Opinión

Los pasivos laborales... La Caja de Pandora

Por Ricardo Homs


El tema de los pasivos laborales de PEMEX y CFE, no debe concluir en la aprobación del Congreso para que en una buena parte se convierta en deuda pública, sino que nos debe abrir a los ciudadanos y los medios de comunicación los ojos respecto a la existencia de un grave problema que hasta hoy ha pasado desapercibido pero que debe ser tema de discusión nacional. Se debe exigir a las entidades gubernamentales que pongan un alto al dispendio y corrupción que se da en la relación con los sindicatos de trabajadores al servicio del estado.
El pasivo de PEMEX y de CFE es la punta de un iceberg de proporciones descomunales.
Según indica PEMEX en su página WEB (http://www.pemex.com/informes/responsabilidad_social/operaciones/desarrollo.html), al cierre de 2010 esta paraestatal reportó tener contratados 184,090 trabajadores en todo el país, lo que representa un crecimiento del 11.4% respecto a 2009.
De acuerdo con lo que describe esta página, 118,749 del total, son trabajadores de planta y 65,341 transitorios, y de éstos, el 82% son sindicalizados.
Aplicando el porcentaje con una simple operación aritmética de “regla de tres”, -aprendida en la escuela primaria-, vemos que hasta el año 2010 el total de trabajadores sindicalizados era de 150,953 (más los acumulados en los últimos tres años).
A su vez el SUTERM, -sindicato de CFE-, lo conforman 64,000 electricistas
Si por una cantidad poco mayor a 215 mil trabajadores sindicalizados, -que es lo que nos da la suma de agremiados de PEMEX y CFE-, el pasivo laboral de ambos suma UN BILLON SEISCIENTOS TREINTA MIL MILLONES DE PESOS, ¿cuál será el pasivo laboral que tendrá que asumir el gobierno federal por sindicatos como el SNTE, -que sin que tengamos aún cifras confiables-, rebasa el millón de afiliados?.
Seguramente el pasivo laboral de los maestros es cinco veces más grande que la suma de PEMEX y CFE.
Nunca hubo un censo más problemático para el INEGI que el último, -realizado para dimensionar el tamaño del sector educativo-, por lo cual debemos conformarnos con realizar estimaciones.
Considerando que en 2012 la SEP reconoció la existencia de un millón 207 mil 834 maestros, es que podemos afirmar que el SNTE debe rondar el millón de agremiados y el resto lo deben conformar los de la CNTE.
Si a esto sumamos otros mega sindicatos como el del IMSS, -que tiene alrededor de 350,000 trabajadores afiliados y el del ISSTE alrededor de 100,000-, más los gremios sindicales de cada una de las secretarías de estado, tanto del gobierno federal como de los gobiernos estatales y municipales, vemos que el problema de los pasivos laborales es un barril sin fondo.
Los pasivos laborales generalmente se cubren paulatinamente y no representan un desembolso inmediato, -como sí se tendrá que erogar en el caso específico de PEMEX y CFE, como derivación de la reforma energética-, pero son como una hipoteca, -que paulatinamente se paga-, pero con el agravante de que se van sumando y acumulando los nuevos compromisos que en total opacidad van negociando los funcionarios en turno, con líderes sindicales muy experimentados, que pueden sumar de diez a incluso treinta años de haberse mantenido en su cargo.
Mientras los funcionarios saben que están de paso por la institución, los negociadores sindicales presionan y chantajean sabiendo que quien hoy negocia con ellos, no quiere escándalos que comprometan su carrera política y gubernamental y por ello accederán a todas sus exigencias.
Por la estabilidad económica del país, no se debe seguir aceptando los chantajes de los sindicatos al servicio del estado, que al amparo de una autonomía sindical, -ilegal porque se les paga con dinero de todos los mexicanos-, se sirven con total dispendio y corrupción en un país donde hay un amplio sector de la población viviendo en la pobreza extrema y otro en pobreza relativa.
Además, los beneficios de las corruptelas sindicales no llegan a las grandes masas asalariadas a las cuales representan, sino que se quedan en los bolsillos de unos cuantos que se compran autos de súper lujo, tienen mansiones por todo el mundo e incluso jets privados. En contraste, los sindicalizados que sí trabajan continúan con su vida modesta de siempre, mientras sus líderes viven en el dispendio.
Mientras el Congreso esté cooptado por líderes sindicales que son diputados y senadores, protegerán ellos mismos sus intereses, “echándose la mano unos a otros” cuando alguno esté en problemas. Es la solidaridad “de clase”.
Son las instituciones sociales, -las que nacen de la sociedad civil-, las que pueden modificar el rumbo de México, cambiando las reglas para frenar la opacidad y la corrupción, pues de otra forma… ¿qué país dejaremos a nuestros hijos y nietos?
TWITS
¿Cuánto suman los pasivos laborales de PEMEX, CFE, IMSS, ISSTE y todas las secretarias de estado federal y estatales?.