Opinión

Minuto de silencio por los Defensores de Veracruz

Por Ricardo Homs


Muy emotiva fue la reacción de la ciudadanía ante la convocatoria para el minuto de silencio.
Este 21 de abril la sociedad veracruzana se preparó para conmemorar el primer centenario de la defensa de esa ciudad, a través de un minuto de silencio y con ello envió un mensaje a toda la nación, pues esta acción habla de valores y respeto por nuestra historia.
El centro histórico estaba repleto de gente que esperaba el inicio del desfile organizado por la Armada de México.
A las doce en punto se escuchó el Himno Nacional en unas bocinas colocadas para ese fin y las iglesias doblaron las campanas mientras a lo lejos se escuchaban las sirenas de los barcos.
Con toda seguridad esta información será transmitida en los noticieros de impacto nacional, tanto de radio como de TV.
Durante la invasión norteamericana sobre la Ciudad de Veracruz, -sucedida los días 21, 22 y 23 de abril de 1914-, cientos de civiles sacaron armas y municiones del cuartel militar y se enfrentaron al invasor, siendo acribillados por el ejército enemigo.
De forma respetuosa miles de personas congregadas sobre la Avenida Independencia se pusieron de pie y respetuosamente honraron la memoria de los más de 300 ciudadanos que fallecieron defendiendo su ciudad y su patria.
Sin embargo, la historia oficial y las referencias que de este acontecimiento histórico dan las entidades gubernamentales, actualmente minimizan este hecho, dando un reconocimiento genérico y poco convincente, pues hay constancia de nombres y apellidos de las víctimas de las balas enemigas.
Ésta ha sido una de las primeras invasiones ampliamente documentadas y con gran cantidad de fotografías que describen paso a paso el desembarco, los enfrentamientos y los destrozos en la ciudad, así como los cadáveres civiles sobre calles y banquetas, a través de reporteros y fotógrafos extranjeros que cubrieron este acontecimiento militar.
Por haber sido una intervención militar directa, -que duró siete meses, y tuvo impacto político cambiando el curso de la Revolución Mexicana-, esta participación ciudadana debemos destacarla con gran significación.
Muy relevante ha sido descubrir que a partir de una iniciativa ciudadana que se inició hace casi dos años, se logró consolidar un fenómeno de opinión pública que se enriqueció de forma determinante cuando todas las estaciones de radio y televisión locales, -a través de la CIRT-, se sumaron aportando una fuerte campaña de concientización histórica mientras ciudadanos instrumentaban en paralelo una campaña en redes sociales.
 
 
El poder de convocatoria ciudadano a través de la concientización pone de relieve que cuando instituciones representativas de la sociedad civil se organizan, tienen amplia credibilidad y legitimidad.
Este primer centenario de la defensa de la Ciudad de Veracruz rebasó el objetivo inicial de dar significación ciudadana a un hecho histórico y dejará entre todos los participantes la experiencia de que hay mucho por hacer en beneficio de la ciudad cuando se da la unión alrededor de un acontecimiento de profunda significación.
En cambio, muy vergonzosa conducta de maestros disidentes que en el centro de la ciudad se enfrentaron a la policía porque no les permitieron avanzar en su manifestación contra la reforma educativa.
Mientras la ciudadanía hacía el minuto de silencio estos profesores continuaban con la trifulca.
¿Éstos son los maestros que formarán los valores ciudadanos de las nuevas generaciones?
Vergonzoso.
Gran diferencia entre estos seudo maestros y los que había en 1914, quienes por no aceptar las órdenes del ejército invasor que pretendía dar instrucciones sobre cómo impartir clases mientras los norteamericanos gobernaban la ciudad, prefirieron renunciar a su salario e irse a su casa y ahí impartir clases a sus alumnos.
Ahí surgió la figura del maestro Dn. Delfino Valenzuela con su liderazgo.
Esos sí eran maestros con vocación.
COMENTARIO AL MARGEN
Nada nuevo se puede comentar hoy que no haya sido destacado ya respecto a la obra y legado de Gabriel García Márquez.
Fue quizá el autor más emblemático de la generación del boom latinoamericano en la literatura mundial, pues el impacto de "Cien años de soledad" en la industria editorial mundial hizo que los círculos intelectuales descubriesen el talento que hay en esta parte del mundo.
Poco se ha hablado de quien fuera fundamental para el éxito de García Márquez, como lo fue Carmen Balcells, la agente literaria española que le representó durante toda su vida y también proyectó hacia las editoriales con liderazgo internacional a otros extraordinarios autores latinoamericanos como Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Pablo Neruda, Álvaro Mutis, Juan Carlos Onetti, Alfredo Bryce Echenique e Isabel Allende, entre otros.