Opinión

Liderazgo Generacional (I)

Por Roberto Matosas


Los dos "teorías" más populares o "métodos" o como quieran llamarlas, de liderazgo son: tratar a todos de igual manera o tratar a todos de manera diferente porque todo la gente que conduces es única. 
No estoy suscrito a ninguna de las dos. Esta es la mía: Tratar a todos igual, sólo que hacerlo de forma diferente. Yo creo que esa es la manera más eficaz de conducir porque las personas son en su mayoría las mismas. Ellos siempre han sido y la historia nos demuestra que no hay ninguna razón para pensar que van a cambiar.
Todos tenemos las mismas necesidades básicas y deseos. El mero hecho de que todos somos humanos dicta esta simple verdad. Si bien todos tenemos mucho en común, sin embargo, todos también tenemos cosas que nos hacen diferente de cualquier otra persona en la tierra. Yo soy único y tú y tú y tú. Así todo lo demás.
Algunas personas en posiciones de liderazgo parecen desconocer este hecho, o al menos parte de ello. Entienden que como líder "ellos" son diferentes. Ellos saben que son esas diferencias las que los distinguen de otras personas y les hace un líder. Entonces, al mismo tiempo, conducen a su gente como si esas personas fueran como ellos.
Asumen que su gente están motivadas por muchas de las mismas cosas que ellos. Y conducen como si las personas tuvieran las mismas experiencias de vida que ellos. Conducen a su gente de la forma que, el líder, quiere ser guiado.
¡Eso es una locura pura de liderazgo!
En esta serie de artículos que he titulado Liderazgo Generacional vamos a ver las diferencias en las personas relacionadas con sus generaciones. Voy a escribir con trazos gruesos aquí con el pleno entendimiento de que incluso dentro de las generaciones las diferencias abundan.
En este de hoy vamos a ver lo que todas las generaciones tienen en común.
Ellos esperan la honestidad de sus líderes. Lo que ellos quieren... En realidad más que querer, necesitan, confiar en sus líderes. La gente de todas las generaciones siempre ha necesitado un líder en quien confiar y siempre han sabido que el liderazgo tiene poco que ver con un título o posición.
Ellos saben que el liderazgo, el auténtico, el liderazgo real, el de servicio, tiene que ver con el cuidado y el desarrollo de la gente. Independientemente de la edad de una persona, los antecedentes, motivación o metas, no les importa lo que un líder sabe hasta que saben que el líder se preocupa. ¡Por ellos!
La gente va a comprometerse a un líder que se preocupa por ellos, van a seguirlo, van a ir la milla extra. Siguen a líderes de su confianza que cuidan los intereses de su gente. Sin integridad no hay confianza y sin confianza no hay liderazgo. Eso es cierto para todas las generaciones y todas las culturas.
Todo el mundo tiene eso en común.
En el próximo artículo empezaré mirando las diferencias en las generaciones y cómo esas diferencias afectan tanto a líderes como a seguidores.
 
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