Al final de un largo día, un alumno cansado de primer grado levanta su silla, le da la vuelta y la pone con el asiento hacia abajo sobre la parte superior de su escritorio. La historia del viaje de cómo llegó allí nos puede decir mucho sobre lo que aprende en la escuela y lo que significa ser un estudiante.
Al igual que la elección de Robert Frost, El camino no tomado (los caminos se bifurcaban en un bosque, y yo, yo tomé el menos transitado, y eso ha hecho toda la diferencia), cómo un profesor decide llevar al estudiante a poner la silla encima de la mesa, que a primera vista no parece que importa mucho, puede en el largo plazo hacer toda la diferencia. ¿Lo hará realmente?
Antes de ver las opciones que el maestro consiga que la silla desde el suelo hasta la parte superior de la mesa sea colocada, vamos a examinar lo que ambas opciones tienen en común:
* Los estudiantes de primer grado, en general, no están motivados intrínsecamente a poner las sillas sobre las mesas.
* A pesar de que ellos no podrían estar motivados a hacerlo, es una tarea que vale la pena hacer por el estudiante y aprender a aceptar la responsabilidad.
* El maestro debe aceptar la responsabilidad de ayudar al estudiante a asumir esa tarea.
* Hay muchas razones que valen la pena y beneficios para que los estudiantes pongan sus sillas en sus mesas al final del día.
* Al final del día, la silla debe terminar en el escritorio.
Hay una pregunta sin embargo, que podría ser contestada de manera diferente dependiendo de su punto de vista: ¿Realmente importa cómo el maestro lleve al estudiante a poner la silla en la mesa de trabajo, siempre y cuando el estudiante haya aprendido a hacerlo y lo haga con una rutina de base?
Voy a dejar que el lector decida si importa, después analizo las dos opciones y su trayectoria con el resultado deseado - la silla en el escritorio.
Elección uno
Desde el inicio del año escolar, el maestro se reúne regularmente con su clase para hablar de cómo van las cosas en el salón. Facilita una discusión donde se habla de lo que hay que hacer al final de la jornada escolar. La clase genera una lista de cosas a hacer como clase, incluyendo lo que cada estudiante debe hacer. Poner sus sillas en la mesa es uno de los elementos de la lista. La maestra le dice a la clase que si todos en el salón recuerdan poner sus sillas en las mesas todos los días de lunes a jueves, van a ganar una recompensa de más tiempo libre al final de la jornada del viernes. Este plan funciona muy bien y la clase normalmente se gana el tiempo libre que se acuerde los viernes para resto del año escolar.
Elección dos
Desde el inicio del año escolar, el maestro se reúne regularmente con su clase para hablar de cómo van las cosas en el salón. Durante la primera semana de clases se invita a don Julio, el conserje de la escuela, a hablar con la clase. Él explica a los alumnos cuáles son sus responsabilidades diarias para la limpieza de la escuela. Menciona que una parte importante de la limpieza es barrer y limpiar el piso. Si las sillas ya están puestas en los escritorios, tendrá un trabajo mucho más fácil y se podrá también dedicar más tiempo a la limpieza de otras cosas. Explica que al ayudarle también se están ayudando a sí mismos y a su escuela. El profesor da tiempo para que la clase le haga preguntas acerca de su trabajo y de sí mismo. Al final de su tiempo con la clase, don Julio pide a los estudiantes si ellos estarían dispuestos a asumir la responsabilidad de poner las sillas en sus escritorios, y cada estudiante responde "sí". A medida que pasa el año, los estudiantes ponen regularmente sus sillas en sus escritorios sin recompensa ni expectativas. Si un estudiante se olvida, el maestro dice:
"Recuerda…. Luis. Gracias." Y la silla sube al escritorio.
Conclusiones
Los profesores están haciendo un buen trabajo creando un sentido de pertenencia para el aula. Ambas clases de alumnos están aprendiendo a ser responsables y a desarrollar buenos hábitos. Ambos enfoques son preferibles a ordenar y reprender para corregir, sin necesidad de amenazar a los estudiantes a hacer su trabajo o sufrir consecuencias negativas.
La diferencia de enfoques / opciones que el profesor da para lograr el mismo fin, ¿hace alguna diferencia en lo que los estudiantes realmente aprenden?
Mi elección
Yo preferiría la segunda opción porque cuando los estudiantes están poniendo sus sillas en la mesa al final de la jornada, lo están haciendo para ayudar a una persona que saben hace un trabajo importante. Un trabajo que beneficia a los demás estudiantes y a ellos mismos. Ese simple acto de poner una silla en un escritorio se convierte en más que un trabajo, ya que está ligado a un propósito "noble". Los estudiantes están más propensos a verse a sí mismos y a sus compañeros como personas que hacen cosas útiles por motivos importantes. Su beneficio personal, aparte de que se benefician de una escuela más limpia, se elimina de la ecuación. Están aprendiendo a dar para el beneficio de administrar y disfrutar la sensación y la satisfacción que produce el acto en sí, no lo que pone el acto para ellos. Estos estudiantes son más propensos a llevar esta identidad de ayudante y dador en otras situaciones más tarde en sus vidas. Esta responsabilidad también enriquece sus vidas.
A mí me hace la diferencia. ¿Y a usted?
Independientemente de su respuesta, yo también creo que vale la pena discutir este tipo de preguntas con sus colegas.
Compartimos conocimientos… Generamos beneficios
Aceleramos el proceso de transformación para los individuos y las organizaciones.
Desde donde estas, hacia dónde quieres ir, requiere que cambies y te transformes. El principio es “como es adentro, es afuera”.
Tus circunstancias externas son simplemente una reflexión de tu mundo interno.
* Personalmente: ¿Es tu vida una verdadera reflexión de tu potencial interior? ¿Qué pasaría si liberas tu real potencial y lo cultivas?
* Para las organizaciones: Si eres un líder a cualquier nivel, para que tu equipo haga más, tienes que llegar a un más alto nivel como líder. Cuando te transformas, aquellos a tu alrededor seguirán tu conducción.
