo pantalón corto, eso limitaba e impulso, traigo puesto unos jeans viejos, ¡Que caray, me lanzó! Como chiquillo, como antes, ¡Qué emoción! Una señora se me queda mirando feo, ¡Bueno que caray, no entendería, mi locura a la veracruzana!
Las familias y una que otra pareja de enamorados, con o sin niños, disfrutan de este parque, en el fondo casi por el lado de la avenida Miguel Alemán, hay un espacio para reuniones sociales, con mesas y bancos de madera, voy a la administración, preguntó por Ramón Lara, espero un poco - Está en el baño me dice la asistente.
Ramón se sorprende de mis visita, habíamos quedado que llegaría, pero no cuando, le da gusto, es amigo del circulo de la Palma, del club de Toby de Pepe Martínez, en fin, platicamos, me cuenta que tiene 7 años administrando el parque Cri Cri, que se mantiene gracias al apoyo de la Dra. Karime Macías, Presidenta del DIF, depende del Gobierno del Estado y pues, en la opinión de Ramón, el parque necesita más juegos, juegos para niños y adultos, porque los niños quieren disfrutar junto a sus padres de los juegos, algo obvio.
Con más de mil visitas los fines de semana, el Parque Cri Cri se mantiene de la buena voluntad de los gobernantes en turno, se nota el esfuerzo que se hace el administrador, está limpio, pero el tiempo no perdona y los juegos ya son - y sin broma - del siglo pasado, están como para museo.
Pero ese es el encanto del parque, es un pedazo del Veracruz del ayer, donde las familias de escasos recursos encuentran un lugar para pasar el rato, convivir en unión familiar, un lugar fuera del alcance de las ambiciones o sueños de modernidad que acaban con nuestra identidad, ¡Gracias al Cielo!, los niños ricos nunca vinieron a este parque, porque de otra manera hoy fuera un centro comercial.
@miguel_salvador